5 bebidas que aumentan el riesgo de un infarto

El alcohol y otras bebidas pueden afectar la salud del corazón, algunas de ellas aumentan la presión arterial, los triglicéridos e incrementan el riesgo de un ataque cardíaco

Alcohol

El cuerpo no puede descomponer y eliminar el alcohol del torrente sanguíneo tan rápido como se bebe. Crédito: Social Butterfly | Pixabay

Un ataque cardíaco ocurre cuando el flujo sanguíneo que lleva oxígeno al músculo cardíaco se reduce severamente o se corta por completo. El ataque cardíaco, también llamado infarto de miocardio, puede resultar mortal. Hay algunas comidas y bebidas que pueden contribuir a que ocurra un ataque cardíaco.

Por lo general, el bloqueo sucede porque las arterias que suministran flujo sanguíneo al músculo cardíaco pueden estrecharse debido a la acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias que en conjunto se denominan placa. La Asociación Americana del Corazón (AHA) señala que a que a este proceso se le conoce como aterosclerosis.

Bebidas que aumentan el riesgo de un ataque cardíaco

1. Alcohol

alcohol
Foto: Cottonbro en Pexels

El consumo de alcohol es perjudicial para la salud. Una intoxicación alcohólica puede hacer que el corazón lata irregularmente o que incluso se detenga.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) señalan que con el tiempo, el consumo excesivo de alcohol puede causar enfermedades crónicas y otros serios problemas como alta presión arterial, enfermedad cardiaca, accidentes cerebrovasculares, enfermedad del hígado y distintos tipos de cáncer.

Una investigación publicada en 2017 en la revista del Colegio Americano de Cardiología informa que el abuso de alcohol aumenta el riesgo de ataque cardíaco, fibrilación auricular e insuficiencia cardíaca.

2. Bebidas energéticas

bebida energetica
Foto: Unsplash

Alrededor del 30% de los estadounidenses de 12 a 17 años consumen regularmente bebidas energéticas que se han relacionado con un aumento de las visitas a la sala de emergencias y la muerte, según un estudio que refiere la AHA. Las bebidas energéticas pueden provocar arritmias que ponen en peligro la vida.

Cleveland Heart Lab refiere que un estudio de 2016 encontró que las bebidas energéticas pueden elevar la presión arterial, lo que aumenta en gran medida el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.

3. Consumo excesivo de café

Café
Foto: Samer daboul/Pexels

El consumo moderado de café puede ser beneficioso para el corazón. Beber una o más tazas de café con cafeína al día puede reducir el riesgo de insuficiencia cardíaca, según una nueva investigación publicada en la revista Circulation: Heart Failure.

Sin embargo, la cafeína puede ser peligrosa cuando se consume en grandes cantidades. Las dosis altas de cafeína pueden aumentar temporalmente la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que puede representar un peligro para algunas personas con enfermedades cardíacas.

Las pautas dietéticas federales dicen que de tres a cinco tazas de 8 onzas al día de café negro puro pueden ser parte de una dieta saludable. Se recomienda no exceder de los 400 mg de cafeína al día, una taza de 8 onzas de café contiene aproximadamente 95 mg de cafeína.

4. Refrescos

Refresco
Foto: PxHere

Beber 12 onzas de bebidas azucaradas como los refrescos más de una vez al día puede reducir el colesterol “bueno” y aumentar los triglicéridos, la grasa en la sangre que puede provocar enfermedades cardíacas.

Un estudio publicado en la revista Journal of the American Heart Association, los investigadores señalan que el consumo de 12 onzas de refrescos al día de bebidas azucaradas se asoció con una incidencia 53% más alta de triglicéridos altos.

5. Bebidas de proteína

Proteína en polvo
Foto: Andrew Wilus/Pexels

Las bebidas de proteína pueden hacer que tu consumo diario de este nutriente sea elevado. Las dietas ricas en proteínas pueden facilitar la acumulación de placa en las arterias y con ello aumentar el riesgo de ataque cardíaco, según estudios en roedores. Los cuerpos de los mamíferos, explican los investigadores, tienen una defensa de primera línea contra la placa arterial.

Razani y su equipo llevaron a cabo un estudio publicado en la revista Nature Metabolism donde descubrieron que los ratones con la dieta alta en grasas y proteínas (pasó del 15% al ​​46% de las calorías) desarrollaron aproximadamente un 30% más de placa en las arterias en comparación con ratones que llevaron una dieta alta en grasas pero baja en proteínas.

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