Por qué una vacuna contra la malaria de la Universidad de Oxford es considerada un avance sin precedentes
La malaria es una enfermedad causada por un parásito transmitido a través de la picadura de mosquitos que produce una infección, especialmente grave en los niños. Durante años se ha buscado una vacuna, y hay buenas noticias al respecto
Cada año se registran 229 millones de casos de malaria en el mundo, según los CDC. La malaria es causada por un parásito transmitido al ser humano a través de la picadura de un mosquito anofeles. La enfermedad mata a más de 400,000 personas al año, especialmente niños. La Universidad de Oxford informó que desarrolla una vacuna contra la malaria y es considerada un avance sin precedentes, ¿por qué?
Una larga investigación
En materia de vacunas, la ciencia avanza: desde una vacuna para combatir la adicción a los opioides, hasta la vacuna contra el COVID-19 que es una luz en la oscuridad de la pandemia de coronavirus. Ahora, una vacuna largamente perseguida por la comunidad médica parece estar cerca de concretarse con buenos resultados: la vacuna contra la malaria.
Cada año, la malaria mata a unas 409,000 personas en el mundo, principalmente niños africanos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. Así que una vacuna efectiva contra la malaria podría ser un gran avance para la salud pública.
Según sus desarrolladores, el fármaco ha mostrado tener una efectividad del 77 por ciento en sus primeros ensayos, realizados en 450 niños en Burkina Faso. Además, mantuvo una “eficacia de alto nivel” durante un año de seguimiento. El siguiente paso es probarla en 5,000 niños de cuatro países africanos de entre cinco meses y tres años de edad.
COVID-19 y malaria
Antes de que el coronavirus irrumpiera en nuestras vidas, la Universidad de Oxford ya trabajaba en el desarrollo de la vacuna contra la malaria. De hecho, la institución desarrolló su vacuna contra COVID-19 con base en su investigación sobre la malaria, pero una vacuna contra la malaria ha resultado más compleja y más tardada porque hay miles de genes en la malaria en comparación con la docena que tiene el coronavirus, por lo que se requiere generar una respuesta inmune más alta.
“Es un verdadero desafío técnico. La gran mayoría de las vacunas no han funcionado porque es muy difícil“, explicó el doctor Adrian Hill, director del Instituto Jenner, profesor de vacunación en la Universidad de Oxford y participante del desarrollo del nuevo fármaco.
Los 450 niños que participaron en el estudio recibieron tres vacunas con intervalos de cuatro semanas antes de la temporada de malaria. Un año después recibieron una cuarta dosis. Los científicos evaluaron los resultados de la vacuna en ese lapso, con resultados de efectividad de entre 71 y 77 por ciento, un rendimiento sin precedente en la historia del desarrollo de esta vacuna.
Los síntomas de la malaria
También conocida como paludismo, la malaria es una de las principales causas de mortalidad infantil en África. En Estados Unidos se diagnostican sólo unos 2,000 casos al año. Luego de la picadura de un mosquito infectado, los primeros síntomas se presentan entre 7 y 30 días después, y a menudo se confunden con los de otras afecciones. Entre ellos se encuentran:
- Fiebre
- Escalofríos
- Sudores
- Dolores de cabeza
- Náuseas y vómitos
- Dolor de cuerpo
- Malestar general
Los estudios clínicos pueden revelar, además, un bazo agrandado, ictericia leve, agrandamiento del hígado y aumento de la frecuencia respiratoria. La enfermedad se agrava cuando se complica por fallas orgánicas o anomalías en la sangre del paciente.