6 síntomas de que esa inflamación intestinal puede ser algo más grave
Hoy que es el Día Mundial de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal debes saber que esas molestias que tal vez dejas pasar, pueden ser señales de padecimientos más serios como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa
La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa son dos de las enfermedades inflamatorias del intestino más comunes, pero que a menudo son ignoradas en nuestro día a día o son atendidas con tratamientos paliativos que no atacan el problema real. Estos son algunos síntomas de que esa inflamación intestinal puede ser algo más grave, hoy que es el Día Mundial de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII).
A todos nos ha pasado alguna vez que el intestino o el estómago se inflaman después de una comida alta en grasas, muy condimentada o debido a un virus o bacteria. Sin embargo, cuando la inflamación del tracto digestivo se convierte en un padecimiento crónico es probable que se trate de una enfermedad inflamatoria intestinal.
Los dos tipos principales de EII son la enfermedad de Crohn -cuando se inflama el recubrimiento del tracto digestivo en sus capas más profundas- y la colitis ulcerosa -cuando se presentan llagas en el recubrimiento del intestino grueso y el recto-.
Cuando la inflamación intestinal empieza a formar parte de nuestra vida diaria, puede haber un problema que, si no se atiende adecuadamente, podría desencadenar problemas más graves, como ruptura intestinal y cáncer colorrectal.
De acuerdo con la Clínica Mayo, estos son algunos de los síntomas más frecuentes de la EII que debes atender con un médico calificado:
- Diarrea
- Fatiga
- Dolor y cólicos abdominales
- Sangre en las heces
- Disminución del apetito
- Pérdida de peso involuntaria
¿Qué provoca las enfermedades inflamatorias intestinales?
En realidad se desconoce la causa exacta de estos problemas. Los especialistas de la Clínica Mayo enlistan una combinación de factores que pueden desencadenar las EII, como el mal funcionamiento del sistema inmunológico, que produce una respuesta anormal ante la presencia de una bacteria o un virus que ataque al tubo digestivo. Pero además existen oros factores de riesgo que vale la pena revisar:
La genética. Si algún familiar cercano padece EII, es probable que sus descendientes también la presenten.
La edad. Es común recibir un diagnóstico de EII alrededor de los 30 años, pero también puede ocurrir entre los 50 y los 60 años.
Los hábitos. Fumar y beber alcohol pueden contribuir a desarrollar inflamación crónica intestinal.
El uso de medicamentos antiinflamatorios. Muchos fármacos de venta libre como naproxeno sódico, ibuprofeno o diclofenaco pueden aumentar el riesgo de EII e incluso empeorar sus síntomas.
Si reconoces estas señales en tu actividad digestiva diaria, lo mejor es que consultes a tu médico.