Vendedores ambulantes de Queens temen que vuelvan las multas y la persecución policial ante reapertura económica de NY
Organizaciones y funcionarios electos exigen una moratoria en la aplicación de sanciones y vías legales para facilitar más licencias
El mismo temor que siente el salvadoreño Alex Guillén, quien se gana la vida desde hace un año vendiendo mascarillas en las calles de Corona, en Queens, es compartido por miles de familias que sobreviven de ventas ambulantes: es probable que con la total reapertura económica de Nueva York vuelvan las multas hasta de $1,000 por ocupar aceras y otros espacios públicos, un “castigo” aplicado por no tener licencias aprobadas por la Ciudad. Y, además, regresen los oficiales del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD) a decomisar sus mercancías.
“Desde hace más de un año no aplican multas por la pandemia. Pero ahora que todo vuelve a la normalidad, nosotros que sobrevivimos de este trabajo, solo pedimos que no nos persigan. Que nos den oportunidades para legalizar nuestros negocios”, comentó Alex quien hoy es miembro del Proyecto de Vendedores Ambulantes y perdió su trabajo en un restaurante debido a la crisis del coronavirus.
Ante esa posibilidad expuesta por el centroamericano, este miércoles centenares de vendedores ambulantes se reunieron en Corona Plaza con el apoyo de organizaciones que respaldan los derechos de los trabajadores informales y funcionarios electos, para exigir una moratoria sobre las fuertes multas y exhortar a las autoridades a crear un sistema equitativo de permisos y licencias.
La venta ambulante se convirtió en un “salvavidas” para los neoyorquinos indocumentados y desempleados como una forma de sobrevivir a la pandemia.
Pero algunos líderes comunitarios presumen que a partir de esta semana, como parte de la reapertura de la ciudad de Nueva York, las agencias de la Ciudad podrían empezar a apuntar nuevamente a miles de comerciantes informales sin licencia.
¡Que no vuelva la pesadilla!
“Qué tipo de corazón puede tener un policía que le pone una multa de $1,000 y le quita unos tamales a una madre de familia que está tratando de sobrevivir. Esas fueron situaciones que vimos en años anteriores y no es humano que en plena recuperación de la ciudad, vuelva esa pesadilla”, contó la mexicana Mirna Deríos, de 55 años y quien vende botellas de agua en el verano alrededor de la estación del Subway Jackson Heights, en la Avenida Rooselvet.
Entre tanto, la boliviana Tania Mattos recuerda con orgullo que cuando era niña su madre vendía comida en las calles de Queens para levantar a su familia, por ello como líder de la Unión de Vecinos de Queens, se ha trazado como un frente de batalla que estos trabajadores sean tratados con “respeto y dignidad” durante este verano, que son meses clave en la recuperación de muchas familias.
“Esperemos que las autoridades de la Ciudad no tengan como argumento que como se está abriendo nuevamente todo al turismo, entonces necesiten limpiar las calles. Quienes vienen a Queens no lo hacen para visitar grandes corporaciones sino a nuestros pequeños emprendedores comerciales. Ellos merecen tener oportunidades de regularizarse”, expuso Mattos.
Así mismo, el Presidente del Condado de Queens Donovan Richards Jr, se unió a la reunión de los ‘ambulantes’ dejando claro que desde su instancia no apoyará ninguna medida que “genere más sufrimientos” a miles de vecinos que durante la pandemia, inclusive fueron esenciales para garantizar servicios y alimentos cuando todo estaba cerrado.
“Debemos esperar una moratoria de las penalidades, que en este momento, sería más ruina para nuestras familias que sobreviven en las calles. Condenamos cualquier acción policial en este momento, en donde todos más bien necesitan un alivio”, expresó.
¿Qué esperar en el futuro?
Esta manifestación de vendedores ambulantes coincide con los días finales de la campaña por las primarias demócratas para renovar varios liderazgos locales. En este sentido, 60 aspirantes a ocupar una silla en el Concejo Municipal se han comprometido a aprobar legislaciones que expandan las facilidades para obtener licencias de ventas en las calles de la Gran Manzana.
También coaliciones y comerciantes informales tienen centradas sus esperanzas en la aprobación en el próximo periodo de sesiones en la Asamblea Estatal de la Ley S1175 promovida por la senadora colombo-estadounidense, Jessica Ramos, quien justamente representa el distrito de Corona y Jackson Heights, hogar de miles de vendedores ambulantes.
La iniciativa legal, que fue introducida en enero de este año, enmendaría las normas vigentes en relación con la regulación de vendedores ambulantes en todas las ciudades de Nueva York, con una población de más de un millón de habitantes.
“Esta pandemia en Queens fue muy dura, ahora no queremos ver qué pasaría si se repite el esquema de criminalizar a comerciantes informales, que son parte además de la dinámica económica de nuestros vecindarios. Se debe aprobar ya esta moratoria a las multas”, subrayó Ramos.
Para centenares de comerciantes la reciente aprobación de la legislación 1116 en el Concejo Municipal que abre una ventana para duplicar el número de nuevas licencias que se pueden otorgar a los vendedores ambulantes, las cuales estaban congeladas desde 1979, y enterrar la práctica del mercado negro de cobrar por ‘alquilar’ estos permisos, da un respiro solo a los emprendodres gastronómicos.
“Para mi que vendo contenedores de plástico y mi hermana que vende productos de belleza, esta ley no significa nada en el futuro, pues solo beneficia a quienes ofrecen comida preparada. La idea es que amplíen los permisos y que ofrezcan otros espacios”, explicó Rosita Landa, una mexicana que comercia productos en las aceras de la ‘Rooselvet’ desde hace ocho años.
La “papa caliente”
La espinosa controversia sobre los vendedores ambulantes en las calles de vecindarios hispanos de Queens no es nueva, aunque toma nuevos aires con el desempleo y el cierre de empresas que generó el último año pandémico, lo cual empujó a muchas más personas a tomar las calles.
Sin embargo, hay otra lucha dentro de la dinámica Avenida Rooselvelt: la de los comerciantes formales.
Un empresario colombiano propietario de un restaurante en la calle 78 que prefirió omitir su identidad dijo que este era uno de los temas que se convertirá en la “papa caliente” para el próximo Alcalde.
“Yo soy inmigrante, tengo compasión por quienes están en las calles vendiendo sus cositas para poder comer. Pero hay que buscar un punto intermedio y buscarle otros espacios que no sean las aceras. A veces toman hasta las paradas de autobuses y obviamente la policía lo desalojan. También bloquean entrada de negocios. Es un tema muy complicado”, subrayó el comerciante.
El Diario consultó a fuentes municipales sobre esta exigencia de moratoria de multas y supervisión policial, pero no recibió comentarios de la Alcaldía.
El dato:
- 10,000 a 20,000 comerciantes sin licencias sobreviven en las calles de la Gran Manzana.