Alto consumo de carnes rojas aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca, según un reciente estudio
Un reciente estudio encabezado por la prestigiosa Universidad de Oxford, confirma las peligrosas consecuencias de un alto consumo de carnes rojas y procesadas. Deterioran la salud y se asocian con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, la recomendación es contundente: evitarlas es básico para vivir más y de forma más saludable
Hoy en día seguir una dieta basada en plantas es la más fiel recomendación de salud. Con base en ello cada vez son más las personas que se muestran interesadas en iniciar un estilo de alimentación sin carne. Complementario a ello han salido a la luz numerosos estudios científicos que hablan sobre el deterioro a la salud, asociado con un alto consumo de carnes rojas y procesadas. Tal es el caso de un reciente trabajo de investigación encabezado por la prestigiosa Universidad de Oxford, en el cual se avala la estrecha relación entre el consumo de carne roja y un mayor riesgo de enfermedad cardíaca.
Si bien la carne roja, como la de cerdo, ternera y cordero, durante años se han posicionado como las más populares fuentes de proteínas de alto valor biológico, además aportan vitaminas y minerales esenciales. Sin embargo consumir demasiado de este tipo de carnes puede desencadenar cáncer de intestino. Y eso no es todo. Los investigadores encontraron que la carne procesada, como el jamón, el salami, el tocino y algunas salchichas, también es considerablemente peligroso. Por lo tanto la recomendación de los científicos es contundente y aconsejan comer mucha menos carne roja, si queremos vivir más y estar más saludables.
¿En qué consistió el estudio? Un equipo de investigadores del Departamento de Salud de la Población Nuffield de la Universidad de Oxford, se enfocó en el análisis de los datos que arrojaron encuestas realizadas a más de 1,4 millones de personas. Los resultados son realmente sorprendentes: descubrieron que por cada 50 gramos de carne procesada al día, el riesgo de enfermedad coronaria aumentaba en un 18%. Y las cosas empeoran: por cada 50 gramos al día de carne roja sin procesar, el riesgo de enfermedad coronaria aumentó en un 9%. Cabe mencionar que el equipo de investigadores no descubrió ningún vínculo entre el consumo de aves de corral y un aumento en los problemas cardíacos.
Lo cierto es que desde hace algunos años los expertos han advertido sobre las consecuencias de un alto consumo de carnes rojas, si bien de manera sobresaliente han sido relacionadas con el cáncer de intestino y páncreas, entre otras afecciones crónicas de salud. De manera sobresaliente en los últimos años han salido a la luz numerosas referencias de valor que sugieren su papel en el incremento de diversas enfermedades cardíacas.
De acuerdo con la autora principal del estudio Keren Papier, los recientes hallazgos son suficientemente preocupantes y nos invitan a reestructurar los alimentos con los que basamos la dieta diaria, no significa que debamos renunciar por completo a las carne rojas y procesadas. Todo se trata de la moderación y el equilibrio, además este tipo de descubrimientos llegan como una bocanada de aire fresco para crear nuevas estrategias de prevención.
Si bien los investigadores tenían como objetivo respaldar las recomendaciones médicas existentes para reducir el consumo de carne roja y con ello disminuir el riesgo de padecer enfermedades degenerativas y potencialmente mortales. No todo es blanco y negro, hoy más que nunca hace sentido la popular frase: somos lo que comemos. Actualmente contamos con valiosa información avalada por los más reconocidos científicos sobre los alimentos que es indispensable limitar como sucede con los ultraprocesados y las carnes rojas. Por fortuna, complementario a ello tenemos la solución en nuestras manos, ya que también tenemos a nuestra disposición las mejores recomendaciones sobre las dietas más recomendadas.
No en vano uno de los esquemas alimenticios más recomendados es la dieta mediterránea, que se trata de un estilo de vida que promueve el sano equilibrio y disfrute de la vida a través del consumo de alimentos integrales, en su mayoría vegetales. Nos invita a disfrutar de los alimentos frescos y de temporada, promueve el consumo de pescados, grasas saludables, abundantes frutas, verduras y cereales integrales, semillas y legumbres. Además permite el consumo ocasional y en ocasiones especiales de carnes y vino. Sin lugar a dudas se ha posicionado como el patrón alimenticio idóneo para vivir más, prevenir enfermedades, mejora el estado de ánimo, protege al cerebro y corazón, y es considerada la dieta de la longevidad.
—
Te puede interesar: