Más semillas: cómo comerlas a diario y aprovechar sus beneficios para el corazón, digestión y articulaciones

Las semillas son consideradas uno de los super-alimentos más relevantes en los últimos años. Brillan por sus propiedades nutricionales, son ricas en fibra, ácidos grasos omega 3 y 6, además de poderosos antioxidantes. Integrarlas en la dieta se asocia con grandes beneficios para la salud que disminuyen el riesgo de padecer enfermedades crónicas como la diabetes, obesidad y afecciones cardíacas

Semillas

Es indispensable remojar las semillas: aumenta su potencial nutricional, las hace más digeribles y medicinales. Además de mejorar su consistencia. Crédito: Photo by Maddi Bazzocco on Unsplash | Unsplash

A estas alturas no es ningún secreto decir que la alimentación puede ser la mejor medicina, la calidad de los nutrientes con los que basamos nuestra dieta diaria es clave en la prevención de enfermedades y asegura una mayor esperanza de vida. Una adición magnífica y que hoy en día recomiendan todos los especialistas en nutrición, son las magníficas semillas. Se trata de una familia amplia y variada que aporta mucha versatilidad a la dieta, entre sus ejemplares más famosos se encuentran las semillas de chía, lino, calabaza y girasol. Son consideradas uno de los super-alimentos más recomendados del momento por su contenido en proteínas, vitaminas, minerales, antioxidantes, fibra y por supuesto omega 3-6. Gracias a ello se relacionan con grandes beneficios para promover la salud del corazón, previenen enfermedades crónicas, potencian la función del sistema inmunológico, promueven un peso saludable y el mantenimiento de los vasos sanguíneos. Las semillas también son conocidas por mantener los huesos, músculos, y articulaciones más fuertes y sanas.

Lo cierto es que las semillas son un tesoro nutricional que vale mucho la pena integrar en la dieta cotidiana, aportan minerales esenciales importantes como es el caso de magnesio, fósforo y potasio. Además, son ricas en niacina, riboflavina y ácido fólico. Teniendo en cuenta que el cuerpo humano no tiene la capacidad de producir los ácidos grasos necesarios para la salud del corazón y los ácidos se absorben de la dieta, apostar por una alimentación que contenga nutrientes como la linaza, semillas de chía y girasol, es un buen hábito dietético que mantiene un sano equilibrio de ácidos grasos omega-3 y omega-6.

Otros beneficios de las semillas:

Por fortuna se cuenta con valiosos estudios y trabajos de investigación que avalan los beneficios de las semillas, de manera particular en los últimos años se han destacado por sus bondades para proteger al cerebro y su funcionamiento. Además, su consumo recurrente reduce el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con el cerebro y el funcionamiento neurológico como es el caso de la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer, la esclerosis múltiple, el dolor neuropático y los trastornos convulsivos en la infancia.

También, es bien sabido que los ácidos grasos omega-3 y omega-6 son conocidos por sus beneficios únicos para el corazón. Es por ello que son ideales para prevenir enfermedades relacionadas con la salud cardiovascular; combaten desde el colesterol alto, la hipertensión, la ateroesclerosis, disminuyen el riesgo de infarto y accidentes cerebrovasculares. Otro aspecto clave se basa en su alto contenido en antioxidantes, que les confieren magníficas propiedades antiinflamatorias y es por ello que son una magnífica adición para disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.

Probablemente uno de los beneficios terapéuticos más populares de las semillas, son sus virtudes para mejorar el funcionamiento digestivo e intestinal. De manera específica son un gran aliado para tratar el estreñimiento, la hinchazón abdominal, cólicos, dolor y gases. También, gracias a su contenido en fibra benefician la depuración del organismo y son consideradas un básico en la pérdida de peso ¿La razón? Son increíblemente saciantes y apoyan un menor consumo calórico. Las semillas mejoran la sensibilidad a la insulina, regular los altos niveles de glucosa en sangre y con ello son una buena adición para reducir el riesgo de padecer prediabetes y diabetes.

¿Cuáles son las variantes más populares?

1. Semillas de chía

Probablemente las semillas de chía son una de las alternativas más famosas y populares, en los últimos meses todas las tendencias de nutrición recomiendan su consumo. Son consideradas un poderoso superalimento, con grandes cualidades para mejorar la salud digestiva e intestinal, la tasa metabólica y el metabolismo. Brillan por su alto contenido en hierro y ácidos grasos Omega-3, de hecho son consideradas una de las mejores fuentes vegetales de este importante nutriente. Se asocian con grandes beneficios antiinflamatorios, son excelentes para perder peso y reducir la grasa abdominal. Sin lugar a dudas uno de sus más grandes beneficios es su contenido en carbohidratos y fibra, que es esencial para el funcionamiento del cuerpo y la regulación de la grasa. Son increíblemente saciantes y fáciles de integrar en la dieta, con tan solo una cucharada grande al día notarás sus magníficos beneficios. Apuesta por integrarlas en jugos, limonadas, licuados, ensaladas y postres.

2. Semillas de lino

También popularmente conocidas como linaza, estas pequeñas semillas son un poderoso aliado de la salud. Se relacionan con beneficios que van desde controlar el aumento de los niveles de presión arterial, aceleran el tránsito intestinal, benefician la digestión y combaten el estreñimiento y la inflamación. Una de sus más grandes cualidades radica en su alto contenido de fibra dietética que ayuda a reducir el aumento de grasas en la sangre después de las comidas, además de regular el apetito, suprimir los antojos y promover la pérdida de peso. Además se ha demostrado que es son una gran adición en la dieta de mujeres que luchan contra el síndrome de ovario poliquístico y problemas de fertilidad. Por último y no menos importante, las semillas de lino son conocidas por tener altos niveles de ácido alfa-linolénico (ALA), contienen ácidos grasos esenciales que también tienen fuertes propiedades antiinflamatorias, que reducen el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas cuando se consumen regularmente. Se ha observado particularmente que la acción del ALA y los lignanos controla el crecimiento tumoral y reduce el riesgo de cáncer

4. Semillas de girasol

Las semillas de girasol, también son ricas en 100 tipos diferentes de enzimas que regulan el equilibrio hormonal en el cuerpo. Estas enzimas pueden equilibrar la producción de estrógeno y progesterona y resultar útiles para controlar los síntomas del síndrome premenstrual, la tiroides y también frenar las náuseas matutinas que a menudo ocurren durante el primer trimestre del embarazo. Además, reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares, promueven la buena salud de la piel, apoyan la función tiroidea, tienen beneficios anticancerígenos, equilibran los niveles de azúcar en sangre. Previenen la pérdida ósea y los calambres musculares. Su alto contenido en vitamina B6 ayuda a sintetizar proteínas y metabolismo, promoviendo el equilibrio corporal y la pérdida de peso.

¿Por qué es indispensable remojar las semillas?

Las semillas son propensas a sufrir los efectos de los antinutrientes; la buena noticia es que en un entorno correcto de humedad y calo: los antinutrientes se neutralizan. Es por ello que poner las semillas, frutos secos y las legumbres (sin importar la variante) en previo remojo; es sinónimo de activar las semillas, lo que significa que las estamos situando en un medio favorable para que inicie la germinación: el punto álgido del valor nutricional de la semilla. El remojo de los granos y las semillas, es una manera de simular el riego de la lluvia y es una manera de obtener todo su potencial.

La presencia de antinutrientes puede impedir la asimilación de algunos minerales y dificulta su digestibilidad. Por lo tanto la activación de las semillas acelera sus reacciones químicas que liberan sus reservas de nutrientes, favorece su digestión y hace que la asimilación de todo su poder nutricional sea más eficiente. Es cierto que cada fruto tiene su tiempo recomendado de remojo, entre los principales se encuentran los siguientes equivalentes:

– Almendras: 12 horas
– Semillas de lino y chía: 2 horas
– Nueces y avellanas: 8 horas
– Semillas de calabaza y sésamo: 6 horas
– Semillas de girasol: 4 horas
– Piñones, pistaches, anacardos, nueces de Brasil y macadamina: No es necesario el remojo, en el caso de los anacardos es conveniente para facilitar su manipulación, los vuelve más fáciles de triturar y los hace mucho más cremosos.

Recomendaciones para activarlas:

Es importante considerar agua limpia y tibia, a una temperatura de entre 40 y 45 ºC. A la vez se recomienda agregar una cucharada de sal marina por cada litro de agua, de tal manera que funcione como un catalizador y ayude a romper los enlaces de los inhibidores enzimáticos. Posteriormente se cuelan y aclaran, y estarán listos para su óptimo consumo, de lo contrario se recomienda conservar en un recipiente de vidrio en refrigeración hasta por tres días. Este método se asocia con algunos beneficios para la salud:


1. Facilita la cocción y digestión de las legumbres.

2. Potencia el valor nutricional de los frutos secos.

3. Mejora la calidad de las pipas y semillas, ya que se destacan por ser ricas en antinutrientes. Activarlas hace que sea mucho más eficaz la absorción de la inmensa lista de minerales que aportan.

4. Se beneficia el proceso digestivo, evitando digestiones pesadas, inflamación, distensión abdominal y exceso de flatulencias.

5. Al poner en remojo semillas de chía y lino se activa la liberación de los mucílagos, un tipo de fibra muy benéfico para favorecer el tránsito intestinal y la depuración del organismo.

6. Activar los frutos secos, las semillas, los cereales y las legumbres, es un paso muy importante que da lugar a todo tipo de delicias que forman parte importante de la cocina saludable, en especial la tendencia raw.

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