Universitario no vacunado que creía que COVID era cosa de “un par de días”, murió cuando el virus inflamó su cerebro
Tyler Gilreath tenía 20 años y estaba por comenzar su tercer año de Universidad. A pesar de los ruegos de su madre para vacunarse, el joven decidió no vacunarse porque había escuchado que el COVID no era grave para los jóvenes
A sus 20 años Tyler Gilreath estaba listo para su tercer año en la Universidad de Carolina del Norte. Su madre trató de convencerlo de vacunarse antes de iniciar el nuevo ciclo, pero él no lo hizo. Se contagió apenas tres días después de mudarse a su nuevo dormitorio. Más tarde, el universitario no vacunado, que creía que COVID era cosa de “un par de días”, murió cuando el virus inflamó su cerebro.
En un post en su cuenta de Facebook, Tamra Demello, la madre de Tyler, compartió la tristeza que vive después de que su hijo no vacuna murió por complicaciones del virus. “Mi increíble hijo, Tyler Gilreath, perdió la batalla con una infección cerebral que estalló después de contraer una infección de los senos nasales que se trasladó a su cerebro. La infección de los senos paranasales fue el resultado de COVID que contrajo tres días después de mudarse a UNC Wilmington”, escribió la afligida madre.
“’Mamá, si me enfermo, para los jóvenes no es gran cosa. Lo tienes un par de días y lo superas‘. Eso no es necesariamente cierto”, le dijo Demello a la prensa local al recordar las palabras que Tyler le dijo en uno de los intentos que la mujer hizo para convencer a su hijo de vacunarse.
La infección sinusal grave que el COVID desencadenó, mantuvo al joven tres semanas en un hospital del área hasta que finalmente se extendió a su cerebro. “Estoy tan enojada con él. Incluso le dije cuando estaba acostado en el hospital, que cuando mejorara, le iba a patear el trasero”, afirmó la madre.
El viernes pasado los médicos declararon la muerte cerebral, aunque sigue conectado a soporte vital. La mujer reveló que los órganos funcionales serán extraídos del cuerpo de su hijo: “Estoy devastada más allá de lo creíble. Lo único que le da algún sentido a esta tragedia innecesaria es que Tyler se inscribió para ser donante cuando obtuvo su licencia. Mañana su cuerpo será cosechado para que hasta 80 personas puedan vivir o disfrutar de una vida más normal con el regalo de sus órganos, piel, tendones, ligamentos, etcétera”, escribió Demello.
La madre también narró que todos sus intentos por convencer a su hijo de vacunarse contra COVID fueron infructuosos: “Estaba demasiado ocupado y/o preocupado por los ‘posibles problemas cardíacos a largo plazo’ (de la vacuna), pero finalmente accedió a recibirla tan pronto como se mudara a la escuela. No tuvo la oportunidad”.
Demello cree que difundir la historia de Tyler puede evitar que otras familias pasen por lo mismo. “Sé que está con Dios, pero el agujero en mi vida que deja nunca desaparecerá. Te amo hijo. Descansa en paz”, finalizó en su post.
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