Hispano que está en el pasillo de la muerte pide ser ejecutado mientras su sacerdote le toca el pie
La Corte Suprema está analizando si se le permite al sacerdote de John Henry Ramírez rezar y tocarlo mientras lo ejecutan en Texas
La petición del hispano John Henry Ramírez, quien se encuentra en el pasillo de la muerte provocó que su ejecución a través de una inyección letal se aplazara y de paso que la Corte Suprema se ponga a trabajar en un caso que podría repercutir en otros sentenciados.
De acuerdo con Telemundo el convicto Henry Ramirez, por medio de sus abogados, pidió que mientras le administran la inyección letal le permitan a su sacerdote rezar junto a él y tocarle un pie mientras lo ejecutan en Texas.
La petición de este hispano condenado a la pena de muerte llegó hasta la Corte Suprema y la mayoría de los miembros se han mostrado escépticos con la petición y han alegado que exigirle al estado de Texas que se acepte la solicitud de Ramírez podría abrir una ola de peticiones similares de otros casos.
“¿Qué sucederá cuando el próximo prisionero diga que tiene una creencia religiosa por la que le de deberían tocar la rodilla o le deberían tocar la mano o la cabeza? Tendremos que pasar por toda la autonomía humana con tantos casos”, dijo el magistrado Samuel Alito.
Por su parte el presidente de la Corte Suprema, John Roberts y el magistrado Brett Kavanaugh, también se mostraron preocupados por la petición y señalaron que de conceder la petitoria de Henry Ramirez ¿otros estados tendrían que seguir las mismas adaptaciones de Texas?
De acuerdo con el mismo medio de comunicación, Kavanaugh sugirió que si el máximo tribunal fallaba a favor del hispano se vería obligado a resolver muchas peticiones similares.
“Será una parte importante de nuestra agenda en los próximos años”, dijo Kavanaugh.
John Henry Ramírez recibió la pena máxima después de que en 2004 apuñaló 29 veces al cajero Pablo Castro y le robó $ 1.25 en Corpus Christi.
De acuerdo con el informe policial, el día en que Henry Ramírez cometió el asesinato tenía 20 años y estaba bajo las influencias del alcohol y las drogas e intentó asaltar al cajero, pero todo se salió de control.
El hispano iba a morir el miércoles 8 de septiembre a las 18:00 horas en el centro penitenciario de Huntsville, Texas, mediante una inyección letal.
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