Un excesivo consumo de sal aumenta el riesgo de Alzheimer

Un reciente trabajo de investigación estadounidense, exploró la relación entre la actividad neuronal y el flujo sanguíneo del cerebro. Y de manera más específica, los efectos del consumo de sal ¿Los hallazgos? El exceso de sodio aumenta el deterioro cognitivo y el riesgo de Alzheimer

Consumo de sal-Alzheimer

Se estima que entre el 50-60% de los casos de hipertensión y daños cerebrales, se asocian con complicaciones asociadas a un excesivo consumo de sal.  Crédito: Photo by Emmy Smith on Unsplash | Unsplash

A estas alturas todos sabemos sobre las devastadoras consecuencias relacionadas con un excesivo consumo de sal en la dieta. El estilo de vida de la sociedad moderna que se caracteriza por seguir una alimentación alta en alimentos procesados, en los últimos años ha causado un preocupante incremento en los casos de hipertensión y enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, recientemente investigadores estadounidenses, en un estudio único en su tipo, exploraron la relación entre la actividad neuronal y el flujo sanguíneo profundo en el cerebro. De manera concreta, analizaron cómo el cerebro se ve afectado por el consumo de sal y dentro de sus hallazgos más importantes descubrieron: aumento en el deterioro cognitivo y este puede asociarse con un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer.

El estudio, publicado en la revista Cell Reports, examinó cómo cambia el flujo sanguíneo al hipotálamo en respuesta a la ingesta de sal. De acuerdo con declaraciones de uno de los autores del estudio; Javier Stern, profesor de neurociencia en el equipo universitario: “Cuando las personas ingieren alimentos salados, el cerebro los detecta y activa las neuronas que desencadenan la liberación de vasopresina. Se trata de una hormona antidiurética que desempeña un papel clave en el mantenimiento de la concentración adecuada de sal en el cuerpo.” Sin embargo, a diferencia de estudios anteriores que han observado un vínculo positivo entre la actividad neuronal y el aumento del flujo sanguíneo, este nuevo estudio mostró una disminución en el flujo sanguíneo a medida que las neuronas se activaron en el hipotálamo.

Según Stern, los hallazgos tomaron por sorpresa al equipo de científicos ya que la vasoconstricción, que es lo opuesto a lo que la mayoría de la gente describe en la corteza en respuesta a un estímulo sensorial. Normalmente, se observa una reducción del flujo sanguíneo en la corteza en el caso de enfermedades como el Alzheimer o después de un accidente cerebrovascular o isquemia.

El equipo denominó el fenómeno “acoplamiento neurovascular inverso”, o una disminución del flujo sanguíneo que produce hipoxia: falta de oxígeno. También observaron otras diferencias: por ejemplo, en la corteza cerebral, las respuestas vasculares a los estímulos están muy localizadas y la dilatación se produce rápidamente. Sin embargo, en el hipotálamo la respuesta fue difusa y se produjo de forma lenta, durante un largo período de tiempo y la razón principal es que los niveles de sodio elevados permanecen durante mucho tiempo. De acuerdo con Stern: “Creemos que la hipoxia es un mecanismo que fortalece la capacidad de las neuronas para responder a la estimulación sostenida de la sal, permitiéndoles permanecer activas durante un período prolongado”.

Si bien aún queda mucho trabajo de investigación por hacer para entender los complejos mecanismos del exceso de sal en la salud cerebral y las diversas funciones cognitivas, los hallazgos plantean preguntas interesantes sobre cómo la hipertensión puede afectar el cerebro. Se cree que entre el 50 y el 60% de la hipertensión se desencadena por un consumo excesivo de sal. Este tipo de estudios llegan para tomarnos mucho más en serio la ingesta de sal, la realidad es que en muchas ocasiones no somos conscientes de todos los alimentos de consumo cotidiano que contienen sodio oculto.

Finalmente las revelaciones son contundentes: si ingieres mucha sal de forma crónica, tendrás hiperactivación de las neuronas de vasopresina. Este mecanismo puede entonces inducir una hipoxia excesiva, lo que podría conducir a daño tisular en el cerebro. La buena noticia es que al comprender mejor el complejo proceso relacionado con una dieta alta en sodio, es posible podemos diseñar nuevos objetivos para detener esta activación dependiente de la hipoxia y tal vez mejorar los resultados de las personas con presión arterial alta dependiente de la sal.

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