Tirador de Texas disparó 142 municiones en escuela, pero llevaba más de las que porta cualquier soldado de EE.UU. en combate
Salvador Ramos, el sospechoso de matar a 21 personas en escuela en Uvalde, Texas, compró más de 1,000 municiones, de las cuales llevó cientos al colegio para cometer su crimen; expertos señalan que ese armamento es más que el usado por un soldado estadounidense en combate
La Policía halló 315 municiones en la escena del crimen en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, de las cuales 142 fueron utilizadas por Salvador Ramos.
Sin embargo, el sospechoso de la masacre compró más de 1,000 rondas de municiones antes, una cantidad muy superior a las 210 rondas que un soldado estadounidense en combate portaría, según un reporte de CBS News.
Steven McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, dijo el viernes pasado que el sospechoso había comprado 1,657 rondas de municiones en total, de las cuales se encontraron 315 rondas dentro de la escuela.
El joven de 18 años tenía 173 cartuchos adicionales para disparar en el colegio donde murieron 21 personas: 19 niños y dos maestras.
“Un cargador suele contener 30 rondas, y un soldado estadounidense generalmente lleva siete cargadores, uno en el arma y seis de repuesto, al combate”, indicó el reporte.
Es decir, Ramos iba mucho más preparado para matar a inocentes, aunque no las ingresó todas al plantel, las tenía cerca, pues McCraw dijo que 922 rondas estaban fuera de la escuela, pero en la propiedad.
Ramos compró las armas cerca de su cumpleaños 18, pero las autoridades indican que primero pidió a su hermana mayor que le comprara una, aunque ella se negó.
“Se está analizando por qué y cómo, y se están analizando miles de pistas más en este momento porque no hemos respondido todas las preguntas”, dijo McCraw sobre la facilidad de Ramos para adquirir tal equipo mortal.
La Policía local enfrenta una seria polémica por la decisión del comandante a cargo de retrasar la entrada al salón de clases durante el tiroteo, debido a que se reconoció como una “decisión equivocada”.
Durante 45 minutos, unos 20 oficiales listos para actuar no hicieron nada. Luego usaron una llave maestra para abrir la puerta y confrontar a Ramos, a quien abatieron, pero más de dos decenas de inocentes ya habían muerto.