Yaser Said es enjuiciado por el asesinato y presunto abuso sexual de sus dos hijas adolescentes en Texas
Yaser Said es acusado de homicidio capital por la muerte a tiros de sus dos hijas adolescentes Amina y Sarah en el taxi donde él trabajaba, luego de que ellas y su madre escaparan varias veces de Texas
Un padre de Texas acusado de disparar fatalmente a sus dos hijas en la parte de atrás de su taxi por un “asesinato de honor” supuestamente abusó sexualmente a las dos adolescentes años antes y después amenazó con matar a su madre si no se retractaba de su denuncia ante las autoridades.
La acusación en contra de Yaser Said se dio en el testimonio de su ex esposa, Patricia Owen, en la corta del condado de Dallas, Texas, durante su juicio por asesinato capital.
Llorando varias veces en el estrado, Owens declaró que sus hijas, Sarah y Amina, le dijeron en 1998 que su padre las había tocado.
Luego de enterarse de las acusaciones, la madre de las niñas acudió junto con ellas al Departamento del Sheriff del condado de Hill “para hacer un informe” antes de mudarse a otra ciudad. En ese entonces, Amina tenía cerca de 8 años y Sarah 7.
Los cargos fueron retirados tras retractarse por temor a Said, testificó la madre.
“Él quería que volviera con él y si no regresaba con él, amenazó con matarme a mí y a mi familia”, expresó Owens, y añadió que el acusado le dijo que quería matarla después de que ella presentara los cargos. “Dijo que no le pasaría nada”.
Más tarde, el año nuevo de 2008, los fiscales argumentaron que Said le disparó a sus hijas en un “asesinato de honor” a las afueras de Dallas luego de saber de que habían empezado a salir y ya no podía “controlarlas”.
El homicidio de las niñas tuvo lugar después de que Owens y sus hijas huyeron de Said, e incluso se mudaron con éxito a Oklahoma antes de regresar a Texas luego de que el hombre denunciara su desaparición.
Los fiscales manifestaron que luego de los homicidios, Said estuvo prófugo de la justicia por 12 años, lo que lo puso en la lista de los más buscados del FBI antes de ser hallado en el 2020 escondido a unos 40 minutos del lugar del crimen en Justin, Texas.
De 64 años, Said se declaró inocente del cargo de asesinato capital por el delito que, de acuerdo insisten sus abogados, se le culpó por ser musulmán.
La comparecencia de Owens marcó el tercer día de testimonio en la presentación de la fiscalía contra Said, de quien argumentan que estaba “obsesionado con la posesión y el control”. Ese control, dijo la madre de las niñas, incluía elegir dónde viviría la familia y con quien se pondrían en contacto.
“Él controlaba lo que hacían, con quién hablaban, con quién podían ser amigos, si ellos, y con quién, podían salir. Y controlaba todo en su hogar”, dijo la fiscal Lauren Black en las declaraciones de apertura.
Aunque Owens dejó a Said durante su matrimonio, ella siempre regresaba por miedo a él.
Una de esas veces que tuvo que regresar, declaró, fue en 1998 luego de que sus hijas lo señalaran de abuso sexual. Tras irse a Garland, Texas, Owens dijo que finalmente tuvo que presentar otra denuncia con las autoridades locales después de que su esposo y su hermano la llamaran insistentemente y la amenazaran con lastimarla si no los obedecía y regresaban con él.
Aunque retiró los cargos de Garland, la mujer expresó que en octubre de 1998 pidió una orden de protección contra Said en nombre de sus hijas. No obstante, él no cumplió con la orden porque ella y sus hijas “regresaron” a Said.
En las semanas antes de los homicidios, los fiscales argumentan que el acusado se había “enojado más” luego de sentir que había perdido el control de su esposa e hijas, porque salían con hombres no musulmanes. La madre dijo que sabía que sobre los novios de sus hijas, ellas ocultaron ese detalle a su esposo por temor a su reacción.
No obstante, no fue hasta el mes de diciembre de 2007 que Said puso una pistola en la cabeza de Amina y amenazó con matarla, así que planearon escapar antes de Navidad, según los fiscales.
Owens declaró que el día de Navidad, luego de que su esposo se fue a trabajar, ella y sus hijas huyeron a Oklahoma con su ropa “en bolsas de basura”. Pero al día siguiente, Said denunció su desaparición al Departamento de Justicia de Lewisville, lo que obligó a la mujer a llamar a un policía para insistir que se encontraba “viva y bien”, pero que le temía a su esposo.
Sarah y Amina finalmente regresaron a Dallas en la víspera de año nuevo, luego de recibir las llamadas de Said y su hermano. El hombre le dejaba mensajes de que había cambiado y que iría de la casa si no lo querían allí.
La mujer añadió que parte de su decisión de regresar a Dallas se debía a que la escuela secundaria de Amina estaba allí y así pudiera terminar y no pusiera en peligro su beca universitaria.
La fiscalía alegan que Said atrajo a las adolescentes a su taxi, donde Amina estaba sentada en el asiento del copiloto y Sarah atrás.
A Owens le dijeron que “se quedara en casa” mientras Said conducía en las cercanías para hablar con sus hijas.
La policía cree que las niñas fueron baleadas antes de las 7:30 de la noche cerca del Hotel Omni. En ese entonces, Sarah Said llamó dos veces al 911 diciendo que estaba “muriendo” luego de que su padre le disparara.
“Ella está pidiendo ayuda y nombra a su asesino, su padre, Yaser Said”, expresó Black sobre la llamada al 911 de Sarah.
No obstante, el abogado de Said dijo que su cliente fue atacado por su fe, y que las llamadas a las autoridades solo apuntaban que Sarah estaba en un momento extremo de trauma.
Asimismo, el abogado defensor Joel Patton cuestionó la capacidad de Owens de responder a las preguntas, por lo que acusó a los fiscales de guiarla e insistió que algunas de las acusaciones de la mujer eran falsas.
Said cumpliría cadena perpetua automática si es declarado culpable de los cargos de los que se le acusa.
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