Reo ejecutado por inyección letal en Oklahoma dijo que perdonaba a gobernador por mandarlo a matar

James Coddington, el reo sentenciado a cadena perpetua por el asesinato de un hombre a martillazos en el 1997, dijo, antes de ser ejecutado este jueves, que perdonaba al gobernador del estado, Kevin Stitt, por no conmutarle la sentencia.

Coddington fue ejecutado la mañana de ayer en el Penitenciario Estatal de Oklahoma en McAlester.

El convicto fue el primero de los 25 prisioneros en el pabellón de la muerte que el Gobierno de este estado planea ejecutar hasta finales del 2024.

A su vez, se convirtió en el quinto preso de Oklahoma muerto por inyección letal luego de que el estado resumiera las ejecuciones el año pasado.

El gobernador de Oklahoma, Kevin Sitt, rechazó el miércoles una petición de clemencia por parte de la defensa de Coddington, a pesar de que un panel gubernamental recomendó a principios de agosto no proceder con la ejecución.

Coddington agradeció en sus últimas palabras a las personas que lo han apoyado.

“A toda mi familia y amigos, abogados, todos los que han estado a mi alrededor y me han amado, gracias”, expresó Coddington. “Gobernador Stitt, yo no te culpo y te perdono”, añadió.

Luego bajó la cabeza y le dio el visto bueno a su abogada Emma Rolls con el pulgar hacia arriba.

Después de que se le inyectara la primera droga, el sedante midazolam, al sentenciado empezó a respirar con dificultad y su pecho comenzó a subir y a bajar, según el reportero de Associated Press, Sean Murphy, que presenció el proceso. Un doctor lo declaró inconsciente a eso de las 10:08 a.m. mientras el prisionero roncaba. Fue declarado muerto ocho minutos después por el director del Departamento de Correcciones, Scott Crow.

Coddington, de 50 años, fue sentenciado a muerte por el asesinato de Albert Hale, de 73 años.

A los 24 años, Coddington golpeó a Hale hasta la muerte con un martillo cuando el septuagenario se negó a darle dinero para su adicción a cocaína.

Tras el asesinato de Hale, el hombre cometió al menos seis robos a mano armada en estaciones de gasolina y tiendas de conveniencias en Oklahoma City.

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