En últimos tres días ola de migrantes hacia NY se convierte en “avalancha” ante envío de buses desde El Paso en Texas
"Las fronteras están saturadas, seguirán viniendo muchos más" comentan a El Diario recién llegados a la Gran Manzana. La Ciudad y el Estado siguen pidiendo auxilio al gobierno Federal para enfrentar esta crisis
Nueva York se encuentra con el “agua al cuello”, ante una ola de inmigrantes que esta semana, y al transcurrir de las horas, se convierte en una avalancha. Tan solo, este miércoles durante la mañana, se confirmó el arribo de 170 personas enviadas directamente desde la ciudad fronteriza de El Paso, Texas. Casi la totalidad son venezolanos.
Solamente este lunes, arribaron a la terminal de Port Authority, en el centro de Manhattan, un total de nueve autobuses, la mayor cantidad en un día, desde que se confirmó el traslado de los inmigrantes que en gran proporción no cuentan con contactos familiares.
También se pudo conocer que el Alcalde demócrata de El Paso, Oscar Leeser, en Texas, empezó a enviar desde el domingo indocumentados a Nueva York, ante el colapso absoluto de su sistema de refugios. Pero este flujo se produce de una manera “más coordinada”, confirmaron portavoces de la Ciudad.
“Nuestro objetivo es ayudarlos a llegar a su destino. La gente no viene a El Paso, viene a Estados Unidos“, aseguró.
El sistema de albergues ya sobrepasó en más de un 26% su capacidad, debido al ingreso desde el pasado mes de mayo, de por lo menos 9,500 inmigrantes suramericanos, que han sido transportados en buses desde Texas, luego de haber pasado la frontera sur.
Con 23 albergues de emergencia instalados recientemente, una nueva oleada que aguarda por venir y la presión de parte de defensores de los inmigrantes, que exigen más eficiencia en los procesos de acogida, la Ciudad y el Estado siguen buscando recursos y formas para atender esta crisis.
La frontera está saturada: “¡Vienen más!”
“Vienen muchos más. Hay varios familiares y amigos que están esperando pasar. Otros están en el proceso, con las autoridades migratorias en Texas para venirse. Aunque cuando llegas, no tienes muchas opciones: te dicen, vas para Nueva York”, explicó a El Diario, “Luis” un joven venezolano de 22 años, que esperaba su turno para ser atendido en el centro de navegación en la Cruz Roja en Hell’s Kitchen, abierto especialmente para ofrecer servicios básicos a los recién llegados.
“Luis” es apenas uno de los centenares de solicitantes de asilo, que han sido ubicados en El Bronx, hace un par de semanas.
“Uno viene a buscar trabajo para surgir. Obviamente no venimos a que nos mantengan. Sí hay una ayuda. No te dejan morir al llegar. Pero es horrible vivir en esos ‘shelters’. Es feo, feo”, remarcó el venezolano.
La vivencia que describe “Luis” se cuenta solo en un par de semanas.
Pero para otros, que ya han estado interactuando en el abrumado sistema de refugios de la Gran Manzana, por meses, las esperanzas por “una mejor vida” se empiezan a convertir en desesperación y angustia.
Tal es el caso de Mireya Tabares, una venezolana de 45 años, quien vino desde julio, con su pareja caminando desde Perú.
“Ya han pasado casi tres meses desde que llegué. Y definitivamente me empiezo a volver loca de pensar que seguiré viviendo así. Porque todo es muy difícil. Tienen que pasar muchas cosas, para que yo alquile un techo que pague con mi trabajo. Nada es cómo lo dicen del otro lado, antes de venir aquí”, confiesa Mireya.
Otros inmigrantes como ‘José Rodríguez’, como pidió ser identificado para esta entrevista, se muestran más optimistas.
El joven asegura que huyendo de la crisis humanitaria de su natal Venezuela, se había establecido en Perú. Luego decidió caminar hasta Estados Unidos, por un mejor futuro para su familia.
“La pandemia puso todo muy difícil para los inmigrantes venezolanos en Perú. Yo sí creo que con paciencia y trabajo duro, lograré mi objetivo. ¡Sí vamos a poder!“, indicó.
Coincidencias trágicas en NYC
Mientras que todas las proyecciones señalan que centenares de inmigrantes seguirán llegando, en medio de una disputa política, en donde gobernadores republicanos siguen enviando sin coordinación a estados y ciudades demócratas a indocumentados, en Nueva York un hecho trágico puso “sobre las brasas” la necesidad de revisar las políticas de acogida en el futuro inmediato.
Este lunes se confirmó que una madre que había llegado a la ciudad de Nueva York desde Colombia en mayo se quitó la vida. Se hospedaba con su hijo de 15 años y su hija de 7 años, en un refugio familiar en Hollis en Queens.
Las circunstancias en las cuales la colombiana se suicidó, no fueron detalladas por razones de privacidad.
Aunque no es difícil para otros compañeros, de esta “travesía” por el “sueño americano”, como Mireya, especular porqué muchas personas podrían estar tomando decisiones extremas: “Los refugios son sitios para estar un par de días. Del resto, es una pesadilla. En mi caso que no tengo papeles, ni familia, ni amigos, es duro pensar que esta será tu vida por tiempo indefinido. Yo he pensado lo peor también”.
En este sentido, voceros de decenas de organizaciones que promueven un trato más humano para estas familias, tienen varios temores ante el evidente colapso de los refugios y la falta de documentación para trabajar de los inmigrantes, que en su mayoría, han reportado ser solicitantes de asilo.
“Todo está coincidiendo trágicamente. Hay una crisis de vivienda asequible, incluso antes de la pandemia. Hay que sumar el repunte de los desalojos por el aumento de los precios de la renta. Tenemos mucho temor que muchas de estas familias terminen en situación de calle. Por eso debemos actuar ya”, esbozó una fuente de Caridades Católicas NY, una de las organizaciones que ha estado brindando soporte a esta crisis.
Asimismo, el activista Robert González, fundador de la organización ‘Por Amor a Venezuela’ le preocupa que desde que se concentraron los servicios para los recién llegados, en un centro de navegación en la Cruz Roja, la logística de apoyo a quienes llegan a Port Authority sea más reducida.
“Vimos llegar este miércoles a decenas de niños, jóvenes y adultos muy desorientados. Sin ningún tipo de información valiosa a su llegada. Es realmente doloroso”, indicó.
Hochul y Adams piden auxilio
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, aseguró que está en conversaciones con la Casa Blanca y discutirá vías para que los solicitantes de asilo se incorporen a la fuerza laboral “más rápido”.
“Debemos hacer esfuerzos para que puedan comenzar a establecer una base sólida para sus familias. Hemos hablado para obtener asistencia federal para esta crisis, para ayudarnos todos”, dijo la mandataria a medios locales.
Para Hochul, al igual que para el Alcalde de Nueva York, Eric Adams, es imperativo abordar opciones para que estas personas puedan tener la “capacidad legal” para trabajar lo antes posible.
El mandatario municipal sostiene que la Ciudad está satisfaciendo las necesidades de los migrantes, pero enfatizó: “Necesitamos ayuda. Necesitamos que el gobierno federal, el gobierno estatal, desempeñe un papel”.
Presidente Biden: “Vamos a detener este flujo”
La inmigración es uno de los temas clave de las elecciones de medio mandato de noviembre, luego de la acción de algunos gobernadores republicanos, de enviar grupos de indocumentados a estados demócratas como protesta por la política migratoria del presidente Joe Biden.
El mandatario nacional aseguró que la situación fronteriza es “totalmente diferente” a la que había en la Administración Trump, ya que “llegan menos migrantes de Centroamérica y México”.
“Ahora estamos atentos a Venezuela, Cuba y Nicaragua. La posibilidad de enviarlos de regreso a esos países no es racional. Aunque estamos trabajando con México y con otros países para ver si podemos parar este flujo”.
Datos:
- 13,000 inmigrantes de los cuales un 90% se calcula son de origen venezolano, han llegado a Nueva York, en los últimos meses.
- 4,000 habían arribado en autobuses enviados desde Texas hasta la primera semana de agosto, un proceso que se inició con fuerza en mayo, pero tuvo su mayor incremento en las últimas tres semanas.
- 9,500 se encuentran actualmente en los sistemas de refugios, que incluyen 23 hoteles de “emergencia” instalados en las últimas semanas.