Antonio Inoki: murió el luchador japonés que protagonizó la “primera pelea de MMA” contra Muhammad Ali
El Salón de la Fama de la WWE es recordado por haberle conectado más de 100 patadas a Muhammad Alí, en un combate que dio pie a las artes marciales mixtas. También fue un héroe político
Antonio Inoki, una leyenda de la lucha libre en Japón, que llegó enfrentarse a Muhammad Ali en 1976, falleció este sábado a los 79 años de edad. El japonés también hizo carrera en la política y se implicó en los intentos de diálogo con Corea del Norte.
El exdeportista nacido en Yokohama (sur de Tokio) en 1943 y cuyo nombre real era Kanji Inoki, emigró a Brasil junto a su familia siendo adolescente. Allí comenzó a destacar en diversas disciplinas deportivas, entre ellas la lucha libre, gracias a sus dotes atléticas y a sus imponentes 1.90 metros de estatura.
Inoki adoptó como apodo para el ring el nombre del púgil italo-argentino Antonino Rocca y comenzó a competir como profesional de la lucha libre a los 17 años de vuelta en Japón, donde es considerado el principal responsable de la explosión de esa disciplina en la década de 1970, además de uno de los pioneros de las artes marciales mixtas.
En 1976, midió sus fuerzas en Tokio con el icono del boxeo Muhammad Ali, en un evento de exhibición de impacto mediático global denominado en su día “el combate del siglo” que terminó en empate y que fue considerado por algunos como un montaje.
La carrera política de Inoki
Debido a su gran popularidad, decidió emplear su pseudónimo de combate también para la carrera política que inició con su propia formación, el Partido del Deporte y la Paz, con la que consiguió representación en la Cámara Alta del Parlamento de Japón en 1989.
Inoki viajó a Irak en 1990 antes de la Guerra del Golfo, en una “misión diplomática individual y no oficial” para organizar una competición de lucha libre y negociar con Sadam Husein. Esto permitió la liberación de 41 rehenes japoneses y fue considerado su primer gran logro político.
Además, entabló una fuerte conexión con altos cargos norcoreanos, gracias a los contactos facilitados por su mentor, el mítico luchador de origen coreano Rikidozan (1924-1963), a quien conoció durante una exhibición en São Paulo, Brasil.
En sus más de 30 visitas a Pyongyang organizó competiciones de lucha libre con púgiles de diversos países y ante un público multitudinario -en 1995 llegó a congregar a 190,000 espectadores en el estadio Rungrado Primero de Mayo-, y mantuvo encuentros con figuras de alto perfil del régimen que lidera ahora Kim Jong-un.
Inoki siguió siendo luchador profesional hasta 1998, tres años después de que su carrera parlamentaria quedara interrumpida al verse salpicado por un escándalo sobre la financiación ilegal de su partido y sus supuestos vínculos con la yakuza o mafia nipona.
Posteriormente, regresó a la política y volvió a ser elegido como senador en 2013, como candidato del nacionalista Partido por la Restauración de Japón. Desde entonces, intensificó sus visitas a Corea del Norte, con la intención de resolver el complejo asunto de los secuestros de japoneses hace décadas por el régimen. En 2019 puso fin a su carrera política, y en 2020 anunció que le habían diagnosticado una afección cardíaca.
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