$3 millones de dólares recibirá familia de adolescente baleado por policías en medio de crisis mental en hogar de Nueva York
$3 millones de dólares recibirá como compensación de la ciudad de Nueva York la madre de un adolescente de 18 años con una enfermedad mental que murió baleado por oficiales al responder a su hogar en Brooklyn
$3 millones de dólares recibirá como compensación de la ciudad de Nueva York la madre de Khiel Coppin, adolescente de 18 años con una enfermedad mental que murió en una lluvia de balas policiales después de que los oficiales NYPD confundieran un cepillo para el cabello con un arma al responder a su hogar en Brooklyn.
Cinco policías dispararon 20 balas y 13 de ellas impactaron a Coppin el 12 de noviembre de 2007 frente a su casa en Bedford-Stuyvesant, en un tiroteo que provocó manifestaciones e indignación de los defensores de la justicia penal, recordó Daily News.
El caso también llamó la atención del entonces senador estatal Eric Adams, actual alcalde de la ciudad, quien sugirió que la policía de Nueva York estaba ocultando un video del tiroteo fatal.
“Ha sido un viaje tan largo. Han pasado años”, dijo la madre de la víctima, Denise Owens. “Desde el primer día, fue un viaje duro. No querían aceptar la responsabilidad”. La ciudad acordó resolver el caso la semana pasada, informó el abogado familiar Wale Mosaku.
Una demanda presentada por ella languideció en un tribunal estatal durante más de una década, y la ciudad ganó un juicio sumario para desestimar el caso en 2017.
Pero hace dos años, un panel estatal de apelaciones revirtió esa decisión y dijo que un jurado debería determinar si los oficiales usaron fuerza excesiva. El panel de apelaciones incluyó a Sylvia Hines-Radix, a quien el alcalde Adams nombró para convertirse en la consejera de la corporación de la ciudad después de su elección en enero.
El día del tiroteo, la madre de Coppin llamó al equipo móvil de crisis del “Interfaith Medical Center” alrededor del mediodía para pedir ayuda para su hijo. El adolescente tenía un historial de enfermedad mental y había dejado de tomar su medicación antipsicótica.
Un equipo de crisis llegó a su casa mucho más tarde, alrededor de las 6:30 p.m., pero Coppin ya no estaba allí y se fueron. El adolescente regresó minutos después y Owens llamó a la policía.
“Si hubiera sabido que ese habría sido el resultado, tal vez habría procedido de otra manera”, comentó la madre.
El entonces comisionado de la policía de Nueva York, Raymond Kelly, dijo inicialmente que cuando la policía llegó al apartamento pudieron ver a Coppin en un pasillo con dos cuchillos. Los oficiales sacaron a Owens y a su hija de 11 años de la casa, mientras la madre repetía que su hijo no llevaba un arma.
Cuando los policías se acercaron, Coppin el blandió los supuestos cuchillos y gritó: “¡Dispárenme! ¡Mátame!”, “¡Ven a buscarme! ¡Tengo un arma!” según el relato policial inicial. Pero luego se determinó que el el objeto en su mano era un cepillo para el cabello.
Un portavoz del Departamento Legal de la ciudad dijo el lunes que el acuerdo logrado “era en el mejor interés de todas las partes”.
En enero pasado, una situación similar tuvo una final inverso: los jóvenes policías hispanos Wilbert Mora y Jason Rivera murieron baleados al responder a una llamada de una madre denunciando violencia doméstica de parte de su hijo en Harlem. El caso motivó la visita del presidente Joe Biden a Nueva York para participar en los funerales.