La dieta mediterránea podría disminuir las complicaciones en el embarazo, según un nuevo estudio
Las mujeres embarazadas que se adhieren a una dieta de estilo mediterráneo pueden reducir su riesgo de complicaciones, según un nuevo estudio. Revisamos cómo se puede seguir la dieta mediterránea
La dieta mediterránea es una dieta saludable que a menudo se promueve para disminuir el riesgo de enfermedad cardíaca, depresión y demencia. Un nuevo estudio encontró que la dieta mediterránea también podría ayudar a disminuir las complicaciones en el embarazo.
Alrededor de 700 mujeres mueren cada año en los Estados Unidos como resultado de complicaciones en el embarazo o el parto, según los datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Algunas mujeres tienen problemas de salud que surgen durante el embarazo y en otras mujeres puede presentarse el agravamiento de una condición o problemas de salud antes de quedar embarazadas.
De acuerdo con el estudio publicado recientemente en JAMA Network Open, las mujeres embarazadas que se adhieren a una dieta de estilo mediterráneo tienen resultados de embarazo menos adversos.
Entre estos resultados adversos se incluyen preeclampsia o eclampsia, hipertensión gestacional, diabetes gestacional, parto prematuro, parto de un lactante pequeño para la edad gestacional o muerte fetal.
Los investigadores realizaron un estudio en el que se incluyeron 7798 mujeres en edad media, el 19.5% de las mujeres tenían obesidad al principio de del estudio.
En qué consiste la dieta mediterránea
La Fuente de Nutrición de Harvard explica que la dieta mediterránea es un plan de alimentación basado principalmente en plantas que incluye la ingesta diaria de cereales integrales, aceite de oliva, frutas, verduras, frijoles y otras legumbres, nueces, hierbas y especias.
Las proteínas animales se comen en cantidades más pequeñas. La proteína preferida es el pescado y el marisco con un consumo, al menos dos veces por semana, también se incluyen proteínas animales de aves, huevos y productos lácteos (queso o yogur) aunque en porciones más pequeñas, diariamente o algunas veces a la semana. La carne roja se limita a unas pocas veces al mes.
La dieta mediterránea recomienda el aceite de oliva en sustitución de otros aceites y grasas (mantequilla, margarina). También incluye otros alimentos con grasas saludables como aguacates, nueces, pescados grasos (como salmón y sardinas) y nueces.
Se sugiere el consumo de agua como principal bebida diaria, en no embarazadas se permite una ingesta moderada de vino con la comida, de uno a dos vasos al día para los hombres y un vaso al día para las mujeres.
Los investigadores consideran que se necesitan estudios de intervención para evaluar si la promoción de una dieta de estilo mediterráneo en el momento de la concepción y durante el embarazo puede prevenir los resultados adversos del embarazo.
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