“El derecho al refugio no aplica para inmigrantes”: alcalde de Nueva York clama por fondos a la Casa Blanca y cierre de la frontera sur
La política de "derecho al refugio" de NYC no aplica a las decenas de miles de solicitantes de asilo que han llegado, afirmó el alcalde Adams. En su clamor por fondos federales, la semana pasada pidió al presidente Biden cerrar la frontera sur
La política de “derecho al refugio” de la ciudad de Nueva York no aplica a las decenas de miles de solicitantes de asilo que han llegado desde la primavera pasada, afirmó ayer el alcalde Eric Adams.
Los comentarios del líder demócrata en el programa de radio de WABC “Sid & Friends in the Morning” se produjeron mientras su gobierno lucha por acomodar la ola de inmigrantes en su “ciudad santuario” e implora por fondos a los funcionarios federales para cubrir una necesidad estimada en hasta $2 mil millones de dólares.
A principios de 2023 Adams viajó a Washington DC y la frontera en El Paso (Texas) endureciendo su postura sobre inmigración, que había sido laxa el año pasado. “No hay más espacio… pero las leyes locales nos obligan aquí a proporcionar refugio y seguir avanzando en la dirección correcta”, afirmó. “Esto ha impactado la calidad de vida en Nueva York“.
Además escribió un artículo de opinión en The Washington Post la semana pasada pidiendo al presidente Joe Biden que cerrara la frontera sur hasta que las solicitudes de asilo de los inmigrantes pudieran procesarse y describía una estrategia de “descompresión” para aliviar la crisis y asentar a los inmigrantes.
“El tribunal dictaminó que ésta es una ciudad santuario”, dijo Adams ayer al anfitrión radial Sid Rosenberg. “Tenemos la obligación moral y legal de cumplir con eso. (Pero) No creemos que los solicitantes de asilo caigan en la conversación sobre el “derecho a la vivienda”.
“No hay más espacio… y la razón por la que no hay más espacio en la posada es porque el gobierno federal no está haciendo su trabajo”, insistió Adams.
En medio de una batalla política nacional entre demócratas y republicanos, la ciudad de Nueva York ha visto llegar a más de 41,600 solicitantes de asilo desde la primavera de 2022 y ha abierto 77 refugios de emergencia y cuatro Centros de Ayuda y Respuesta. Dos más en camino están anunciados en Midtown Manhattan y el Terminal de Cruceros de Brooklyn.
Quienes llegan no tienen permiso de trabajo, algo que el alcalde ha unido a sus requerimientos federales para evitar riesgos de indigencia, depresión y criminalidad. En octubre Adams declaró “estado de emergencia” por la crisis migratoria en NYC, pidiendo asistencia financiera y legislativa de la Casa Blanca y los parlamentarios estatales. “Está quemando nuestro presupuesto”, afirmó entonces.
La ley de “derecho al refugio” de NYC es una de las leyes de ciudad santuario más estrictas del país y exige que el gobierno ponga un techo a disposición de cualquier persona sin hogar en una noche determinada. Se puso en marcha inmediatamente después de una demanda de la Sociedad de Ayuda Legal (Legal Aid Society) en 1979 contra NYC en defensa de seis hombres desamparados, recordó New York Post.
La Sociedad de Ayuda Legal y la Coalición para los Desamparados (Coalition for the Homeless) criticaron al alcalde por sus comentarios de ayer. “Ésta no es una responsabilidad que el alcalde Adams pueda decidir eludir, y él lo sabe mejor”.
El secretario de prensa de la alcaldía, Fabien Levy, les respondió así: “La sugerencia de Legal Aid de que la ciudad está incumpliendo sus [sic] obligaciones legales no podría estar más lejos de la verdad… Pero, como hemos dejado en claro durante meses, y como Legal Aid incluso dijo (ayer), el gobierno federal tiene una obligación aquí, al igual que el estado” Nueva York.
Al menos dos solicitantes de asilo han muerto en el último meses en refugios de la ciudad: una madre colombiana en septiembre y un joven venezolano en diciembre.
Mientras escasean las viviendas y los fondos, la espera por el ansiado estatus legal luce larga para muchas personas: los tribunales de inmigración en el estado Nueva York ya tenían un retraso de 180,000 casos antes de que comenzaran a llegar miles de inmigrantes en 2022.