Descubren plagio en presunta momia de sirena venerada en Japón
La supuesta criatura llevaba por lo menos 40 años exhibiéndose en un templo, pero se comprobó que gran parte de ella estaba hecha de tela, papel y algodón cubierta de piel de pez globo
Casi con la misma velocidad que los casos de Covid-19 fueron surgiendo en Japón durante la pandemia, también se incrementó la fama de una supuesta momia de sirena que era venerada en el templo de Enjuin, en Asakuchi, ciudad localizada en la prefectura de Okayama.
A la figura se le atribuían características casi mágicas, pues se decía que comerla podía otorgar la inmortalidad, lo cual era capaz de imponerse a cualquier enfermedad.
Aunque la criatura llevaba por lo menos 40 años exhibiéndose, al inicio de la pandemia comenzó a recibir centenares de visitantes en busca de que los protegiera para no enfermarse.
Dicha fama llegó hasta los oídos de la Okayama Folklore Society, organización que se dio a la tarea de examinar a la supuesta momia para tratar de determinar si era real.
De lo poco que se conocía era que la criatura supuestamente había sido capturada en el Océano Pacífico, frente a la isla japonesa de Shikoku, entre 1736 y 1741.
Una carta histórica fechada en 1903, aparentemente escrita por quien llegó a ser propietario de la momia, se almacenó junto a ella, lo cual en cierta manera corroboraba la historia.
Sin embargo, los restos de la momia comenzaron a ser analizados de manera minuciosa por Hiroshi Kinoshita y un grupo de expertos, pues se creía que estaba formada por el extremo de la cola de un pez injertado en la parte superior del cuerpo de un primate.
Una tomografía computarizada demostró que la mitad inferior del cuerpo es un pez, pero la mitad superior no es un mamífero.
Asimismo, se comprobó que la mayor parte de la parte superior del cuerpo estaba hecha de tela, papel y algodón, pero también se utilizó piel de pez globo para cubrir los brazos, los hombros, el cuello y las mejillas de la criatura.
Con respecto al cabello, se concluyó que es de origen mamífero; en tanto que las uñas fueron hechas de queratina animal y las mandíbulas que muestra fueron extraídas de un pez carnívoro todavía de origen no determinado.
Aunque no se descubrió que tenga esqueleto, en la parte posterior del cuello y la parte inferior del cuerpo se le detectaron algunas agujas de metal.
Para darle mayor realismo a la figura, se utilizaron escamas de pez corvina en su parte inferior, y se empleó arena o polvo de carbón mezclado con una sustancia pastosa para pintarla.
En resumen, se cuidó minuciosamente cada detalle en la figura para que pareciera real.
Finalmente, se identificó que la pieza se fabricó en algún momento del período Edo, el cual comprende desde 1603 hasta 1867.
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