¿Cómo verifican si el reclamante de un premio mayor de un juego de lotería como el de Powerball es el verdadero ganador y no un estafador?
A pesar de los rigurosos procesos de seguridad, la Lotería de California enfrenta una demanda por parte de un hispano que denunció el supuesto robo del boleto ganador de los $2,000 millones en el sorteo del pasado 8 de noviembre
Los estrictos requisitos de seguridad para confirmar la identidad de un ganador de un premio mayor de la lotería en California no impidieron la radicación de una demanda por fraude por parte de un hispano que alega le robaron el boleto ganador de los $2,000 millones de dólares del Powerball.
La denuncia de José Rivera ha puesto en cuestionamiento el procedimiento para identificar a los ganadores de los “jackpots” en el estado. Cabe señalar que estos trámites tienen sus particularidades en cada demarcación.
En California, puede tomar de semanas a meses confirmar el ganador de un premio gordo, según indicó Carolyn Becker, portavoz de esa oficina de la lotería a Nexstar. Las indagaciones implican a personal de la lotería y oficiales de las autoridades de ley y de orden quienes deben determinar si el reclamante del premio es el verdadero ganador o un estafador.
“Nosotros tenemos un proceso muy completo internamente, al menos aquí en California, para revisar a los grandes ganadores”, declaró al medio. “Nosotros ni siquiera los llamamos ganadores antes de que ellos los evalúen bajo una revisión de seguridad”, expuso.
Becker explicó que una vez se realiza el sorteo, ya sea de Powerball o Mega Millions, se produce un reporte automatizado que detalla si el tiquete ganador del “jackpot” fue vendido en ese u otro estado.
Así las cosas, la Lotería de California supo bastante rápido que el bolero ganador de los $2,000 millones fue vendido en Joe’s Service Center de Altadena. Sin embargo, en ese momento, aún no sabían que solo una persona había resultado premiada.
El mismo sistema automatizado le permite a la lotería saber cuándo el boleto fue comprado y cuántos sorteos se compraron en la transacción. Ese tipo de información así como material de cámaras de seguridad del establecimiento que vendió el boleto no se revela públicamente. Lo anterior más bien forma parte del proceso de verificación que se tiene que realizar internamente. Otros procesos incluyen la revisión del boleto que tiene sus singularidades como un billete en efectivo.
“Nosotros simplemente tenemos que ser razonables – y yo estoy hablando de una perspectiva legal – evidencia razonable que sustente que la persona que está reclamando el dinero es o no el ganador“, planteó Becker. “La integridad del juego se toma extraordinariamente en serio”, sostuvo.
Presentarse como el ganador del premio mayor sin serlo es un delito en California.
“Si hay un mal actor que nosotros podemos probar…ellos están tratando de defraudar al estado de California por medio de la lotería, será procesado – como cualquier otro crimen – dependerá de un fiscal de distrito en ese caso. Sin duda lo apoyaríamos”, puntualizó la funcionaria.
A pesar de los rigurosos procesos de seguridad, la Lotería de California enfrenta una demanda por el supuesto robo del boleto ganador de los $2,000 millones en el sorteo del pasado 8 de noviembre.
En el recurso presentado este mes ante la Corte Superior del Estado de California para el Condado de Los Ángeles, José Rivera alega que un hombre solo identificado como “Reggie” le robó el boleto acreedor del premio más cuantioso en la historia de juegos de lotería en Estados Unidos.
Reggie, que es un nombre ficticio, supuestamente se apropió del boleto de Rivera el mismo día en que este lo compró, el 7 de noviembre, en Joe’s Service Center.
No están claras las circunstancias de la apropiación. Pero tanto Reggie como Edwin Castro también aparecen como demandados en el litigio.
Castro es la persona que la Lotería de California identificó como el ganador legítimo del premio mayor del Poweball en Altadena.
La entidad ha insistido en que el ganador legítimo de la multimillonaria cifra es Castro y así lo ha hecho constar desde la conferencia de prensa del 14 de febrero.
Curiosamente, el ganador rechazó la invitación para presentarse públicamente en el evento. De Castro solo se sabe que es un exestudiante del sistema de educación pública de California. Se desconoce su edad, dónde reside, y otros datos personales, a pesar de que la ley en el estado obliga a los ganadores de los “jackpots” a revelar su identidad.
Aquí puedes leer más sobre el alcance de la denuncia por daños y perjuicios presentada por Rivera