Cultivos de agrícolas en la Luna: la ambiciosa apuesta de Francia para el futuro
El Centro de Estudios Espaciales de Francia espera desarrollar cultivos en la Luna, inicialmente para alimentar a los astronautas
El jefe del proyecto SpaceShip FR del Centro de Estudios Espaciales Francia (CNES), Alexis Paillet, asegura que las futuras misiones humanas hacia la Luna y Marte «nos obligan a proyectar y plantear un nuevo modelo de autonomía completa».
Paillet investiga nuevas tecnologías espaciales en asociación con el programa Terrae Novae de la agencia espacial europea (ESA), cita la agencia AFP.
Con este planteamiento explica que el CNES aspira desarrollar tecnologías de agricultura en la Luna para suministrar alimentos a los astronautas que se instalen en misiones espaciales.
Un ejemplo de esta situación es que a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS), los astronautas consumen alimentos empacados en la tierra, a unos 400.000 km.
«La alimentación de los espacionautas está esencialmente conformada por comidas liofilizadas y cocinados hechos; enviados por cargo desde la Tierra», indica AFP citando un comunicado de la agencia espacial francesa.
El cultivo como una opción
Este tipo de cultivos representa una opción para misiones muchos más lejanas y la posibilidad de continuar las exploraciones en el espacio. «Cultivar alimentos es indispensable para la continuación de la exploración humana», indica.
Recientemente durante el salón aeronáutico de Bourget, cerca de París, se presentó un proyecto de cultivos en el espacio que permitiría a futuro la agricultura lunar.
Se trata de “tecnología para «alimentar durablemente y de manera sana» a los astronautas que se encuentren en una base lunar, o marciana.
Timac Agro especializada en abonos y nutrición animal, fue la empresa escogida por el CNES para desarrollar ese proyecto.
Así cultivarán en el espacio
Maylis Radonde, directora de productos en Timac Agro; expone que se trata de una estructura en espiral sobre los que germinan granos que «condensa varios metros de raíces en unos centímetros».
También explica que está “compuesto de tierra lunar (el regolito) y de base biológica (desechos orgánicos especialmente)”.
Otro de los datos relevantes de este proyecto es que puede “fabricarse en el lugar por impresión 3D y funcionar también con regolito, siendo además reutilizable y biodegradable”.
Según Maylis Radonde este sistema utilizará «30 veces menos agua y 100 veces menos energía que un sistema de cultivo clásico.
La empresa señala que una parte de la reserva de granos, llevada desde tierra, sería conservada para la reproducción.
Señala AFP que esta empresa implantada en Saint-Malo (noroeste de Francia), “fue criticada por la contaminación del aire provocada por las emisiones de su fábrica de alimentación animal”.
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