Barbie: ¿ícono feminista o ideal de belleza tóxico?

La nueva película de Barbie, de Greta Gerwig desató un delirio, pero ¿qué hay detrás del mito de esta muñeca? En todo caso, siempre ha sido más que un mero juguete

Barbie

Barbie es amado por muchos pero también odiada por otros. Crédito: JAM STA ROSA | AFP / Getty Images

Ahí está ella: un monolito en un paisaje desértico. Ícono, diosa, mujer sobrehumana. Margot Robbie, quien encarna a Barbie en la película de Greta Gerwing, hace un guiño, mientras una niña destroza su muñeca con forma de bebé y la lanza al espacio, al son de la imponente música de Ricard Strauss, en una alusión al clásico de Stanley Kubrick “2001 Odisea del espacio”.

Ruth Handler, la “mamá de Barbie”, no quiso traer al mundo otra muñeca con la que su hija y sus amiguitas siguieran entrenándose para su futuro papel de madres. Su muñeca representaba una mujer joven y atractiva, segura de sí misma; una mujer que también trabajaba, lo cual no era ninguna obviedad en 1959, el año en que nació Barbie.

La estadounidense Ruth Handler (1916-2002), proveniente de una familia de inmigrantes judío-polacos en la que todos debían contribuir a los ingresos familiares, fundó en 1945 la empresa Mattel, con su marido, Elliot, y Harod Matson. Fabricaban marcos para cuadros y muebles para casas de muñecas. Como estos se vendían bien, se especializaron en la producción de juguetes. Y así surgió lo que se convertiría en una empresa de éxito mundial.

El mensaje de Barbie

También Barbie hizo carrera, al igual que su creadora. Y no como secretaria, que era entonces lo usual, sino como doctora, pilota, astronauta y hasta presidenta de Estados Unidos.

Para Susan Shapiro, una conocida autora estadounidense, el mensaje de Barbie es: “No tienes que ser una madre que se ocupa de los niños pequeños. No tienes que casarte. No tienes que ser mantenida por tu padre o por tu marido. Puedes mantenerte sola. Puedes ser todo lo que desees. Puedes emprender cientos de carreras”.

Desde 1961, Barbie cuenta con su fiel acompañante, Ken, quien nunca brilló como ella. Bien lo sabe Ryan Gosling, quien lo interpreta en la película: “Da igual lo que haga. Siempre soy el Nr. 2. Solo soy Ken”, lamentó.

Ideal femenino controvertido

No obstante, Barbie ha sido criticada en círculos feministas. Para la escritora Jill Filipovic, la muñeca transmite “una imagen insana del ideal femenino, y lo que significa ser una mujer atractiva, una mujer buena y digna”.

Piernas muy largas, cintura de avispa, cuerpo escultural. Con Barbie, ese modelo idealizado llegó a las habitaciones infantiles. “Joven, blanca, sin discapacidades, capaz de actuar y dispuesta a rendir en un mundo capitalista”: así lo resume en conversación con DW Elisabeth Lechner, especialista en estudios culturales. Un modelo de belleza discutible, que puede provocar una distorsionada percepción corporal, como sugieren algunos estudios.

Diversidad de Barbies

Mattel reaccionó ampliando su abanico de productos. Entretanto, hay Barbies con diferentes medidas corporales, con prótesis, con sillas de ruedas y también, desde hace poco, con síndrome de Down. El primer paso rumbo a la diversificación se dio ya en la década de 1960 en Estados Unidos. En el año del asesinato de Martin Luther King, apareció en el universo de Barbie la primera muñeca negra, llamada Christie. La directora Lagueria Davis cuenta su historia en la película “Barbie negra”.

Trabajadoras afroamericanas, como la tía de Lagueria Davis, convencieron de la idea a Ruth Handler. Así llegó al mercado Christie, que solo en 1980 pudo llamarse Barbie. Lagueria Davis critica la tardanza. Pero para muchas mujeres de esa generación, fue un triunfo y la demostración de que las afroamericanas eran hermosas y podían ser glamorosas y exitosas.

Entretanto, en el continente africano ha aparecido una competidora. La llevó al mercado el empresario Taofick Okoya, en 2007. Sus muñecas, llamadas las “Reinas de África”, se orientan por los diferentes tonos de piel de las múltiples etnias nigerianas, sus peinados y sus vestimentas. El mensaje es “esta es mi identidad, esa soy yo” afirma Taofick Okoya.

En las más de 6 décadas de la historia de Barbie, Mattel ha ido adaptando hábilmente su marketing al espíritu de los tiempos. Ya existe incluso una Barbie de material reciclado. Lo único que Barbie no ha podido hacer, hasta el momento, es envejecer.

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