“Cambié las leyes por la cocina”: la exitosa historia de la chef venezolana Lorena García
Desde pequeña siempre le gustó cocinar y consentir a sus allegados, y después es estudiar leyes y comenzar a trabajar en el área, descubrió que su pasión era preparar recetas, atender y bridarle lo mejor de sí en cada bocado
Desde que tiene uso de razón, como dicen en su natal Venezuela, a Lorena García le ha gustado la cocina. A los seis años de edad, tuvo su primera experiencia cocinando para varias personas, hizo un pícnic en la sala de su casa y preparó un desayuno, para su familia, con arepas y perico (un revoltillo de huevo con tomate y cebolla).
Desde niña soñaba con ser chef. En reuniones familiares siempre se encargaba de la cocina y de atender a los invitados. Cuando compartía con sus amigos también asumía el mando de lo que se iba a comer; de eso ya pasado algún tiempo y hoy es una reconocida chef con una sazón latina inspirada en su país de origen, Venezuela.
Esta reconocida chef hispana en los Estados Unidos, ha tenido la oportunidad de participar en varios concursos, programas de televisión y ha trabajado con varias marcas, experiencia que la han llevado a consolidar su carrera.
Una carrera como chef, que no planificó, sino que tomó una decisión por descarte, luego de graduada de abogada, en su primer día de trabajo se dio cuenta de que eso no era lo suyo. Ese día decidió hacer lo que más le gustaba, cocinar.
La decisión vino acompañada de una serie de acciones que realizó. Confiesa que han sido años de mucho trabajo y de mucho estudio para lograr darle estructura a ese sueño que ella tenía de cocinar.
Una carrera llena de logros, al punto que es una de las chefs más reconocidas hispanas. Dueña de restaurantes, y ahora con ese mismo amor, Lorena García está lanzando tres tipos de lasaña en los supermercados Walmart, un proyecto que comenzó en pandemia cuando le encargaron comida de excelente calidad a un buen precio.
Fue entonces cuando comenzó las pruebas de sabor para crear los tres sabores de lasaña: carne, pollo y vegetales.
“Sabía que tenía que tomar este riesgo”
Le preguntamos a la chef ¿en qué momento descubrió que la cocina era lo que más le gustaba?
“Esto ocurrió porque me di cuenta, a mí siempre me gustó entretener, invitar a mis amigos del colegio para estudiar y terminaba cocinando, o siempre tenía una excusa para hacer una reunión y cocinar y entender a mis invitados. Desde chiquita siempre quise hacer eso. Cuando tenía seis años hice un pícnic en la sala de mi casa para mi familia”.
“Ese es el primer recuerdo que tengo sobre cocinar, atender a las personas que estaban alrededor mío y se sintieran bienvenidas, siempre fue algo que me gustó mucho, me sentía muy identificada con eso”.
“Luego a la escuela de derecho, me di cuenta en mi primer trabajo como interna de que no, esto no es lo mío y renuncié el primer día que comencé a trabajar en una firma que me contrató”.
“Ese día dije ‘voy a hacer lo que me gusta, voy a dedicarme a mi pasión porque eso es lo que me gusta, la hospitalidad de la cocina me encanta’. Y visité una escuela en Johnson And Wales University, me metí en la universidad y comencé a estudiar culinaria y a trabajar al mismo tiempo”.
Yo creo que ese fue el momento, me di cuenta de que no quería ser abogada, fue cuando me di cuenta de que tenía que hacer lo que me apasionaba, que era la cocina.
“Fue un poquito riesgoso al principio porque en aquella época ser cocinera no era muy glamoroso, tal vez una carrera de abogacía pudiera ser un poquito más conocida, o tal vez más reconocida en el sentido de qué puedes trabajar y tener éxito” señala la venezolana en esta plática con El Diario.
“Siempre pensé que tenía que tomar ese riesgo de no hacer algo qué que no estaba en mi corazón. Entonces me dediqué a lo que me movía en ese momento que era la cocina. Desde entonces ha sido mi vida, ha sido mi pasión, mi carrera y gracias a Dios pude tomar esa decisión y aventarme a algo que realmente me gustaba hacer; y que lo sigo haciendo y hoy por hoy sigo cocinando todos los días, soy la que escribo mis libros, la que trabaja en mis restaurantes, estoy muy comprometida con mi carrera”.
¿Cómo manejo en su entorno el cambio de dejar el derecho por dedicarse a la cocina? Nos gustaría que compartiera su experiencia para las personas que quieren emprender, y se pudieran orientar con ella.
“Con preparación estudio. Yo creo que eso fue lo más importante y dedicarme a trabajar. No fue solamente el deseo de qué quiero cocinar y espero que pasen las cosas. Fueron muchos obstáculos, muchas vicisitudes a través del tiempo. Y lo más relevante en ese momento para mí fue dedicarme a estudiar y a trabajar. Hice las dos cosas al mismo tiempo al comienzo de mi carrera y pienso que eso me dio una estructura, obviamente en educación, de saber dónde estaba parada, pero también un sistema de trabajo que me pudiera llevar a seguir escalando posiciones dentro de la carrera”.
“En el momento en el que tú descubres que es lo que quieres hacer ahí, donde está la clave del éxito, porque cuando somos adolescentes no sabemos qué queremos hacer. A los 18 años muchas personas no saben exactamente qué es lo que quieren hacer con su vida. Entonces se presenta una decisión que tal vez te das cuenta de esto es lo mío o no. O a través de la influencia de los padres, que si son abogados tú quieres ser abogado, que si son médico tú quieres ser médico y a veces creo que esas son cosas que se pasan de generación en generación”.
“Te toca al final hacer lo que te apasiona y eso fue lo que me agarró y me dije ‘Bueno, Lorena métete por este camino’, y bueno eso si hay que echarle pichón como decimos nosotros los venezolanos. Eso sí, hay que prepararse, porque sin la preparación y sin el estudio no llegas a ningún lado, estoy completamente segura”.
Ser chef, ser cocinero, atender a los demás, ese servicio, ese mundo de la hospitalidad, era lo que me voy siempre, desde chiquita con mi familia y más grandecita en el colegio con mis amigos.
Siempre había una reunión en la casa y yo era la que cocinaba, la que atendía todo y me gustaba mucho ese contacto directo que la gente se sintiera bien alrededor mío.
¿Cuándo tomó la decisión de dedicarse a la cocina pensó en llegar tan lejos?
“Lo voy a resumir con esto. Hace pocos días, tuve un evento en mi universidad y en el carro donde voy estaba Emeril Lagasse, un chef muy famoso en los Estados Unidos. Yo recuerdo que desde chiquita lo veía en la televisión y decía ‘yo quiero hacer eso, yo quiero cocinar’, era algo que siempre me movía, imagínate lo que significó para mí estar sentada con él. Y ya lo conozco de varias veces y la primera vez que lo vi le dije ‘por usted, yo soy chef’. Él me inspiró con lo que hacía y dije ‘si él puede hacer, ¿por qué yo no?’. Y me dediqué a prepararme”.
“Tiene que ver cómo te proyectas, para mí (cocinar) era un sueño y fue lo que me llevó a prepararme y de ahí parte todo. Nunca pensé que pudiera haber llegado donde llegué, o donde estoy, y todo lo que me falta por recorrer, porque me falta muchísimo. No he llegado a ese punto donde pueda decir ‘Sí, ya lo hice’, y ya me la gané. No, todavía estoy en un proceso de aprendizaje. Sigo aprendiendo, renovándome y reinventándome, siempre con la innovación”.
“La única manera de lograr eso al principio de mi carrera, fue ese sueño de querer hacer lo que este chef hacía. Tener mis restaurantes, de poder representar a la cultura Latinoamericana, que es mi cocina, mis arepas, mis tacos, mi asado negro con la receta de mi abuelita, mis buñuelos, poderlos llevar a donde yo me muevo, que es los Estados Unidos. En mi carrera y en mi camino nunca mire a los lados, y las cosas se fueron dando las llamadas también”.
“Veo la vida como una cocina de ocho hornillas con ocho sartenes cocinando al mismo tiempo”
¿Cuáles son esos regalos que ha tenido en su carrera como chef?
“El poder representar a mi cultura latinoamericana en los Estados Unidos ha sido uno de los regalos enormes. Tener mi primer restaurante Chicas, en Las Vegas, como la única latina ahorita, estar en más de 4.000 restaurantes. Todas estas grandes experiencias que cambian tu vida como el primer programa de Televisión que hice que me hizo crear la sensibilidad de poder comunicar y poder darme cuenta de que me encanta, esa parte de mi carera de poder escribir mi receta y representar a mi cultura. Cada una de esas etapas que han marcado y cada uno de estos proyectos son los grandes regalos de la vida. Y poder seguir construyendo y cocinando. Veo la vida como una cocina de ocho hornillas con ocho sartenes cocinando al mismo tiempo, unos se dan, otros se queman, otros salen espectaculares, pero la idea es seguir cocinando”.
¿Hay algún sabor que la defina?, ¿Cuál es?
“Sí, la sazón. Es una palabra que no se puede traducir al inglés. La sazón es esa energía que me dio mi madre y mi abuela, de los sabores venezolanos que eran con los que yo crecí, que son las arepas, las empanadas, las caraotas negras, la carne mechada y los platanitos maduros. Cuando te pones a ver todos esos sabores, que parten de un sofrito, de diferentes aromáticos de diferentes especias que son muy descriptivas de lo que son los sabores venezolanos y de Latinoamérica, tienen un hilo enlazador porque al norte de Suramérica se comen las arepas, pero vas a México y tiene las tortillas, y en Centroamérica las pupusas, es casi la misma versión pero preparada diferente”.
“Tenemos mucho en común y viviendo fuera de Venezuela, en Estados Unidos me he dado cuenta que tenemos un gran hilo enlazador entre nuestros ingredientes y nuestras técnicas culinarias y a eso me dedico a representar la concina latinoamericana, como ese universo de sabores que se conjugan en uno. Y que nos sentimos representados. Cuando tu vienes a mis restaurantes, por ejemplo Chicas si vienes de México, Colombia, Argentina o Perú te vas a sentir super identificada (con la sazón) porque esos son los ingredientes que tengo en mis manos, porque es una cocina muy se fusión donde vas a ver el asado negro de mi abuelita, con las arepitas de piloncillo y anís, que no sabes cómo se venden”.
En mis restaurantes tengo mis canasta de arepitas, de buñuelos, presento el asado negro de manera gourmet, más elevada, pero te das cuenta de que mi sazón, mi sofrito y mis bases son muy caribeños y muy venezolanos.
En el mes de la hispanidad, cómo se ha traducido esto en su vida ¿Cómo lo percibe?
“A través del tiempo me he dado cuenta que en los Estados Unidos ha habido un cambio de aceptación para la comunidad latinoamericana. Donde antes el acento el acento era un obstáculo en mi carrera, mi inglés no era perfecto, y se transforma en ‘qué bonito tu acento’, ‘que bien te comunicas’. Y creo que es por la importancia que tenemos los latinoamericanos en Estados Unidos”.
“Y de ahí es que desde hace cinco años nace una marca que se llama Latin Delights, donde traigo mis sabores latinoamericanos a los Estados Unidos, que está en más de 1,100 tiendas Walmart en el país”.
“La marca arranca con unas lasañas o pastichos (como le llaman en Venezuela) muy ricos con sabor latino que se encuentran en la parte de los congelados. Uno es de carne, otro de pollo y vegetales, y es ahí donde se ve nuestra sazón latinoamericana donde puedo llevar ese sabor no solamente a todos los latinos, sino a todos los americanos que deseen probar nuestra sazón”.
“Sigo con mi linea de Latin Delights con los restaurantes, con los libros de cocina, representando lo que es mi corazón mi mente y esa línea directa que tengo con mi cocina, y darla a conocer a la mayor cantidad de personas que pueda a traves de la televisíón y todas las plataformas. Estoy muy orgullosa de lanzar esta marca con estas tres lasañas, que en el corto tiempo que las tenemos en el mercado hemos tenido una muy buena recepción y eso me indica que nuestros sabores venezolanos y latinoamericanos están siendo muy aceptados dentro de la cultura de los Estados Unidos”.
“Me llena de orgullo porque hay una aceptación y un reconocimiento de lo que es la herencia hispana en los Estados Unidos, y la importancia que tenemos los latinoamericados de primera, segunda y tercera generación, que ya sosmos americanos, pero que más venezolana no puedo ser. El poder representar y realsar esa cultura en Estados Unidos es muy importante, porque te das cuenta la importancia de lo que es la sangre, que te llevas tu cultura a donde quiera que vayas”.
Lasaña con sabor hispano y la chispa venezolana
“Siempre me he concentrado en lo que hago, como me preparo, como sigo innovado y en plena pandemia cuando estaba como loca, haciendo 20 mil cosas, para poder reinventarme ya que mis restaurantes estaban cerrados, nace la oportunidad a través de Walmart. Me llamaron y me pidieron una línea de comida congelada que se mantenga muy bien y que represente los sabores latinos y de ahí comienzo a cocinar, a hacer recetas que fueran accesibles, por $9 estas obteniendo dos libras y un poquito más de una lasaña con sabor hispano”.
“Me dedique primero a hacer la de carne donde tomo los sabores del comino, la paprica, cebolla, ajo, pimentones poblanos, jalapeños y una cantidad de ingredientes que se conjugan en esta lasaña que tiene un balance espectacular, bien hecha, con queso mozarella y salsa de tomate”.
“La lasaña de pollo es el típico pasticho venezolano con sabor suave, nada recargado, elaborado con pechuda de pollo, y los encuentros que tienen bastante sabor, todo esmechado con sus salsas de tomate, bechamel y queso mozarella. Y la lasaña de vegetales lleva maíz, los poblanos, y la base ricota y espinaca, una salsa bechamel con cebollas caramelizadas y pan rallado con queso parmesano para darle un toque crujiente”.
“Es un plato que puedes llevar al horno, puede alimentar a 4 personas y que te llena, que representa una solución de comida para cualquier familia“.
Esta línea de lasañas nace luego de 3 años de trabajo llega a 1,100 tiendas Walmart en la sección de congelados, lo que significa un gran orgullo para Lorena García.
A los hispanos en Estados Unidos le envía un mensaje. “Hay varias cosas. Primero hay que prepararse, el estudio aprender de las personas, de tus mentores es muy importante es algo que a mi me ha ayudado muchísimo. Segundo, es tener sueños que sean alcanzables, de esa manera hay tres palabras: simplificar, enfocar y ejecutar. La única manera que tienes de poder ejecutar tus sueños es si lo llevas a la mínima expresión para poder enfocarte en ellos y una vez que lo logras es como un bebé lo único que tiene que hacer es verlo crecer. Los grandes sueños son inalcanzables, pero los pequeñitos son mucho más fáciles de ejecutar. Sigues esa línea y te preparas bien, estudias y trabajas para ese fin y esa meta. Esa es una de las claves del éxito”.
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