Presidentes de universidades reciben duras críticas por sus declaraciones sobre el genocidio judío
La Casa Blanca enfatizó que los llamados al genocidio son "monstruosos y antitéticos a todo lo que representamos como país"
Las recientes respuestas de los presidentes de renombradas instituciones académicas como la Universidad de Harvard, la Universidad de Pensilvania (UPenn) y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) durante una audiencia en la Cámara han generado una controversia en la política estadounidense.
Las críticas surgieron a raíz de sus reacciones ante preguntas sobre el manejo del antisemitismo en los campus universitarios.
La congresista Elise Stefanik planteó un escenario hipotético a los presidentes, preguntándoles si un estudiante que aboga por el genocidio del pueblo judío estaría violando las políticas de sus respectivas instituciones, según informó The Hill.
Las respuestas, lejos de ser unánimes, revelaron distintas perspectivas sobre este tema delicado.
Sally Kornbluth, directora del MIT, declaró que se abriría una investigación por acoso en caso de que este fuera “generalizado”. Este enfoque generó debates sobre los límites de la libertad de expresión y la interpretación de la conducta considerada acosadora.
Liz Magill, presidenta de UPenn, sugirió que si el discurso se traduce en conducta, podría ser considerado acoso. La interacción alcanzó su punto álgido cuando Stefanik buscó claridad, preguntando directamente: “¿Conducta significa cometer un acto de genocidio?”.
Por su parte, la presidenta de Harvard, Claudine Gay, adoptó una postura más matizada al afirmar que la violación de las reglas dependería del contexto. Estas respuestas han causado revuelo en las redes sociales, donde la falta de una condena explícita a los llamados al genocidio judío generó consternación.
El Comité de Educación y Fuerza Laboral de la Cámara de Representantes expresó su preocupación, instando a los presidentes universitarios a condenar de manera inequívoca cualquier forma de incitación al genocidio, independientemente del contexto.
Rechazo bipartidista
Nikki Haley, exembajadora de la ONU y candidata presidencial republicana, advirtió que tales comentarios podrían llevar a la revocación del estatus de exención de impuestos de estas instituciones.
La Casa Blanca también intervino en el debate. El portavoz Andrew Bates calificó de “increíble” que se planteara siquiera una cuestión de este tipo. Bates enfatizó que los llamados al genocidio son “monstruosos y antitéticos a todo lo que representamos como país”.
La secretaria de prensa Karine Jean-Pierre condenó los llamados al genocidio como “inaceptables” y “viles”, asegurando que cualquier empleado de la administración que hiciera comentarios similares sería denunciado.
Ante la creciente indignación, Harvard buscó calmar las aguas emitiendo un comunicado el miércoles sobre las políticas de la escuela en materia de acoso contra estudiantes judíos. Claudine Gay reiteró que los llamados a la violencia no tienen cabida en la institución y que aquellos que amenacen a los estudiantes judíos rendirán cuentas.
En el marco de la audiencia, los presidentes destacaron el desafío de mantener un equilibrio entre garantizar la seguridad de los estudiantes y permitir la libertad de expresión en el campus. Condenaron el ataque de Hamás a Israel, subrayando el derecho de la nación a existir y resaltando la complejidad de gestionar un ambiente seguro y propicio para todos los estudiantes en estos tiempos.
Con información de The Hill.
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