Columna de Ismael Cala: Vivir sin miedo
Los científicos han descubierto que el miedo se localiza en el cerebro y que desempeña un papel importante en nuestra capacidad de procesar adecuadamente las emociones y en la formación de recuerdos
Esta semana quedé impactado con el avance de la ciencia y una nota publicada en BBC Mundo acerca de una mujer que, a raíz de una condición médica, es fisiológicamente incapaz de sentir miedo.
Es como si el personaje que representa a Temor en Intensamente (Inside out) no hubiese sido convocado al casting de la película pues debido a que S.M. (como fue identificada la paciente) nació sin la capacidad de experimentar miedo debido a una lesión en la amígdala, una estructura cerebral que desempeña un papel crucial en la identificación de expresiones faciales de miedo y en la supervivencia.
A través del estudio de su caso, los científicos han descubierto que el miedo se localiza en el cerebro y que desempeña un papel importante en nuestra capacidad de procesar adecuadamente las emociones y en la formación de recuerdos.
El caso de S.M. también ha arrojado luz sobre la importancia de la amígdala en el procesamiento del miedo y su papel en la supervivencia. La ausencia de miedo en S.M. ha resultado en una falta de vacilación al enfrentar situaciones que normalmente provocarían temor en otras personas, pero también ha aumentado su propensión a tomar riesgos innecesarios y afectado su capacidad de procesar adecuadamente las emociones.
El beneficio más importante de este estudio es el conocimiento que hemos adquirido sobre el procesamiento del miedo en el cerebro y la importancia de la amígdala en esta función. Comprender cómo el cerebro procesa el miedo podría ayudarnos a encontrar tratamientos que impidan que el miedo se apodere de nuestras vidas y a desarrollar estrategias para gestionar adecuadamente esta emoción adaptativa.
Además, el caso de S.M. también destaca la importancia de la emoción del miedo en nuestras vidas y su papel en la toma de decisiones acertadas y en la supervivencia. Aunque la ausencia de miedo puede parecer una bendición en algunos aspectos, también puede tener consecuencias negativas y aumentar nuestra propensión a tomar riesgos innecesarios.
El estudio sobre la mujer que no siente miedo ha arrojado luz sobre la importancia del miedo en nuestras vidas y la función crucial que desempeña la amígdala en el procesamiento de esta emoción adaptativa. El conocimiento adquirido a través de este estudio podría ayudarnos a desarrollar estrategias más efectivas para gestionar el miedo y a encontrar tratamientos que impidan que esta emoción se apodere de nuestras vidas.
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