Andrea Legarreta sigue sin firmar el divorcio
La separación entre Andrea Legarreta y Erik Rubín ha sido en los mejores términos a tal punto que hasta entonces siguen unidos legalmente
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Andrea Legarreta. Crédito: Mezcalent
La separación de una pareja no siempre implica el fin de la cercanía, mientras que Andrea Legarreta y Erik Rubín demuestran todo lo contrario. A pesar de haber anunciado el término de su relación amorosa, ambos han mantenido una conexión significativa, fundamentada en una profunda amistad y en su compromiso compartido por el bienestar de sus hijas, Mía y Nina.
La expareja celebró la Navidad junta y pasó unas vacaciones en Nueva York para recibir el Año Nuevo 2025. Legarreta ha abordado estas cuestiones con transparencia en entrevistas, subrayando que, aunque aún no han formalizado su divorcio, su enfoque principal sigue siendo la estabilidad emocional de sus hijas.
“Bueno, el papel no, de pronto este año sucede, pero la separación es real. Lo que pasa es que a la gente le cuesta trabajo ver una buena relación de los exes… Creo que lo de hoy tendría que ser de verdad, si no te llevas bien, por lo menos respetarse. Y si te separas, tener una historia bonita por lo que fueron, lo que vivieron, lo que compartieron”, dijo a los medios de comunicación.
Más allá de los trámites legales que corresponden a la disolución de un matrimonio, lo que verdaderamente prevalece en esta dinámica es el respeto que han cultivado a lo largo de los años. Este vínculo no solo les permite mantener una relación amigable, sino que también les ayuda a crear un entorno armonioso para Mía y Nina.
“Nosotros, al final los padres, si somos para siempre. Porque siempre vamos a ser papás de Mía y de Nina, y qué bonito que si tuvimos una historia linda y la seguimos teniendo y nos seguimos guardando cariño y nos deseamos lo mejor, tener una relación bonita, una relación sana”, añadió.
La historia de Andrea y Erik es un recordatorio de que la amistad puede perdurar incluso después del amor. Su compromiso por ser padres responsables y afectuosos es un testimonio de que, en ocasiones, las separaciones pueden ser el inicio de una nueva forma de colaboración familiar.
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