Diáspora venezolana en NY llama a concentrarse este jueves en Manhattan en un duelo entre esperanzas y dudas
La nación caribeña vivirá este viernes 10 de enero uno de los días más impredecibles de su historia reciente
La diáspora venezolana en Nueva York es llamada a concentrarse este jueves en la Plaza Simón Bolívar en la calle 59 de la Avenida Central Park South, en Manhattan, a las 2 P.M, justamente horas antes de uno de los días más impredecibles en la historia reciente, en un país marcado por un régimen autoritario desde hace 25 años.
“Vamos a unirnos en un día mundial memorable, para apoyar la recuperación democrática de nuestro país, motivados por las ganas de miles de venezolanos de regresar a participar en la reconstrucción del país”, dijo Osbel Paredes, portavoz de la plataforma opositora Vente Venezuela.
Esta concentración se adicionará a una docena de protestas que han realizado estos nacionales en la Gran Manzana, en los últimos seis meses. Y de por lo menos 20, en los últimos seis años, convocadas en medio de complicadas e inéditas crisis políticas e institucionales, que han definido sentimientos de muchas dudas, confusión, miedo, esperanza y también desconfianza en un grupo migratorio que no ha dejado de crecer en el área tri estatal.
La razón del llamado
Esta vez se ha convocado a todos los venezolanos en el mundo, a apoyar la juramentación como presidente de Edmundo González Urrutia, cuyo mandato constitucional debería empezar este 10 de enero, luego de haber vencido ampliamente con más del 40% de los votos al jefe del régimen, Nicolás Maduro, en unas controvertidas elecciones celebradas el pasado 28 de julio. Este resultado se deriva del inventario de las actas disponibles, la observación internacional y el veredicto del Centro Carter.
Sin embargo, Maduro sin presentar hasta ahora pruebas, se declaró como ganador, disponiendo para ello de toda una maquinaria de represión, persecución, detenciones ilegales y violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos para retener el poder. Todo un esquema que se ha agudizado en las últimas horas.
En este escenario, Maduro organiza su toma de posesión, sin el reconocimiento de la mayoría de los países latinoamericanos y con el rechazo de la Administración de Joe Biden, de la Organización de Estados Americanos y la Unión Europea. A la par, González Urrutia, quien ha sido respaldado como presidente electo por más de 30 países, anunció que regresará a Venezuela este viernes 10 de enero, a tomar posesión de su cargo, acompañado por un grupo de expresidentes latinoamericanos.
Ante este anuncio, el régimen venezolano ha advertido que si el líder opositor pisa territorio venezolano, será detenido junto a todos sus acompañantes.
Horas en vilo
Esta situación, única en la historia del continente, pone en vilo a miles de venezolanos que desde la distancia, no saben en realidad cuál podría ser el destino de una nación cuya crisis económica y política ha expulsado a 8 millones de ciudadanos.
Y parte del destino de esa oleada migratoria, ha sido justamente el área triestatal de Nueva York, en donde desde la primavera de 2022, la presencia de ciudadanos de esta nación caribeña aumentó en un 1,000%.
Por ejemplo, la migrante venezolana residente en la Gran Manzana, Yamile Bejarano, ante la cercanía de estas horas complicadas para su país, solo se atreve a asegurar que “de que esa dictadura sale, sale. Pero no sabemos, si será esta semana”.
Yamile como miles de sus compatriotas, ha sido testigo desde el exilio, de cómo amigos cercanos han sido encarcelados y torturados de manera cada vez más violenta, por participar en actividades opositoras pacíficas en contra del régimen venezolano.
“Muchas personas están desesperanzadas y piensan que esto será una réplica del intento fallido que vivimos hace algunos años, cuando Juan Guaidó se juramentó como presidente interino. No hay comparación con ese momento. La gran diferencia es que el mundo sabe que Edmundo González arrasó en las elecciones. Tenemos esperanza, pero a la vez mucho miedo, porque sabemos que antes de irse, ese régimen genocida y criminal hará mucho daño”, proyectó la migrante.
Desconfianza y escepticismo
Dentro de la variopinta presencia venezolana en Nueva York, también hay mucho escepticismo y desconfianza. Precisamente fue en la Plaza Bolívar de Manhattan, en donde se celebró con emoción la juramentación de Juan Guaidó, como presidente interino en 2019, un movimiento que terminó en mucha desilusión, para quienes piensan que parte del drama del país, el cual fue considerado el más próspero de América Latina, es precisamente la hipocresía de gran parte de la dirigencia opositora.
Así lo resume el profesor universitario, Javier Farías radicado en Nueva York, desde hace 15 años: “Dolió mucho la farsa del gobierno interino. Unos tipejos vinculados con Guaidó tomaron con mucha fanfarria la sede del consulado de Venezuela en el corazón de Manhattan. Y después se desaparecieron. Si bien es cierto que no podían hacer trámites consulares, ni de identificación, sí lo pudieron haber convertido en un centro de apoyo a los nuestros durante la pandemia. Nada de eso pasó. Muchos somos cautos. Ojalá esto no sea una réplica de esa ilusión que causó Guaidó”.
Para muchos recién llegados que durante meses, viven en albergues municipales, existe la ilusión que “algo cambie” para regresar al país que dejaron recientemente, huyendo de la violencia y la falta de oportunidades.
Asi es el caso de Samuel López, de 29 años, quien vino con tres niños. Luego de siete meses sostiene que no ha encontrado el “sueño americano” en ninguna parte.
“A la primera señal de cambio, yo seré el primero en regresarme. Lamentablemente es muy difícil la integración para los venezolanos pobres aquí, porque un grupito pequeñito del Tren de Aragua nos rayó (desprestigió) a todos. Es difícil conseguir trabajo. Imagínate ahora con este frío. Así piensan la mayoría de mis compañeros de refugio”, acotó.