La guerra, las protestas y el clima amenazan con arruinar el desfile militar de Trump en su cumpleaños
La demostración de fuerza se llevará a cabo en el contexto de la incapacidad de Donald Trump para aprovechar el poder para cumplir sus promesas de campaña

Una mujer pasa junto a la valla de seguridad instalada en el National Mall, durante los preparativos para un próximo desfile militar que conmemora el 250.º aniversario del Ejército. Crédito: Rod Lamkey, Jr. | AP
El desfile miliar que el presidente Donald Trump anunció para este sábado, el aniversario 250 del Ejército que coincide con su cumpleaños número 79, tendrá lugar en un momento en que las fuerzas estadounidenses están respaldando los esfuerzos de deportación interna y la defensa de Israel contra los misiles de Irán.
El primer desfile de este tipo, que ocurrió en Washington, dio la bienvenida a las tropas estadounidenses victoriosas de la guerra del Golfo en 1991 (con un eco de extravagancias parecidas a las anteriores a la Guerra Civil, y las Guerras Mundiales I y II), este evento contará con más de 6,000 tropas, una procesión de varios tipos de vehículos blindados a lo largo del National Mall en Constitucion Avenue y docenas de aviones militares volador encima.
Sin embargo, corre el peligro, literal y metafóricamente, de ver como la lluvia empañe el desfile tan esperado por Trump. Los pronósticos del clima señalan una gran probabilidad de tormentas eléctricas vespertinas. Más relevantemente, la demostración de fuerza estadounidense se llevará a cabo en el contexto de la incapacidad de Trump para aprovechar el poder que le concede su puesto para cumplir sus promesas de campaña de poner fin a las guerras entre Rusia y Ucrania e Israel y Gaza, además del conflicto entre Irán e Israel.
Los ensayos o los ejercicios largamente practicados se producen al día siguiente de que Estados Unidos empezara a proporcionar ayuda a Israel para derribar misiles iraníes y días después de que el mandatario republicano desplegara tropas de la Guardia Nacional y la Marina en Los Ángeles, California, para sofocar las protestas contra las redadas migratorias.
Los desfiles militares tienen larga data en la historia de Estados Unidos, tanto en el ámbito nacional como en las comunidades locales, aseguró la historiadora presidencial del Centro Miller de la Universidad de Virginia, Barbara Perry.
“Los humanos se sienten atraídos por los espectáculos”, explicó Perry, pero notó una diferencia entre las exposiciones militares tradicionales y la versión del cumpleaños de Trump.
“Generalmente, se trata del personal”, apuntó. “Ahora sabemos que este presidente tiene problemas políticos en todo el mundo y quiere demostrar su poderío. Y si lo ve, como en su primer mandato, como ‘sus generales’, y si lo ve como ‘sus fuerzas armadas’, entonces lo relacionas con tu cumpleaños especial; esa es la diferencia”.
Los críticos de Trump aseveran que está explotando a las fuerzas armadas para alimentar su ego, con un costo de hasta $45 millones de dólares para los contribuyentes, y al reivindicar amplios poderes ejecutivos, se presenta como un dictador.

Por décadas, los estadounidenses han asociado los desfiles militares fuertemente armados con el autoritarismo de la Guerra Fría en la extinta Unión Soviética y otros países.
Asimismo, Rand Paul, senador republicano por Kentucky, hizo esa comparación esta semana y señaló que no creía que el desfile de Trump fuera la mejor idea.
“Yo no lo habría hecho”, expresó Paul el martes. “Las imágenes que vieron en la Unión Soviética y Corea del Norte… nos enorgullecía no ser eso”.
Es por ello que se podría explicar por qué la mayoría de los adultos estadounidenses no ven con buenos ojos la idea del mandatario, informó NBC News.
Una encuesta reciente de NBC News Decision Desk, publicada el sábado en la mañana, se observa que el 64% de los adultos preguntados desaprueba el desfile. Se planean protestas en Washington y en todo el país, bajo el lema “Sin Reyes”.
El magnate neoyorquino, que le gusta la pompa, que prometió enfrentar a los manifestantes con “mucha fuerza”, ha intentado rechazar la idea de que se está celebrando a sí mismo por su cumpleaños.
“Será un desfile como no hemos tenido aquí en muchas décadas”, afirmó esta semana. “Y es una celebración de nuestro país. Es una celebración del Ejército, de hecho”.
Por su parte, los legisladores demócratas criticaron a Trump y al secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien estuvo en el Capitolio para una ronda de audiencias esta semana, por sus decisiones sobre cómo usar las fuerzas armadas.
“Están desplegando al ejército estadounidense para vigilar al pueblo estadounidense. Están enviando a la Guardia Nacional a California sin la solicitud del gobernador. Están enviando a los Marines, no tras amenazas extranjeras, sino tras los manifestantes estadounidenses”, le dijo a Hegseth la senadora Patty Murray, demócrata por Washington, la principal demócrata en el Comité de Asignaciones.
“Y ahora el presidente Trump promete usar fuerza bruta contra manifestantes pacíficos en su desfile militar en Washington D.C.”, expresó. “Ese tipo de acciones, y ese tipo de retórica del presidente, deberían detenernos a todos. Amenazar con usar nuestras propias tropas —contra nuestros propios ciudadanos— a tal escala no tiene precedentes, es inconstitucional y es completamente antiestadounidense.”
El contralmirante retirado de la Marina, Ken Carodine, señaló en una entrevista que el desfile no solo es “una idea terrible”, sino una que puede no entusiasmar a muchos de los integrantes del servicio.
“La mayoría de los que participan en la organización o en esto, es lo último que quieren hacer. Pero no pueden decir nada”, dijo, explicando que deben acatar las órdenes de sus superiores, incluso del comandante en jefe.
“Es una orden estúpida”, manifestó Carodine. “Pero es una orden legal”.
El viernes en la tarde, los funcionarios federales debatieron si aplazar el inicio del desfile, programado para las 6:30 de la tarde tras un día de festividades en el National Mall, para evitar los peligros y la incomodidad de posibles tormentas eléctricas. Al final, decidieron continuar de acuerdo a lo previsto.
Para Trump, promete ser otro momento de triunfo, una señal de exclamación en la victoria electoral de 2024 que lo llevó de vuelta a la Casa Blanca y al mando del país más poderoso del planeta.
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