window._taboola = window._taboola || []; var taboola_id = 'mycodeimpremedia-network'; _taboola.push({article:'auto'}); !function (e, f, u, i) { if (!document.getElementById(i)){ e.async = 1; e.src = u; e.id = i; f.parentNode.insertBefore(e, f); } }(document.createElement('script'), document.getElementsByTagName('script')[0], '//cdn.taboola.com/libtrc/'+ taboola_id +'/loader.js', 'tb_loader_script'); if(window.performance && typeof window.performance.mark == 'function') {window.performance.mark('tbl_ic');}

Nueva York avanza hacia la prohibición de los carruajes de caballos: Adams firma orden ejecutiva

El alcalde firmó una orden ejecutiva que impulsa la prohibición de carruajes de caballos en Nueva York y su reemplazo por vehículos eléctricos

Carriajes NYC

El alcalde Adams espera que para 2026 se eliminen los carruajes de caballos que circulan por la ciudad. Crédito: Kathy Willens | AP

El alcalde de Nueva York, Eric Adams, firmó este miércoles una orden ejecutiva que marca el inicio del fin para los carruajes de caballos en la ciudad. Con esta medida, el mandatario busca prohibir la histórica industria turística antes de la primavera de 2026 y reemplazarla con alternativas eléctricas que mantengan la tradición sin poner en riesgo a los animales ni a los visitantes.

La orden se suma al debate en torno a la Ley Ryder, proyecto de ley que se encuentra estancado en el Concejo Municipal desde hace más de un año y que debe su nombre a un caballo que colapsó y murió en 2022 en una transitada calle de Manhattan.

“Estamos dando pasos para prohibir la industria de carruajes de caballos en Nueva York. Hemos visto demasiados incidentes trágicos. Somos mejores que eso como ciudad”, expresó Adams a través de redes sociales y también en entrevista para ABC New York.

Antecedentes: muertes y accidentes que reavivaron la polémica

El colapso y posterior muerte de Ryder, cuyo caso recorrió medios y redes sociales en 2022, fue un punto de quiebre en el debate. Las imágenes del caballo desplomado sobre el asfalto generaron indignación internacional y reforzaron las voces que pedían poner fin a la práctica.

Otros casos, como el de Lady, una yegua que murió en una calle de Manhattan, y el de Bambi, que se fugó en Central Park y causó heridas a pasajeros, reavivaron la discusión sobre la seguridad. Estos episodios fortalecieron la postura de organizaciones defensoras de animales que aseguran que los carruajes no solo son crueles con los caballos, sino también un riesgo para peatones y turistas.

Un sondeo realizado tras la muerte de Ryder reveló que 71% de los neoyorquinos apoya la prohibición de los carruajes de caballos, lo que muestra un cambio de opinión pública frente a lo que alguna vez fue una atracción emblemática de la ciudad.

Lo que establece la orden ejecutiva

La medida firmada por Adams instruye a varias agencias municipales a actuar de inmediato. Entre las disposiciones destacan:

* Mayor supervisión y control policial, con prioridad en sancionar a conductores que invadan carriles de tráfico y ciclovías.

* Estudio de nuevas zonas en Central Park para reubicar temporalmente los puntos de abordaje.

* Esquemas de devolución voluntaria de licencias con compensaciones económicas.

* Diseño de programas laborales alternativos para los conductores afectados.

* Evaluación de carruajes eléctricos como reemplazo turístico de los actuales buggies tirados por caballos.

El alcalde insistió en que el cambio es una cuestión de seguridad pública y bienestar animal, y pidió al Concejo Municipal que avance con la Ley Ryder.

“No quiero que una familia camine por el parque y un accidente ponga en riesgo a un niño o a una madre. Debemos actuar antes de lamentar una tragedia”, advirtió Adams.

Apoyo de organizaciones y del Concejo

Grupos como NYCLASS y PETA celebraron la medida, asegurando que los incidentes ocurridos en los últimos años prueban que el modelo ya no es viable. “Esta es una acción que salva vidas de caballos y personas”, señaló Edita Birnkrant, directora de NYCLASS.

El concejal Robert Holden, patrocinador de la Ley Ryder, también respaldó la decisión del alcalde: “Es un paso en la dirección correcta para la seguridad, el trato humano de los animales y una transición justa para los trabajadores”.

Incluso la Central Park Conservancy, encargada de la gestión del icónico parque, manifestó su apoyo al proyecto al considerar que los caballos ya no son compatibles con el tráfico urbano y la experiencia turística moderna.

Reacción de sindicatos y conductores

El anuncio provocó un rechazo inmediato entre los trabajadores del sector, representados por la Transport Workers Union (TWU). El presidente nacional del sindicato, John Samuelsen, calificó a Adams de “Judas Iscariote” y sostuvo que la medida responde a intereses inmobiliarios, señalando que los establos en el West Side son apetecidos por desarrolladores.

En la misma línea, Christina Hansen, conductora y delegada sindical, advirtió que la decisión dejaría a unas 170 familias sin sustento. “Esto no es por el bienestar de los caballos. Solo quieren quitarnos los establos para construir edificios”, denunció.

Los representantes sindicales subrayan que veterinarios independientes han confirmado que los animales reciben buen trato y que la actividad forma parte del legado turístico de Nueva York.

Un futuro eléctrico para preservar la tradición

Aunque el plan busca eliminar el uso de caballos en las calles, el Ayuntamiento pretende mantener parte de la experiencia mediante carruajes eléctricos que imiten la estética de los tradicionales buggies. De esta forma, la ciudad apunta a combinar tradición e innovación, ofreciendo a los turistas una alternativa libre de crueldad animal y con menor impacto ambiental.

El programa incluye la compra de medallones a los conductores, apoyo en la búsqueda de nuevos empleos y la posibilidad de incorporarse al futuro sistema eléctrico.

“Primavera de 2026: ya no verán caballos en las calles de Nueva York, no olerán su sufrimiento ni temerán un accidente. Verán una ciudad más segura y compasiva”, concluyó Adams.

Con esta iniciativa, Nueva York se suma a las grandes urbes que han comenzado a repensar el uso de animales en actividades turísticas y abre el camino a un modelo en el que el bienestar animal, la seguridad y la innovación tecnológica se colocan en el centro de la experiencia.

Sigue leyendo:

* Yegua de carruaje murió en calle de Nueva York; rechazan denuncias de crueldad animal
* Fracasa acuerdo para regular caballos en el Central Park
* Video: Caballo escapa de establo y provoca conmoción en Manhattan

En esta nota

Eric Adams Caballos Central Park
Contenido Patrocinado