El drama silencioso de los niños inmigrantes: familias viven con miedo a la deportación
Niños inmigrantes faltan a la escuela por miedo a ICE. Expertos revelan el impacto devastador de las políticas migratorias en Nueva York
Las familias están renunciando a los derechos básicos que poseen sus hijos con tal de mantenerse juntos ante las redadas y deportaciones. Crédito: Eric Gay | Shutterstock
Las políticas migratorias de la administración del presidente Donald Trump están transformando radicalmente la vida cotidiana de miles de familias inmigrantes en Nueva York, donde 2 de cada 5 niños tienen, al menos, un padre inmigrante.
Expertos en defensa infantil y derecho migratorio revelaron en conferencia realizada por la organización “Young Center for Immigrant Children’s Rights” que el miedo a la deportación está provocando que familias enteras mantengan a sus hijos fuera de las escuelas, eviten buscar atención médica y vivan en un estado de terror constante.
El miedo llega a las puertas de las escuelas
Lisa Do Hofflich, experta en tráfico humano y exasesora legislativa, compartió una experiencia que ilustra la nueva realidad para las familias inmigrantes en Nueva York. Al llevar a sus hijos a la escuela en un tranquilo vecindario suburbano, observó agentes de ICE apostados frente al plantel educativo, justo después de que la administración eliminara las protecciones que limitaban la presencia de ICE cerca de escuelas, hospitales e iglesias.
“Una de nuestras familias más queridas ha mantenido a sus hijos en casa desde septiembre. Eso es todo el año escolar hasta ahora”, reveló Do Hofflich. “Los padres están aterrorizados de que si dejan a sus hijos en la escuela, ICE podría estar esperando. Temen que sus hijos puedan llegar a casa y encontrarla vacía”.
Esta situación se replica en todo el estado. Estudiantes de primer grado pierden la oportunidad de aprender a leer, mientras que adolescentes que deberían estar preparándose para la universidad permanecen confinados en sus hogares. El miedo ha reemplazado a la infancia.
Nueva York: un estado de familias de estatus mixto
Las cifras son reveladoras. Tan solo en, según cifras reveladas por Juan Díaz, gerente de políticas estatales del Children’s Defense Fund, la ciudad de Nueva York, más de la mitad de los niños nacidos en EE.UU. tienen, al menos, un padre inmigrante. En el condado de Westchester, cerca de 20,000 niños tienen al menos un padre indocumentado. A nivel estatal, más de 230,000 niños nacidos en EE.UU. tienen un padre indocumentado.
Díaz explicó que muchos de estos niños ciudadanos de familias de estatus mixto dependen de servicios de apoyo financiados por el gobierno. Sin embargo, los socios comunitarios en todo el estado han observado un “efecto paralizante” en las familias inmigrantes que tienen cada vez más miedo de acceder a los servicios que sus hijos necesitan y a los que tienen derecho.
“En Rochester y la ciudad de Nueva York, hemos visto familias que rechazan la inscripción en educación temprana”, señaló Díaz. “En White Plains, las consultas de inmigración han aumentado dramáticamente, mientras que los centros de salud han visto una disminución significativa en las inscripciones”.

Niños solos frente al sistema legal y el sistema que castiga a las familias
Uno de los aspectos más alarmantes del sistema migratorio estadounidense es que los niños son tratados como adultos en los procedimientos de deportación. A diferencia del sistema de justicia penal, no tienen derecho a un abogado gratuito. Esto significa que niños, a veces muy pequeños, enfrentan solos procesos legales complejos que determinarán su futuro entero, y muchos ni siquiera hablan el idioma.
El Padre Fabián Arias, quien ha sido tutor de 226 menores no acompañados en los últimos 13 años, compartió la historia de su primer caso: Hermes, un niño de Guerrero, México, que huyó a EE.UU. siendo adolescente después de presenciar el asesinato de su hermano por su orientación sexual. “Hermes vivía con miedo de sufrir el mismo destino”, explicó el padre Arias. Hoy, gracias al apoyo legal y comunitario, Hermes es ciudadano estadounidense y diseñador de moda, cumpliendo el sueño de toda su vida.
Por su parte, Abena Hutchfull, abogada de políticas públicas del Young Center for Immigrant Children’s Rights, detalló cómo las políticas actuales están diseñadas para castigar y separar familias.
Cuando la administración Trump implementó por primera vez una política que requería que los patrocinadores potenciales y todos en su hogar fueran sometidos a huellas dactilares, esa información se compartía con ICE para arrestarlos.
“Entre julio y noviembre de 2018, arrestaron a 170 personas que se presentaron para patrocinar a niños”, explicó. “Los familiares dejaron de presentarse. Niños con parientes amorosos listos para cuidarlos permanecieron en instalaciones durante meses porque sus familias tenían demasiado miedo”.
Aunque la administración Biden terminó con esa política, la actual la reinstauró en marzo. El tiempo promedio que un niño permanece bajo custodia federal se ha disparado de 30 días el año pasado a 6 meses actualmente, la mitad de un año de la vida de estos menores.
Consecuencias devastadoras para la seguridad comunitaria
Las políticas basadas en el miedo no solo afectan a las familias inmigrantes, sino que comprometen la seguridad de comunidades enteras. Hutchfull detalló que en el condado de Suffolk, una de las peores áreas para el tráfico humano en el país, niñas adolescentes, muchas de ellas inmigrantes recientes, están siendo explotadas por traficantes que las amenazan explícitamente: “Si vas a la policía, me aseguraré de que tu familia sea deportada”.
El propio fiscal de distrito del condado de Suffolk reconoce que las víctimas indocumentadas dudan en denunciar delitos por temor a las consecuencias migratorias. Esto crea un ciclo donde los niños y sus familias permanecen en silencio, las víctimas de delitos no buscan justicia y comunidades enteras se vuelven más vulnerables.
Los expertos coinciden en que Nueva York tiene el poder de proporcionar protecciones críticas mientras las políticas federales permanecen hostiles.
Dos iniciativas legislativas destacan como urgentes:
1) La Ley de Acceso a Representación garantizaría que los niños y familias inmigrantes tengan asesoría legal frente a la deportación. No más niños sentados solos en la corte navegando procesos que no comprenden.
2) La Ley “Nueva York para Todos” fortalecería las protecciones de santuario en todo el estado, convirtiendo escuelas, hospitales y espacios públicos en zonas seguras donde las familias puedan acceder a servicios sin miedo.
Además, se propone expandir el crédito tributario estatal por hijos, vouchers de vivienda y asegurar financiamiento para compensar los recortes federales a Medicaid y SNAP, programas de los que dependen cientos de miles de familias.
Un llamado a la acción
“¿Qué tipo de estado queremos ser?”, preguntó Do Hofflich, quien llegó a EE.UU. como refugiada vietnamita a los 3 años. “¿Un lugar donde los niños no pueden ir a la escuela de manera segura, donde las familias temen reportar delitos, o un lugar donde cada niño puede aprender, estar seguro y tener la oportunidad de un futuro?”
La respuesta a esa pregunta depende de las acciones que Nueva York y el resto del país tomen ahora. Con 2 de cada 5 niños en el estado con al menos un padre inmigrante, el futuro de una generación entera está en juego. Los legisladores, organizaciones comunitarias y ciudadanos deben unirse para construir comunidades seguras y acogedoras para todos los niños, sin importar su estatus migratorio.
“Todos somos neoyorquinos preocupados. Tenemos el poder de hacer más. Podemos construir comunidades seguras y enriquecedoras para nuestros niños y una bienvenida más justa y humana para todos”, concluyó Hutchfull.
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