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Los efectos que tendrá “La Niña” en invierno en Nueva York

El fenómeno climatológico traerá un invierno más variable a Nueva York, con nieve irregular y cambios bruscos de temperatura

Invierno en Nueva York

Aunque se estima que no será un invierno crudo, "La Niña" puede provocar fluctuaciones extremas. Crédito: Mary Altaffer | AP

El invierno boreal que se aproxima podría presentar un nuevo desafío climático para buena parte de Estados Unidos.

El fenómeno de “La Niña”, ya confirmado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), promete modificar los patrones meteorológicos durante los próximos meses. Aunque los científicos anticipan que este episodio será de intensidad débil, su influencia sobre las nevadas y las temperaturas en ciudades como Nueva York podría ser significativa.

Durante una fase de “La Niña”, los vientos alisios se fortalecen y empujan las aguas cálidas del océano Pacífico hacia el oeste, acumulándolas cerca de Asia. Como consecuencia, se produce una surgencia de aguas más frías frente a Sudamérica. Ese desequilibrio térmico en el océano genera un “efecto dominó” que altera la circulación atmosférica y cambia la trayectoria de las corrientes en chorro (jet streams). Dicho patrón afecta la ruta de las tormentas, el régimen de lluvias y el comportamiento de los frentes fríos en América del Norte.

Aunque el fenómeno se origina a miles de kilómetros de distancia, sus repercusiones pueden sentirse con fuerza en EE.UU., desde Alaska hasta Florida. Históricamente, los inviernos bajo “La Niña” suelen ser más secos en el sur del país, mientras que el noroeste y partes del norte tienden a registrar condiciones más frías y húmedas.

Lo que se espera para Nueva York

En el noreste de EE.UU., los efectos de “La Niña” suelen manifestarse de manera desigual. Según un análisis de The Weather Channel, los inviernos con una “Niña” débil tienden a ser menos nevados a lo largo del corredor de la Interestatal 95, especialmente entre Washington D.C., Philadelphia y Nueva York.

Sin embargo, el panorama cambia conforme se avanza hacia el norte del estado. Las zonas cercanas a los Grandes Lagos, como Buffalo, Rochester y Syracuse, suelen experimentar mayores acumulaciones de nieve debido al fenómeno conocido como lake-effect snow, o nieve por “efecto lago”. Este tipo de precipitación se produce cuando el aire frío proveniente de Canadá pasa sobre las aguas relativamente más cálidas de los lagos, generando intensas bandas de nieve localizadas.

En el caso de la ciudad de Nueva York, los especialistas coinciden en que el próximo invierno podría ser más variable que en años anteriores. Se esperan episodios intercalados de fuertes tormentas de nieve y períodos más secos y templados, lo que dará lugar a un comportamiento meteorológico muy irregular.

Con “La Niña” se esperan pocas nevadas pero estas podrían ser muy intensas. (Foto: Seth Wenig/AP)

Contrastes y precedentes recientes

The Weather Channel recordó que, en inviernos con condiciones similares, la “Gran Manzana” ha vivido contrastes marcados. Durante la temporada 2017-2018, Nueva York acumuló casi 30 pulgadas (76 cm) de nieve, mientras que en 2022-2023 apenas superó las 0,27 pulgadas (0,7 cm), una cifra históricamente baja.

Esta disparidad, según los meteorólogos, se explica por la interacción de “La Niña” con otros factores climáticos globales, como el calentamiento estratosférico súbito, un fenómeno que puede debilitar el vórtice polar, las oscilaciones del Atlántico Norte (NAO, por sus siglas en inglés) y la temperatura del océano Atlántico. Dependiendo de cómo se combinen estos elementos, los patrones de frío y nieve pueden cambiar de forma drástica de un invierno a otro.

¿Qué tan fría será la temporada?

Aunque la NOAA no anticipa un invierno excepcionalmente frío para el noreste, sí advierte sobre mayores fluctuaciones térmicas. Es decir, se alternarán rachas de aire gélido procedente de Canadá con días más templados impulsados por sistemas del Atlántico. Este comportamiento errático podría dificultar las predicciones a corto plazo y aumentar el riesgo de tormentas súbitas.

El Centro de Predicción Climática de la NOAA señala que los estados del noreste podrían registrar precipitaciones cercanas o ligeramente por debajo del promedio, aunque con mayor riesgo de eventos extremos. En términos simples, eso significa menos días de nieve, pero con posibilidad de tormentas más intensas cuando ocurran.

Impacto y preparación en NYC

Para la ciudad de Nueva York, el principal reto será la planificación ante un invierno impredecible. Las autoridades locales suelen preparar con antelación las reservas de sal y el mantenimiento de las vías, pero los cambios bruscos de temperatura podrían complicar las tareas de limpieza y el transporte público.

Además, los expertos advierten que los ciclos de deshielo y recongelamiento pueden dañar la infraestructura urbana y aumentar el riesgo de accidentes peatonales. En ese sentido, se recomienda a los residentes mantener precaución con el hielo negro en calles y aceras, y proteger las tuberías domésticas ante posibles descensos repentinos de temperatura.

Un invierno para la cautela

Aunque “La Niña” de este año se perfila como débil, su capacidad para alterar el clima sigue siendo notable. Los meteorólogos insisten en que un evento leve no implica necesariamente un invierno tranquilo. La clave estará en cómo interactúe con otras variables atmosféricas y oceánicas.

Ante dicha situación, Nueva York podría vivir un invierno de altibajos térmicos, nevadas irregulares y episodios intensos de frío, pero también con intervalos más benignos. En un contexto de cambio climático global, incluso los fenómenos tradicionales como “La Niña” adquieren una nueva dimensión, recordando que el clima se ha vuelto más impredecible que nunca.

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