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Bancos de alimentos se apresuran a abastecerse ante el fallo de SNAP: “reunir todos los recursos que podamos”

Mientras el cierre llegó su segundo mes, el gobierno dijo que SNAP que ayuda millones de personas a comprar alimentos, agotará sus fondos a inicios de noviembre

Empleados del Banco de Alimentos cargan comida en un automóvil en Ohio.

Empleados del Banco de Alimentos cargan comida en un automóvil en Ohio. Crédito: Patrick Aftoora-Orsagos | AP

Cientos de angelinos hambrientos se reunieron frente a la tienda del banco de alimentos Community Space, llevándose productos secos como pasteles, bagels, lentejas y pasta, aparte de ensaladas refrigeradas y bolsas congeladas de brisket.

La gran afluencia de personas fluctúa en todo el día, indicó el fundador Gaines Newborn, pero cuando la semana pasada se publicó la noticia de que el Programa Federal de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) cesaría el sábado, se preparó para necesidad de subirla drásticamente.

He recibido más llamadas que nunca de personas preocupadas que dicen: ‘Me están recortando los cupones de alimentos, necesito un plan‘”, expresó Newborn. “La gente está tratando de prevenir la inseguridad alimentaria”.

En tanto, el cierre federal se amplía a su segundo mes, el gobierno republicano anunció que SNAP, que ayuda aproximadamente a 42 millones de personas a comprar alimentos mensualmente, agotará sus fondos a inicios de noviembre, algo que nunca había ocurrido antes en los 50 años de historia del programa.

El viernes, dos jueces federales bloquearon el intento de la administración de suspender el pago de las ayudas, pero el gobierno podría apelar las órdenes ante un tribunal superior. Los bancos de alimentos siguen en suspenso ante la posibilidad de un recorte de las ayudas, ya que se enfrentan a una mayor demanda impulsada por los empleados federales que no han gozado de su sueldo en medio del cierre del gobierno, además de las personas que han tenido dificultades para enfrentar el aumento de los precios de los alimentos.

“Sinceramente, me cuesta comprender la magnitud de lo que sucederá cuando 1.8 millones de neoyorquinos no reciban ese beneficio del que dependen para comprar alimentos”, manifestó Nicole Hunt, directora de políticas públicas y defensa del Banco de Alimentos de la Ciudad de Nueva York, que presta servicios a la ciudad más poblada de Estados Unidos.

La organización, la más grande de la Gran Manzana, planeaba aumentar su ayuda en el periodo en que SNAP no esté disponible, pero Hunt señaló que no pueden igualar el nivel de asistencia que ofrece el programa federal.

“Vamos a hacer lo que hacemos, que es llevar comida. Vamos a intentar concentrarnos lo máximo posible en los barrios que van a ser los más afectados y conseguir todos los recursos que podamos, pero esa no es una escala que podamos alcanzar, y esa es la realidad de lo importante que es SNAP y cuántas personas dependen de él”, expresó.

El gobierno federal cerro el 1 de octubre, luego de que los demócratas y republicanos del Congreso no lograran llegar a un acuerdo sobre una ley que hubiese garantizado la continuidad de los fondos. Cerca de 700,000 trabajadores federales fueron suspendidos temporalmente, y a cientos de miles se les ordenó que siguieran laborando a cambio de un salario que solo recibirán una vez que se restablezca la financiación.

Pero ya para el 1 de noviembre el estancamiento continúa, ya que los legisladores republicanos se niegan a aceptar las exigencias de los demócratas de relacionar la legislación sobe la financiación del gobierno con una prórroga de los créditos fiscales que han descendido los costos de los planes de salud de la Ley de Cuidado de la Salud Asequible (Affordable Care Act). Aunque los líderes republicanos del Senado han intentado 13 veces aprobar un proyecto de ley para reabrir el gobierno, los demócratas se mantienen firmes y no se vislumbra una pronta solución.

Los beneficios SNAP siguieron durante los cierres previos, incluyendo los que tuvieron lugar en el primer mandato de Trump, y un informe del Departamento de Agricultura que describe sus planes para la última falta de financiación señalo que seguirían también este mes.

Pero ese informe fue eliminado de la página web del departamento y sustituido por un mensaje que ataca a los senadores demócratas que dice lo siguiente: “En resumen, los fondos se han agotado. Por el momento, no se emitirán beneficios el 1 de noviembre”.

El profesor de la Facultad de Derecho de Georgetown, David Super, dijo que entre el dinero asignado a SNAP y los fondos para otros programas que la ley permite reasignar, el departamento podrían mantener el flujo de fondos SNAP, si quisiera.

“La clara intención del Congreso es que este dinero esté disponible para pagar prestaciones”, apuntó Super en un evento organizado por la Institución Brookings. “Están recortando las prestaciones para presionar a los demócratas del Senado, y publican esta declaración ofensiva y deshonesta en su sitio web, intentando culpar a cualquiera menos a sí mismos por esta cancelación totalmente voluntaria de las prestaciones de SNAP”.

El fracaso del programa creará una necesidad que ningún banco de alimentos podrá cubrir, informó The Guardian.

En promedio, SNAP ofrece a 95 millones de comidas al mes en la ciudad de Nueva York. En 2024, el Banco de Alimentos de Nueva York distribuyó 85 millones de comidas, de acuerdo con lo que declaró Zac Hall, vicepresidente sénior de programas.

“Vemos a madres preocupadas por lo que van a poder preparar para la cena de sus hijos, a abuelas preocupadas por lo que van a poner en la mesa para las comidas de Acción de Gracias”, manifestó Hall.

En Brooklyn Park, un suburbio de Minneapolis, Second Harvest Heartland, el segundo banco de alimentos más grande de Estados Unidos, está incrementando sus existencias para estar preparado para el fin de SNAP, según Sarah Moberg, su directora ejecutiva.

“La red de ayuda alimentaria no fue diseñada para hacer el trabajo de SNAP”, dijo Moberg. “Estamos diseñados para satisfacer la necesidad urgente de ayuda alimentaria de alguien en un momento, y SNAP está diseñado para hacerlo de manera mucho más eficiente”.

El choque de un recorte salarial sería particularmente agudo para los empleados federales que ya están batallando para mantenerse sin sus salarios habituales.

Algunas ciudades y estados tomaron medidas preventivas para evitar que el impacto financiero de la suspensión del programa SNAP fuese un golpe más duro. La gobernadora del estado de Nueva York, Kathy Hochul, declaró el jueves el estado de emergencia, que liberará $65 millones de dólares en fondos estatales para bancos de alimentos.

Por su parte, Tim Walz, gobernador de Minnesota, destinará $4 millones de dólares en fondos estatales a los bancos de alimentos para enfrentar la falta de ayuda del programa SNAP, pero la necesidad es más grande: el estado recibe $73 millones de dólares en fondos federales para este programa.

En este sentido, el banco de alimentos comunitario de Atlanta, donde la necesidad mensual subió a un 70% en los últimos tres años y medio, anunció que destinará $5 millones de dólares de su fondo de contingencia para abastecer sus despensas ante el incremento de la demanda por parte de los empleados federales no remunerados y beneficiarios del programa SNAP. El alcalde de la ciudad, Andre Dickens, anunció una moratoria temporal sobre los desalojos u los cortes de agua para respaldar a los residentes afectados por la interrupción de la ayuda alimentaria.

Super advirtió que el plazo límite para SNAP es un mal augurio para el futuro a largo plazo del programa en Washington.

“Hasta ahora, esto no ha sido algo político ni ideológico, y sería trágico que cruzáramos esa línea y esto se convirtiera en algo más de una guerra partidista”, indicó.

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