Tribunal bloquea el nuevo mapa electoral de Texas y apunta a sesgo racial en su diseño
Texas no podrá usar su nuevo mapa electoral tras un fallo federal, un revés para Trump, que impulsó la redistribución para ampliar la mayoría republicana
El gobernador de Texas, Greg Abbott, habla con los medios de comunicación tras la firma de un proyecto de ley mientras los senadores de Texas debaten un proyecto de ley sobre un nuevo mapa del Congreso de EE. UU. Crédito: Eric Gay | AP
El nuevo mapa electoral para la Cámara de Representantes en Texas que buscaba favorecer a los republicanos ampliando su mayoría quedó suspendido este martes, luego de que un panel federal determinara que no podrá usarse en las elecciones de medio término de 2026.
La resolución, firmada por el juez federal Jeffrey Brown —nombrado por el presidente Donald Trump—, implica que existen indicios suficientes de manipulación racial en el diseño aprobado este verano por la mayoría republicana del Congreso estatal.
El fallo subraya que la controversia no solo responde a motivaciones políticas, sino a decisiones impulsadas por criterios étnicos que podrían vulnerar la Ley de Derecho al Voto.
“Sin duda, la política influyó en la elaboración del mapa electoral de 2025”, dijo el jueza. “Pero fue mucho más que política. Existen pruebas sustanciales de que Texas manipuló los distritos electorales de 2025 con sesgo racial”.
El origen de la disputa se remonta a una carta enviada a principios de verano por el Departamento de Justicia, en la que advertía a Texas sobre la necesidad de rediseñar los distritos y amenazaba con acciones legales si no se desmantelaban los llamados “distritos de coalición”, creados para garantizar representación a votantes no blancos.
Según Brown, aquella advertencia planteaba argumentos jurídicamente incorrectos, pero terminó guiando a las autoridades estatales hacia un rediseño basado explícitamente en criterios raciales.
Para los demandantes, ese proceso revela que el mapa de 2025 no solo modificó fronteras electorales disputadas, sino que respondió a directrices del gobernador Greg Abbott y de la Legislatura republicana para alterar distritos en los que la influencia de votantes no blancos era determinante.
La orden implica que el estado deberá volver al trazado de distritos aprobado en 2021, mientras se abre un proceso judicial que podría terminar definiéndose en la Corte Suprema.
El fallo supone un revés para Trump, que había instado públicamente a los republicanos texanos a impulsar un mapa con el potencial de añadir hasta cinco escaños a su partido.
La decisión judicial detiene temporalmente esa estrategia y enmarca la disputa en un paisaje nacional donde otros estados ya han tomado posiciones. En California, por ejemplo, los votantes aprobaron este mes un nuevo mapa legislativo que también podría trasladar hasta cinco escaños, pero en favor de los demócratas.
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