Un tesoro ruso: el Huevo de Fabergé que podría alcanzar más de 26 millones en subasta
Creado para la familia Romanov, este huevo ha tenido una fascinante historia de cambio de manos
Los coleccionistas esperan que este huevo Fabergé perteneciente a la familia imperial rusa alcance un precio récord en subasta. Crédito: AP
Un raro y reluciente Huevo Fabergé, creado para la familia Romanov a principios del siglo pasado, se subastará en Londres por un precio superior a los 20 millones de libras (más de $26 millones de dólares), por considerarse como una joya perdida y redescubierta, que además tiene como valor intrínseco el dramático final de la familia real rusa con el inicio de la Revolución de 1917.
El raro artículo está fabricado en cristal y diamantes elaborado con un diseño exclusivo para la familia gobernante de Rusia. De acuerdo con la casa de subastas Christie’s este huevo es una de siete piezas de este tipo que permanecen en manos de coleccionistas privados. La subasta está programada para el próximo martes 2 de diciembre en la sede de Christie’s en Londres.
Este raro objeto mide 4ste raro objeto mide 4 pulgadas de alto está elaborado con cristal de roca finamente tallado, recubierto con un delicado motivo de copos de nieve forjado en platino, además de 4,500 diminutos diamantes incrustados. Mientras que en su interior, resguarda una pequeña cesta extraíble con flores de cuarzo enjoyadas que simbolizan la primavera.
Una hermosa, valiosa e histórica pieza de arte
Margo Oganesian, jefa del departamento de arte ruso de Christie’s, dijo que se trataba de un “lujoso chocolate Kinder Sorpresa”, aunque luego aclaró que en realidad es un magnífico ejemplo de artesanía y diseño, “la ‘Mona Lisa’ de las artes decorativas”, afirmó.
Se trata de uno de dos huevos creados por la diseñadora Alma Pihl. Este fue encargado por el zar Nicolás II para su madre, la emperatriz viuda María Feodorovna, como regalo de Pascua en 1913. El otro huevo pertenece a la familia real británica.
En total, el artesano Peter Carl Fabergé y su compañía crearon más de 50 huevos para la familia imperial rusa entre 1885 y 1917, cada uno de ellos tiene un diseño único, que incluye un objeto oculto en el interior.
Se trata de una tradición que comenzó el zar Alejandro III, cuando regaló un huevo a su esposa cada Pascua. Su sucesor, Nicolás II, continuó con la tradición, regalando a su esposa y a su madre, antes de ser derrocado por la revolución de 1917 y ejecutado junto con su familia en 1918.
Este huevo fue comprado por un comerciante londinense por 450 libras (unos $596 dólares), luego que el régimen soviético, con problemas de liquidez, vendió algunos tesoros de la corona rusa en la década de 1920, el huevo cambió de manos varias veces e incluso se creyó perdido durante dos décadas, hasta que fue subastado por Christie’s en 1994 por más de 7 millones de francos suizos ($5.6 millones de dólares de la época). Se vendió de nuevo en 2002 por $9.6 millones de dólares.
Ahora se espera que supere el récord de $18.5 millones de dólares pagados en una subasta de Christie’s en 2007 por otro huevo Fabergé que fue encargado para la familia de banqueros Rothschild. Oficialmente existen 43 huevos imperiales de Fabergé supervivientes, la mayoría de ellos están resguardados en diferentes museos de todo el mundo.
¿Por qué son tan codiciados los huevo Fabergé?
Estos exclusivos objetos de arte son sumamente codiciados debido a su combinación de exquisita artesanía, combinado con su valor histórico y su rareza. Cada huevo es una obra de arte única y simboliza el lujo y el poder de la época imperial de finales del siglo XIX.
Este huevo, específicamente, refleja la conexión con la dinastía Romanov les otorga un estatus histórico y un aura de exclusividad inigualables.
En su elaboración, cada huevo es considerado una obra maestra de la orfebrería, supervisado directamente por Peter Carl Fabergé e incluyen tanto objetos de alto valor, como diferentes sorpresas:
- Materiales preciosos: Utilizan metales y piedras preciosas, como oro, platino, zafiros, rubíes, diamantes y esmeraldas, engarzados con técnicas sofisticadas de esmaltado
- Sorpresas ocultas: Cada pieza se distingue por contener una “sorpresa” en su interior: miniaturas, relojes o retratos, que añaden un elemento de misterio y talento artístico
- Diseño personalizado: En el caso de los huevos imperiales, cada pieza tiene un diseño único, que usualmente hace referencia a eventos importantes de sus propietarios, lo que aumentaba su valor sentimental y artístico
En su momento solo se fabricaron 50 huevos imperiales y algunos se han perdido para siempre, por lo que su escasez y rareza han disparado su precio en las subastas, hasta por millones de dólares, por lo que la mayoría se encuentran resguardados por coleccionistas privados y museos.
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