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Lo que un experto en alimentación evita en el desayuno de un hotel (y por qué)

Alimentos que debes evitar comer en hoteles, según un experto. Evita el desmadre que te deja sin energía

Los desayuno buffet son una tentación. Conoce la estrategia para comer delicioso y saciante.

Los desayuno buffet son una tentación. Conoce la estrategia para comer delicioso y saciante. Crédito: Shutterstock

Un buffet de hotel puede ser el paraíso… o el camino más rápido a pasar el día pesado, con sueño y sin energía. Esa mesa infinita de bollería, zumos de colores, cereales y bacon invita a servirse “un poco de todo”, pero el precio suele pagarse pocas horas después.

En vacaciones cambiamos horarios, dormimos distinto y caminamos más, pero muchas veces arrancamos el día con un festín de azúcar y harinas refinadas: panes, cereales azucarados, jugos de fruta, cruasanes y tostadas de pan blanco.

El médico Michael Mosley, creador del método de adelgazamiento The Fast 800, alerta de que un desayuno muy copioso y cargado de azúcar provoca un pico de energía… seguido de una caída brusca que deja cansancio y más hambre al poco tiempo.

No se trata de “no tocar” el buffet, sino de saber elegir mejor para no convertir el desayuno en un lastre para el resto del día.

Qué evitar en el buffet del hotel

Alimentos que se deben evitar comer en hoteles
Crédito: Shutterstock

Mosley sugiere minimizar o dejar para ocasiones muy puntuales estos clásicos del desayuno de hotel:

Jugos de fruta (aunque parezcan saludables, concentran azúcar y casi nada de fibra).

Bollería: pasteles, cruasanes, medialunas, donuts.

Cereales refinados y azucarados.

Pan blanco en todas sus versiones.

Frutos secos “de picoteo” en exceso (mezclas con miel, azúcar, chocolate, etc.).

No es que estén “prohibidos”, pero si se convierten en la base del desayuno, el resultado suele ser hambre temprana, sueño y menor control sobre lo que comemos el resto del día.

Qué poner en el plato

En lugar de llenar el plato de productos de panadería y tostadas, Mosley recomienda priorizar alimentos que aporten saciedad y estabilidad de energía:

Tortillas o huevos con verduras (omelettes, revueltos con vegetales).

Yogur natural (mejor sin azúcar añadido) con fruta fresca.

Queso, frutos secos al natural y aguacate, por sus grasas saludables.

Las tortillas son una buena opción porque permiten añadir verduras a gusto (tomate, espinacas, champiñones) y combinarlas con algo de queso. Las grasas buenas de los frutos secos y el aguacate ayudan a llegar a la comida sin ataques de hambre.

Con el pan, la clave es elegir la versión más integral posible y limitar la cantidad, en lugar de encadenar tostadas blancas. Salchichas y bacon pueden quedar como “capricho” de algún día, no como rutina diaria de vacaciones.

Trucos para no desmadrarse en vacaciones

Más allá del desayuno, el verano trae cerveza, helados y comidas improvisadas. Algunas pautas sencillas pueden marcar la diferencia:

Beber mucha agua a lo largo del día.

Llevar siempre algún snack saludable, no perecedero (frutos secos al natural, barritas con pocos ingredientes, etc.).

Dormir suficiente: el cansancio dispara el antojo de azúcar y grasa.

No saltarse comidas, para evitar llegar al buffet con hambre feroz.

Mantener cierto equilibrio: limitar fritos, rebozados, salsas pesadas y panes blancos en todas las comidas.

La idea no es convertir las vacaciones en una dieta estricta, sino evitar que el buffet del hotel sea el primer sabotaje del día. Un par de decisiones inteligentes al empezar la mañana pueden marcar la diferencia entre arrastrarse con sueño o exprimir el día a pleno.

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