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¿Qué es el crudivorismo? Tendencias y beneficios de la alimentación viva

Descubre qué es el crudivorismo, sus beneficios científicos y cómo aplicarlo con esta receta de zoodles al pesto

Alimentación consciente: el equilibrio perfecto entre nutrientes crudos y salud integral.

Alimentación consciente: el equilibrio perfecto entre nutrientes crudos y salud integral. Crédito: Shutterstock

El crudivorismo, según lo define el Diccionario de la lengua española (DLE), es un “régimen alimenticio basado principalmente en el consumo de productos crudos y sin procesar”. Esta tendencia, también conocida como raw food, busca aprovechar al máximo los nutrientes esenciales de los alimentos, consumiéndolos en su estado natural o con un procesado mínimo.

Los practicantes de esta dieta consumen entre un 60% y 100% de alimentos crudos, evitando siempre la cocción por encima de los 45-47 °C. El objetivo principal es preservar enzimas, vitaminas y antioxidantes que suelen degradarse con las altas temperaturas.

¿Qué incluye una dieta crudívora?

Una alimentación basada en el crudivorismo prioriza ingredientes de origen natural y orgánico:

  • Frutas y verduras (especialmente las de hoja verde).
  • Frutos secos y semillas germinadas.
  • Legumbres germinadas y brotes.
  • Algas marinas.

Aunque muchos optan por el crudiveganismo (opciones 100% vegetales), el crudivorismo también permite incorporar productos de origen animal como huevos crudos, lácteos no pasteurizados (kéfir o yogur crudo), miel, pescado crudo (como ceviche o sashimi) y carne tártara.

Para transformar los alimentos sin usar fuego, se emplean métodos como la germinación, la fermentación artesanal o la deshidratación al sol, vinculando esta práctica con estilos de vida éticos y ecologistas.

¿Qué dicen los expertos en nutrición?

La evidencia científica indica que el crudivorismo es excelente como complemento, pero no debe ser necesariamente restrictivo. Una persona sana se beneficia enormemente al incluir un 50-70% de alimentos crudos en su dieta para aprovechar los antioxidantes y fitonutrientes. Sin embargo, la ciencia también sugiere mantener la cocción para proteínas y ciertos vegetales (como el tomate o la zanahoria), ya que este proceso facilita la absorción de nutrientes como el licopeno y garantiza la seguridad alimentaria.

Receta saludable: zoodles al pesto mediterráneo

Si te preguntas cómo sería un plato crudívoro delicioso, esta receta de zoodles (tallarines de calabacín) es perfecta. Es una opción ideal para aumentar la vitalidad, promover la hidratación y disfrutar de un sabor explosivo. ¡Estará lista en solo 15 minutos!

Ingredientes (2 raciones)

  • 2 calabacines medianos y firmes.
  • 1 taza de tomates cherry cortados por la mitad.
  • 50 g de queso de almendras (puedes prepararlo triturando almendras remojadas con limón y sal).

Para el Pesto Raw:

  • 2 tazas de albahaca fresca.
  • 1/4 de taza de piñones (o semillas de girasol activadas).
  • 1/3 de taza de aceite de oliva virgen extra (prensado en frío).
  • 1 diente de ajo pequeño.
  • 2 cucharadas de levadura nutricional (el secreto para el sabor a queso).
  • Sal marina y pimienta negra al gusto.

Modo de preparación

Lo primero que debes hacer es lavar bien los calabacines. Posteriormente, con la ayuda de un espiralizador, crea los tallarines; también puedes utilizar un pelador de vegetales para obtener cintas anchas estilo pappardelle.

Coloca los zoodles en un colador con una pizca de sal durante 5 minutos. Este paso es fundamental para que suelten el exceso de humedad y evitar que la salsa se agüe. Al finalizar, sécalos suavemente con un paño de cocina limpio.

En un procesador de alimentos o licuadora, combina la albahaca, los piñones, el ajo, la levadura nutricional y la sal. Procesa los ingredientes mientras añades el aceite de oliva en hilo (de forma constante y lenta) hasta obtener una textura cremosa, pero con algo de consistencia.

En un recipiente amplio, mezcla delicadamente los zoodles con el pesto hasta que queden perfectamente cubiertos. Sirve en platos hondos y decora con los tomates cherry y el queso de almendras desmenuzado por encima. Termina el plato con un chorrito extra de aceite de oliva y unas hojas de albahaca fresca.

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