Ancianos y niños sufren consecuencias por acceso limitado al Subway
Un reporte del Contralor asegura que la falta de rampas y elevadores afecta la vida diaria, no solo de discapacitados, sino de los neoyorquinos más vulnerables
Georgina Luna no usa silla de ruedas y tampoco anda en muletas, pero a sus 71 años asegura que moverse en metro se ha vuelto toda una odisea, pues casi el 80% de las 472 estaciones que hay en la Gran Manzana no cuentan con ascensores ni facilidades de acceso. La abuelita no tiene otra opción que subir escaleras y calmarse solita el dolor.
Y es que el problema de accesibilidad a las estaciones del Subway, que por lo general es denunciado principalmente por personas con discapacidades, no solo es un dolor de cabeza para ellos. También está afectando el diario vivir de dos de los neoyorquinos más vulnerables: los adultos mayores y los niños.
Así lo asegura un informe titulado “Servicio negado”, que este martes presentó el contralor municipal Scott Stringer, en el cual se denunció que 640,000 neoyorquinos, entre ellos 340,000 ancianos y 200,000 menores de cinco años, son víctimas directas de la falta de acceso al metro. Un total de 62 vecindarios de los 122 que hay en la ciudad no tienen una sola estación accesible cercana y los condados más afectados son Brooklyn, El Bronx y Queens.
“La MTA ha dejado varados a demasiados neoyorquinos”, aseguró Stringer, quien exigió acciones inmediatas para mejorar la accesibilidad al Subway, crisis que paso restringe oportunidades laborales, pues unos 600,000 trabajos quedan en vecindarios sin acceso fácil a estaciones. “Por cada estación a la que no se puede acceder hay neoyorquinos que no pueden ir a trabajar, recoger a sus niños de la guardería ni ir al médico. Es simple, la vida diaria de una persona no debería ser dictada por el estatus de movilidad”.
Doña Georgina es solo un rostro de esos datos y ella le pidió a las autoridades de transporte que les tenga más consideración a los niños y abuelos.
“Eso es una pesadilla para mí. Yo me canso mucho y si los jóvenes suben en 2 minutos todos los escalones para llegar hasta el tren, yo los subo en 15 y llego muerta, porque por donde yo estoy no hay elevadores en ninguna estación”, confiesa con cierta pena la abuela mexicana.
Su paisana Alicia Ruíz, de 86 años, sufre la falta de elevadora de una manera más crítica, pues afirma que por su avanzada edad ya no puede dar más de diez pasos sin caerse, y cuando sale de su casa necesita una silla de ruedas.
“Hoy no más viví algo penoso en la estación de Times Square. Cuando llegamos ahí desde Dover, Nueva Jersey, no había como bajarme y me tuvieron que cargar entre varios con silla y todo. Se siente feo”, dijo la mexicana. “Se siente uno triste y sola y aunque estoy vieja mi vida sería diferente si hubieran elevadores”.
María García, tiene menos de 40 años, pero también vive en carne propia la falta de elevadores cuidando a su nieta de 4 años. “Me cuesta mucho con ella, porque no hay rampas y la niña se cansa para andar caminando y me toca solita subir por las escaleras a la niña y la carriola que pesa como 30 libras”, se quejó la mujer. “Me toca duro y he sacado músculo a fuerza. No se vale y los elevadores los necesita hasta uno que está joven pero a veces uno también se cansa”.
Golpe al bolsillo
El informe del Contralor agregó además que la falta de fácil acceso al Subway también está afectando el bolsillo de muchos neoyorquinos, que por los retos que significa subir escaleras deben rentar viviendas en zonas con estaciones con elevadores, que son más costosas.
“La crisis de vivienda para ellos se magnifica, pues en promedio los arriendos en barrios con al menos una estación de fácil acceso cuestan más de $100 que si pagara una renta en otros vecindarios”, agregó Stringer, quien no le echa toda el agua sucia a la MTA, pues admite que para hacer reformas esa agencia necesita recursos que hoy no posee.
“El plan Fast Forward de la MTA es un paso en la dirección correcta, pero podemos y debemos hacer más (…) las autoridades estatales, locales y federales deben encontrar nuevos mecanismos para reunir recursos y ponerlos sobre la mesa para garantizar que todos tengan acceso”, dijo el funcionario.
Como solución, además de apoyar el plan ‘Fast Forward’ de la MTA, el Contralor propone buscar nuevos mecanismos de financiación para invertir en mejores accesos a las estaciones, así como recomienda que la Legislatura estatal introduzca en la próxima sesión el ‘Transportation Bond Act’ por $8,000 millones de dólares, y hacer un referéndum para su aprobación. Los votantes no han tenido la oportunidad de decidir sobre fondos adicionales para el transporte desde el 2005, cuando se aprobó una legislación para otorgar más de 3,000 millones de dólares.
Jackie Cohen, de la organización Straphangers Campaign, hizo un llamado al Gobierno estatal para que manifieste un compromiso real a fin de darle acceso a todos por igual al sistema de transporte.
“El acceso al metro es un derecho de todos. A veces se puede usar solo para ir a ver amigos o ir a ver una película o para trabajar, pero se debe garantizar para todos”, dijo la activista.
Ante las quejas del reporte de la Contraloría, Sham Tarek, vocero de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) aseguró que esa agencia nunca antes ha estado más comprometida con un sistema de tránsito accesible como ahora, y dijo que están trabajando para mejorar el acceso a las estaciones.
“El presidente Byford contrató al primer jefe de accesibilidad del sistema, y su plan ‘Fast Forward’ incluye una hoja de ruta para expandir dramáticamente la accesibilidad del metro, con usuarios a no más de dos estaciones de una estación accesible dentro de cinco años y después instalaciones de ascensores continuas”, comentó Tarek.
El funcionario de la MTA agregó que a la par esa agencia está reforzando la red de autobuses, completamente accesibles, y se está llevando a cabo una revisión y modernización del programa Access-a-Ride, para lograr mejoras de accesibilidad. También advirtió que actualmente 118 estaciones tienen acceso a sillas de ruedas, que 25 más están en proceso de ese ajuste y que unos $5,000 millones se han invertido para mejorar la accesibilidad.
“El programa Capital para 2015-19 también incluye $479 millones para reemplazar 42 ascensores existentes y 27 escaleras mecánicas”, concluyó.
Datos del reporte “Servicio negado”:
- 640,000 neoyorquinos vulnerables viven en los vecindarios donde no hay estaciones de fácil acceso.
- 340,000 de ellos son ancianos.
- 200,000 son menores de cinco años.
- 62 vecindarios de los 122 que hay en la ciudad no tienen una sola estación accesible cercana.
- Brooklyn, El Bronx y Queens son los condados más afectados.
- 608,258 trabajos quedan en vecindarios sin acceso fácil a estaciones.
- $100 y más es en promedio el costo extra de renta que debe pagar alguien por vivir en lugares cerca de estaciones.