Piérdele el miedo a los carbohidratos conoce los principales mitos de su consumo, según nutriólogos profesionales

Los carbohidratos también son conocidos como hidratos de carbono son considerados la principal fuente de energía del organismo sobretodo para el cerebro y el sistema nervioso. A grandes rasgos son conocidos como aquellos azúcares, almidones y fibras que se encuentran en una gran variedad de alimentos como es el caso de productos como las frutas, las verduras, los granos y los lácteos. Probablemente sean el grupo de nutrientes de los que más han puesto en duda sus propiedades y es por ello que durante años han surgido todo tipo de mitos entorno a su consumo, conoce los principales rumores sobre sus efectos y piérdeles el miedo ¡Son un gran aliado para la salud!

Los 5 mitos sobre el consumo de carbohidratos:

1. Alteran los niveles de azúcar en la sangre

Es importante más bien entender que no todos los carbohidratos impactan de la misma manera en los niveles de glucosa, es decir cada alimento tendrá diferentes efectos. Los alimentos ricos en hidratos de carbono como es el caso del pan, tienden a elevar los niveles de azúcar en la sangre; la clave esta en saber distinguir sobre los diferentes tipos de carbohidratos y sus efectos. Lo ideal es basar la ingesta diaria en productos como los carbohidratos complejos que se encuentran en alimentos como las lentejas, los frijoles, la quinoa y la avena, tienen un menor impacto en los niveles de azúcar en la sangre, incomparable con lo que sucede con el consumo de carbohidratos simples. Lo que sucede con este tipo de carbohidratos es que contienen fibra y otros fitonutrientes que ayudan a retrasar la digestión para evitar los picos de glucosa en la sangre.

2. Para perder peso es necesario dejar de consumir carbohidratos

Sí es un hecho que limitar la ingesta de hidratos de carbono es uno de los métodos más eficaces para perder peso, esto no quiere decir que promueva la eliminación de grasa. Lo que sucede cuando limitamos su consumo es que el cuerpo utiliza la grasa como energía y esto provoca una pérdida de peso en agua, es por ello que cualquier dieta en la que se excluya el consumo de hidratos de carbono se va relacionar con efectos negativos para la salud.

3. No están indicados para personas con diabetes

Los hidratos se carbono son esenciales para el organismo y sí existen consecuencias al evitar su consumo, esto se debe a que son la fuente de energía favorita del cuerpo y del cerebro. Las azúcares son consideradas los componentes básicos de los carbohidratos, y a través de la insulina se mueven del torrente sanguíneo a las células para que sean utilizadas como energía. Lo que sucede es que la función de la insulina puede verse afectada en el caso de personas con diabetes y este es un aspecto que puede dificultar tener los niveles de azúcar en equilibrio; sin embargo esto no quiere decir que no los pueden consumir, más bien tienen que ser cautelosos con el tipo de carbohidratos que consumen.

4. Los hidratos de carbono sólo están en productos ricos en calorías

Normalmente la gente tiende a relacionar a los carbohidratos con productos ricos en calorías que propician el aumento de peso, tal es el caso de las harinas refinadas, las bebidas azucaradas, la bollería y las frituras; esto es falso y lo que no saben es que los hidratos de carbono se encuentran en las frutas, las verduras, los granos y las semillas. Otra vez es importante  recalcar lo fundamental que resulta aprender a seleccionar los carbohidratos y optar por aquellas fuentes bajas en calorías y ricas en nutrientes.

5. Hay carbohidratos buenos y malos

Como tal no se trata de clasificar a los alimentos en buenos y malos, más bien hay que verlos por su calidad y entender que aquellos que se deriven de productos procesados pueden ser altos en calorías y contener un nulo aporte en nutrientes. Por lo contrario existen carbohidratos derivados de fuentes naturales que se destacan por su aporte en nutrientes, sobretodo en vitaminas,  antioxidantes y fibra, entre las principales variantes se destacan alimentos como las frutas, las verduras, los tubérculos, el maíz, la avena, el pan de grano, el amaranto, la quinoa y el arroz integral.