“Me arrepiento de haberla comido”: Cómo es que comer una hamburguesa triple de KFC se convirtió en su peor pesadilla

Una mujer de 34 años tiene la mandíbula destrozada luego de haberle dado una mordida triple a una hamburguesa triple de pollo hace ya unos años

Hamburguesa pollo KFC

El incidente la ha llevado a tener 5 cirugías. Crédito: Shutterstock

¿Quién podría imaginarse que comerse una hamburguesa podría poner en riesgo tu vida? Absolutamente nadie, a menos de que hablemos de alguna situación atragantamiento que termina en asfixia.

Pero ese no fue el caso de una mujer de 34 años, originaria de Portsmouth, Inglaterra, llamada Holly Strevens, quien jamás se imaginó que comerse una hamburguesa triple de pollo de KFC sería la peor decisión que pudo haber tomado en la vida.

La historia se remonta a un día de septiembre de 2004. Holly sintió mucho antojo de una hamburguesa de KFC y pidió una Wicked Zinger Burger, la cual estaba hecha con 2 medallones de pollo fritos apilados junto a un hash brown.

El repartidor de KFC llegó a su domicilio y se disponía a disfrutar de su hamburguesa mientras veía la televisión. De repente, luego de haberle dado un par de mordidas, escuchó un fuerte estallido proveniente de su boca.

“Era la articulación del lado izquierdo de mi mandíbula. Parecía normal, pero la sensación era horrible: no paraba de bloquearse y desbloquearse. En ese momento debí estirar demasiado la boca al morder la hamburguesa”, recuerda la mujer en entrevista para la agencia Carters.

De inmediato se trasladó a un hospital en donde luego de varios estudios, fue diagnosticada con un trastorno de la articulación temporomandibular (ATM).

Según información divulgada por la Clínica Mayo, la articulación temporomandibula actúa como una bisagra deslizante que conecta la mandíbula al cráneo (Tenemos una articulación de este tipo en cada lado de la mandíbula). Los trastornos de la articulación temporomandibular pueden causar dolor en la articulación de la mandíbula y en los músculos que controlan el movimiento de esta.

Debido a la situación, en los últimos años, Strevens se ha tenido que someter a unas 5 cirugías para que le fueran colocados 12 tornillos en la mandíbula. Esto implicar que sufra de fuertes dolores a diario, de vez en cuando convulsiones y por ende, desarrolló un trastorno de ansiedad. Además, le es imposible comer algo duro o que deba masticar.

Este problema también le llevó a perder su trabajo como administrativa en una oficina. “A lo largo de estos años, estuve mucho tiempo de baja, ya que entraba y salía del hospital y el dolor afectaba a mi vida. La gente abre la boca hasta 35 mm, pero el movimiento de mi mandíbula se redujo a 13 mm. También desarrollé artritis en mi mandíbula izquierda con quistes en la articulación”, agregó.

En 2017, un doctor le comentó que podría hacer que mejorara su situación practicándole una artroplastia de articulación abierta, es decir, le reemplazaron el tejido del lado izquierdo de la mandíbula por un “disco artificial”. Desafortunadamente, la cirugía no dio el resultado esperado pues aún falta hacer el mismo procedimiento pero en el lado derecho.

“Me arrepiento de haber comido la hamburguesa. Me cambió la vida. Ahora estoy discapacitada y perdí completamente mi independencia. Mi salud mental empeoró y tengo ansiedad porque podría sufrir una convulsión cuando estoy sola. Espero que me sustituyan el lado derecho de la mandíbula para acabar con el incesante dolor crónico”, declaró al mismo medio.

Además, la mujer indicó que ha alzado la voz para que los restaurantes de fast food reduzcan el tamaños de sus hamburguesas para así evitar que otra persona pase lo mismo que ella.

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