Durante años tuvo problemas para respirar sin imaginarse que tenía un diente en la nariz
Una revista de medicina dio a conocer el caso de un hombre de 38 años, quien recurrió a un otorrinolaringólogo en Nueva York por sus problemas de respiración, sin imaginarse lo que el doctor descubriría
Muchas son las personas que tienen problemas para respirar, malestar que generalmente se debe a problemas con la nariz derivados de la forma en la que se tiene el tabique nasal, que cuando este se encuentra chueco, puede provocar diversos malestares.
Pero un insólito caso ha sido publicado recientemente en la revista The New England Journal of Medicine, en el cual se cuenta cómo un hombre vivió durante años con problemas para respirar correctamente, sin jamás imaginarse que esto se debía a que tenía un diente atorado ¡en la nariz!
Según el estudio, el paciente de 38 años, cuyo nombre no fue revelado, visitó constantemente a un otorrinolaringólogo en Nueva York por sus problemas de respiración, sobre todo porque sentía una obstrucción en la fosa nasal derecha.
El doctor le preguntó si había sufrido algún traumatismo facial o si en algún momento le habían detectado alguna anomalía craneal, a lo que el paciente respondió que no.
Así que el médico le practicó una revisión con la cual pudo comprobar que, efectivamente, tenía una desviación y perforación en el tabique nasal, así como una obstrucción ósea. Para profundizar aún más en el problema, le introdujo una pequeña cámara en la nariz al hombre, descubriendo con ella que aquella ” masa blanca, dura, no dolorosa” que se percibía era un diente que creció en un sitio que no corresponde.
En términos médicos, a este tipo de dientes se les denomina como “dientes ectópicos” y según los expertos, son casos extremadamente raros pues podrían ocurrir en tan solo un 1% de la población. Por lo general, no crecen muy alejados del lugar donde deberían encontrarse, y dependiendo de su posición, pueden ser encauzados con aparatos de ortodoncia sin necesidad de una cirugía. Las causas de su aparición pueden ser variadas y las condiciones genéticas se consideran un factor de riesgo.
Sin embargo, este caso resultó ser un tanto inusual al descubrirlo dentro de la cavidad nasal, por lo que el paciente tuvo que ser sometido a una cirugía para poder extraerle la pieza dental.
El diente medía 14 milímetros y por fortuna no hubo complicaciones postoperatorias y un seguimiento posterior de 3 meses reveló que “los síntomas de obstrucción nasal del paciente habían desaparecido”.
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