Terrible Morales cuenta los motivos que causaron la muerte de su hijo: “Era un buen chamaco”
"Estaba en su cama, boca abajo, se apretó y seguramente tuvo un infarto fulminante. Fue algo que nadie se dio cuenta", contó el Terrible Morales, para darle fin a las especulaciones en torno a la muerte de su hijo
El Terrible Morales contó que su hijo tenía el sueño de convertirse en boxeador. Crédito: Rafael Vadillo | Imago7
Una semana después de anunciar la partida física de su hijo, el exboxeador mexicano Erik “Terrible” Morales se tomó el tiempo de agradecer a las personas que le brindaron consuelo. Además explicó cuáles fueron los motivos que causaron la muerte de su progenitor.
Para darle fin a las especulaciones en torno al fatal suceso, el cuatro veces campeón mundial comentó que José Fernando, su hijo, perdió la vida a causa de un paro cardíaco que sufrió el pasado 1° de diciembre.
En declaraciones al podcast Un Round Más, el Terrible Morales contó que el joven bajó de su habitación entre las 3 y 4 de la tarde para realizar unas compras en el Oxxo. Luego regresó y se encerró en su habitación.
“A las 8 o 9 de la noche mi hijo el grande, Ángel, estaban a punto de cenar, fue por Fernando para que bajaran a cenar y lo encontró ya en un estado durito, rígido. Esto quiere decir que ya tenía rato que le había sucedido un problema, contó el expúgil.
En su relato agregó: “El hecho fue fácil. Estaba en su cama, boca abajo, se apretó y seguramente tuvo un infarto fulminante. No le pasó nada, se quedó tieso, se apretó y eso le pasó. Afortunadamente en su casa, en su cama. Fue algo que nadie se dio cuenta, rápido”.
Además, la leyenda del boxeo expuso que José Fernando, de 23 años, tenía el sueño de convertirse en un exponente de este deporte, independientemente de la negativa de su padre.
“Como la vida tiene que seguir estoy tranquilo, porque creo que mi hijo era un buen chamaco, se los juro. Me he puesto a pensar estos días si algo malo pudiera haber hecho o dicho, cosas negativas, y la verdad no encontré ni una“, dijo.
En este sentido, culminó: “Era un chamaco muy alegre, en alguna parte quería ser boxeador; me estaba peleando por él, porque yo no quería que fuera boxeador, sino que estudiara (…). Yo les agradezco a todos su entendimiento y muchas gracias a todos por sus muestras de cariño“.
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