Nayib Bukele comparte fotos de pandilleros de la MS-13 y Barrio 18 con sus tatuajes quemados para evitar ser identificados por las autoridades en El Salvador
La guerra contra las pandillas en El Salvador se ha recrudecido durante las pasadas semanas como resultado del régimen de excepción aprobado en el Congreso a pedido del presidente
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, compartió imágenes en sus cuentas de redes sociales de pandilleros de grupos como la MS-13 y Barrio 18 que se habrían quemado los tatuajes en su cuerpo para evitar ser identificados por las autoridades en medio del incremento de arrestos de sospechosos de formar parte de estas entidades.
“Hasta hace poco, los pandilleros mostraban orgullosos sus tatuajes, les daba estatus, identidad, rango y les servían para atemorizar a sus víctimas. Ahora se queman el cuerpo para tratar de ocultarlos… De igual manera, irán a envejecer a la cárcel. Sus delitos no prescriben”, lee una de las publicaciones del funcionario en Facebook.
El post incluye tres fotos de presuntos miembros de las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18.
El material compartido por el máximo líder del país centroamericano se suma a una cadena de contenido en redes sociales desde hace semanas para destacar lo que la Administración Bukele llama la “guerra contra las pandillas” o contra “terroristas”.
La guerra contra la Mara Salvatrucha llamó particularmente la atención en septiembre de 2020 cuando el diario opositor El Faro publicó un supuesto acuerdo que tenía el gobierno de Bukele con ese grupo para la reducción de los homicidios a cambio de supuestos beneficios carcelarios. En ese momento, el presidente autorizó la represión contra los pandilleros en las cárceles. Las imágenes de reos hacinados en cárceles de máxima seguridad recorrieron el mundo.
A finales de marzo de este año, la misma política de mano dura fue retomada como resultado del estado de excepción que aprobó el Congreso de El Salvador a pedido de Bukele.
El proceder de Bukele continúa siendo cuestionado por gobiernos extranjeros y organizaciones de derechos humanos bajo el argumento de que las autoridades podrían estar deteniendo a inocentes.
Además, los detractores de las medidas de Bukele plantean que bajo el régimen de excepción se estarían violando derechos fundamentales de los ciudadanos.
Lo irónico es que la mayoría de los salvadoreños no cuestionan o ven mal las acciones de la Administración Bukele en su intento por mantener la seguridad en el país. Los resultados de una encuesta CID-Gallup publicados la semana pasada arrojó que el 91 % de los entrevistados aprobaba las medidas impuestas por el Gobierno.
Un reporte de The New York Times esta semana confirma que en los pueblos más pobres de El Salvador las pandilleros son quienes mandan, lo que a su vez genera un sentimiento de impotencia que explicaría el respaldo de los ciudadanos a la estrategia del presidente.
“En estas comunidades, la gente ya ha estado bajo un régimen de excepción”, indicó Edwin Segura, jefe de una unidad de investigación de La Prensa Gráfica, uno de los periódicos salvadoreños más populares.
“La gente dice: ‘bueno, si voy a cambiar, voy a pasar de las manos autoritarias y homicidas de la pandilla a las manos autoritarias del Estado, pues lo tomo’”.
Este miércoles, el presidente de El Salvador atribuyó a la Policía Nacional Civil y la Fuerza Armada la captura de más de 20,000 presuntos pandilleros.
“Nuestra Policía Nacional Civil y Fuerza Armada han superado las 20,000 capturas desde el inicio de la #GuerraContraPandillas. Hasta las 7p.m. de este día, el total de terroristas capturados es de 20,290, en solo 33 días. El saldo de pandilleros presos, luego de 30 años de sufrir el flagelo de estas estructuras terroristas, era de 16,000. En solo 33 días, hemos llevado ese número a más de 36,000.
Seguimos…”, lee otra publicación en sus redes sociales.
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