Dos pitbulls matan a cuidadora de perros en Carolina del Norte

Una mujer de Carolina del Norte murió luego del mortal ataque de dos pitbulls a los cuales cuidaba, solo dos días después de que la madre de la víctima le advirtiera que dejara de cuidar perros, de acuerdo con informes.

Trena Peed, de 46 años, dejó a los perros afuera de su patio trasero la madrugada del jueves en Greensboro cuando los pitbulls comenzaron a atacarla mientras suplicaba por ayuda.

“Está oscuro. Todo lo que escucho son sus gritos y sus perros atacándola”, señaló un vecino de Peed en una llamada al 911 recopilada por WGHP.

Uno de los hijos de Peed estaba dormido dentro de la casa mientras se libraba el trágico ataque, despertando luego con la noticia de que su madre murió, indicó el medio anteriormente citado.

Peed perdió recientemente a dos de sus hijos en accidentes automovilísticos con dos años de diferencia, reseñó New York Post.

Dos días antes del fatal suceso, la madre de Peed, Helen Harris, le dijo que le preocupaban los pitbulls y le pidió encarecidamente que los sacara de su casa.

“Entiendo que no fue intencional, pero acabo de hablar con mi hija el martes y le dije que necesita sacar (esos) perros de su casa”, manifestó la madre de Peed a WFMY.

Uno de los pitbulls recibió un disparo por parte de la policía, mientras que otro permanece en cuarentena con los Servicios para Animales del Condado de Guilford, señaló WXII.

Las autoridades están llevando a cabo una investigación con la que intentan determinar quién es el dueño de los perros.

“Quienquiera que sea el dueño, debe presentarse, porque dicen que aman a mi hija. Esto no muestra amor por ella en este momento”, expresó Harris a WFMY.

Familiares de Peed la homenajearon en una página de GoFundMe que se le creó. Su hija, Waynesha Peed, la recordó como un “verdadero ejemplo de fuerza, amor y determinación”.

“Mis hermanos, abuela, familia y yo estamos desconsolados por su repentino fallecimiento. Ella ha soportado y superado mucho. Recientemente perdió a dos de sus hijos con dos años de diferencia, ambos por trágicos accidentes automovilísticos”, lamentó Wayhesha. “Por su fe, siempre tenía una sonrisa en su rostro que podía iluminar cualquier habitación. Le encantaba reír, cocina, disfrutar la vida y tenía un corazón de oro”.

Con información de New York Post

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