Amigos de soldado Ana Basaldua Ruiz alegan que dos militares, incluyendo un sargento, acosaron a la mexicana hallada muerta en Fort Hood

A pesar de que las autoridades militares descartaron que la muerte de la soldado Ana Basaldua Ruiz en la base Fort Hood haya sido resultado de un crimen, el departamento que investiga el caso aún no establece la causa y manera del fallecimiento.

En un comunicado de prensa este jueves, los administradores del espacio militar indicaron que, a este punto de la pesquisa de la División de Investigación Criminal del Ejército de Estados Unidos (CID), no hay evidencia de que se trate de un acto criminal.

“Oficiales de la División de Investigación Criminal del Ejército de Estados Unidos confirmaron que en este punto de la investigación en la muerte de la soldado Ana Basaldua Ruiz no hay evidencia de crimen, y continuará bajo investigación. El CID del Ejército continuará realizando una investigación exhaustiva y recabando todas las evidencias y datos para asegurar que ellos descubran qué fue lo que pasó”, lee la entrada en el centro de prensa de Fort Hood.

De paso, los encargados de la base manifestaron estar al tanto de la información sobre supuesto acoso sexual que habría confesado Basaldua Ruiz, de 21 años, a parientes antes de morir y también investigan esas alegaciones.

“Información relacionada con cualquier posible acoso será atendido y completamente investigada”, añadieron.

“La pérdida de uno de nuestros soldados es una tragedia y no es diferente en el caso de la soldado Ana Basaldua Ruiz. Nuestros corazones y pensamientos están con la familia, amigos y colegas de Ana”, señaló el coronel Christopher Dempsey de la 1ª División de Caballería a la que pertenecía la soldado de origen mexicano.

La joven llevaba 15 meses en la base tras haber ingresado a las Fuerzas Armadas en julio de 2021. Desde diciembre de ese año, estaba asignada al Batallón de Ingenieros 91 en Fort Hood.

Telemundo conversó con dos amigos de Basaldua Ruiz que revelaron que al menos dos oficiales de la base la acosaban, uno de estos era sargento. Basaldua Ruiz les habría confesado varias instancias en las que fue hostigada.

En el caso del sargento, Basaldua supuestamente lo denunció ante los mandos. Sin embargo, la acción no logró los resultados esperados. Alegadamente, a Basaldua solo la trasladaron a otro pelotón. La mexicana también reveló acercamientos impropios por parte de otro militar en la base.

“Al principio tenía miedo, porque no se quería meter en problemas ni nada de eso. Pero ella lo reportó, supuestamente que le iban a quitar el rango a ese sargento, pero no terminaron de quitárselo. Él siguió allí en la misma compañía, lo único que hicieron fue pasar a Basa a un ‘platoon’ diferente“, explicó la fuente.

Según el testimonio de esta persona, el sargento, al que no identificaron, la celaba de otros soldados.

“Al pasar el tiempo, Basa (diminutivo con el que identificaban cariñosamente a la soldado) empezó a hacer amigos y todo eso, él se estaba molestando, la estaba celando, le decía cosas, y pues a Basa no le parecía eso, primero más porque era mayor, y luego era un sargento”. Alegadamente, el superior llegaba inesperadamente a su cuarto, le tocaba la puerta, y le cuestionaba por mensajes de textos por qué se estaba juntando con otra gente en la base.

Supuestamente, el hombre le decía que ella no tenía que juntarse con nadie más que no fuera él.

Basaldua Ruiz en un momento le confesó a su amigo que temía denunciar el acoso del que era víctima por las consecuencias que podía acarrear para una soldado recién llegada a la base.

Sobre los acosos por parte del otro soldado, no hay más detalles.

Personal de la base le informó a familiares de la militar que esta había sido hallada ahorcada y que manejan la tesis de un suicidio. Sin embargo, al momento los parientes no confían en esta versión.

En Fort Hood, fue asesinada en abril de 2020 Vanessa Guillén, otra soldado de origen mexicano.

Guillén, quien tenía 20 años, fue atacada a martillazos por el también soldado Aaron Robinson luego de que esta descubriera la relación prohibida que este mantenía con Cecily Aguilar, quien estaba casada con un exsoldado de la referida base.

Aguilar se declaró culpable en diciembre pasado de ayudar a desmembrar y enterrar el cuerpo de Guillén por el río León.

El manejo del caso por parte de las autoridades militares, que se destacó por su lentitud y  la ausencia de información pública, provocó indignación a nivel nacional, y llevó a la presentación de la ley “Yo soy Vanessa Guillén”, que otorga más garras para investigar casos de acoso y abuso sexual en las Fuerzas Armadas.

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