Viajaba en bicicleta hacia Venezuela: el terrible asesinato de una migrante por un celular en Brasil
Las autoridades encontraron el cuerpo de Julieta Hernández y su bicicleta dañada cerca de un río en el estado brasileño de Amazonas. Las investigaciones revelaron signos de violencia y confirmaron su muerte por asfixia. Dos sospechosos fueron detenidos después de intentar ocultar el cuerpo de la víctima, quien era conocida por su pasión por el ciclismo, el arte y los viajes
Una migrante y artista venezolana fue asesinada en el estado brasileño de Amazonas cuando viajaba en su bicicleta hacia Venezuela. Julieta Hernández, de 38 años, estaba desaparecida desde el 23 de diciembre y había emprendido su recorrido con la intención de pasar el Fin de Año junto a su familia en la ciudad de Puerto Ordaz, en su país natal.
La información sobre el crimen la dieron a conocer las autoridades de la localidad de Presidente Figueiredo, quienes indicaron que el cuerpo se encontraba a las orillas de un río, envuelto en una alfombra y enterrado en una tumba poco profunda, ramas y hojas. Junto a ella estaba su bicicleta, que había sido destrozada.
El último contacto que tuvieron familiares y amigos con la víctima fue el 22 de diciembre y, a partir del día siguiente, ellos comenzaron una intensa búsqueda, principalmente a través de las redes sociales.
Un empleado de una empresa que realizaba obras cerca del sitio donde fue hallada avistó el cuadro de la bicicleta y dio parte a las autoridades debido a que ya estaba al tanto de la noticia de la desaparición de la joven, que se trasladaba en su vehículo de dos ruedas.
El cuerpo presentó señales de violencia
Las primeras investigaciones demostraron que su cuerpo presentaba señales de violencia y se confirmó que su muerte fue por asfixia. Valdinei Silva, comisario encargado de las averiguaciones en Presidente Figueiredo, dijo que por este hecho quedó detenida una pareja (un hombre y una mujer), dueña de la casa donde Julieta Hernández fue vista con vista por última vez, ya que se quedaba en algunos sitios durante el recorrido para descansar.
Los sospechosos, que tienen cinco hijos ahora bajo el cuidado de las autoridades, fueron identificados como Thiago Agles da Silva, de 32 años, y Deliomara dos Anjos Santos, de 29.
Por su teléfono celular
El medio local Portal de Urubui reseñó que el motivo del crimen fue el interés del hombre por el teléfono celular de la víctima. La esposa reveló a la policía los detalles del crimen: el hombre, bajo los efectos del alcohol y las drogas, presuntamente despertó a la víctima y la amenazó con un cuchillo para que le entregara su teléfono celular. En eso, la atacó violentamente.
El sujeto, además, comenzó a abusarla sexualmente delante de su esposa, quien, molesta por la escena, los roció de alcohol y les prendió fuego. Thiago Agles da Silva, señaló el diario, pudo apagar las llamas en su cuerpo y huyó de la casa. Luego, Deliomara dos Anjos Santos agarró una cuerda y comenzó a ahorcar a Julieta Hernández hasta que le quitó la vida.
Las autoridades encontraron el teléfono celular y la tienda de campaña de Julieta Hernández en el techo de la vivienda. Sus otras pertenencias fueron arrojadas al río. El Portal de Urubui indicó asimismo que la madre de la joven, ante esta trágica situación, viajó desde Venezuela hacia la ciudad de Manaos.
Julieta Hernández era parte de un colectivo feminista llamado Circo di SóLadies, una compañía de teatro en la que se presentaba como la payasa Miss Jujuba. En su cuenta de Instagram, la víctima compartía con frecuencia fotografías relacionadas con su arte y sus viajes en bicicleta, lo que dejaba claro su pasión por las carreteras y el conocer y disfrutar del camino.
En una de sus publicaciones, escribió de una visita al pueblo de Mamorana, en Brasil: “Entendí que el amor es una elección. Viajando en bicicleta, a veces lo de los lugares y sus gentes, toma el lugar de la pasión, esa deliciosa pasión que extraño cuando salgo a la carretera y que me saca sonrisas cuando camino entre sus recuerdos. A veces, me permito quedarme, pero esto requiere de varias circunstancias que ayuden. En algunos lugares ha sucedido”.
El Circo di SóLadies calificó el asesinato de Julieta Hernández como un femicidio y expresó: “Seguimos soñando con un mundo en el que las mujeres puedan caminar sin miedo; los niños sean libres para jugar y las payasas solo se quiten sus narices cuando vayan a descansar”.
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