Puerto Rico: Departamento de Energía de EE.UU. reconoce en informe final PR100 que un 100 % de energía renovable para el 2050 no será fácil
El estudio divulgado esta semana por el Departamento de Energía (DOE) confirma, además, que en el proceso la tarifa eléctrica para ciertos residentes en la isla podría aumentar
Nueva York – El informe final PR100 del Departamento de Energía federal (DOE) sobre las vías para que Puerto Rico alcance un 100 % de energía renovable de aquí al 2050 indica que, aunque llegar a la meta no será fácil, es posible.
“Lograr un sistema energético robusto, asequible, resiliente y equitativo para Puerto Rico impulsado por energía 100% renovable no será rápido ni fácil, pero es posible. El Informe Final PR100 y el sitio web del estudio PR100 brindan a las partes interesadas de Puerto Rico un conjunto detallado de resultados y una visión sin precedentes del sistema energético actual y las posibilidades para el futuro basada en modelos y análisis a profundidad”, indican desde el DOE.
El documento de 851 páginas divulgado este lunes detalla que el potencial de energía renovable evaluada para la isla excede en más de diez veces las cargas anuales totales actuales y proyectadas hasta 2050, y que se puede alcanzar la meta mediante el uso de energía fotovoltaica, fotovoltaica distribuida y eólica terrestre que son las más competitivas en términos de costos y desempeño.
“Las tecnologías emergentes podrían diversificar aún más la combinación de tecnologías en el futuro”, anticipa el documento desarrollado por seis laboratorios en EE.UU. en conjunto con las autoridades energéticas en la isla y sectores industriales y comunitarios. Agencias como la Federal para Manejo de Emergencias (FEMA) también formaron parte de la iniciativa. Para avanzar con el estudio, se creó un Grupo Asesor y un Comité Directivo.
“En todos los escenarios, no vemos el despliegue adicional de energía eólica marina, conversión de energía térmica oceánica (OTEC) o hidrógeno en el modelo, debido principalmente a la falta de competitividad en cuanto a costos actual y proyectada”, especifican.
Los tres escenarios del PR100
En específico, los creadores del estudio partieron de tres escenarios generales.
El Escenario 1 contempla la adopción económica de los recursos energéticos distribuidos (DER) basada en el ahorro económico y el valor de la energía de respaldo para los propietarios y prioritario para servicios críticos como hospitales, estaciones de bomberos y tiendas de comestibles.
El Escenario 2 se enfoca en la implementación equitativa de los recursos energéticos distribuidos, y se amplió más allá del primer escenario para incluir hogares remotos y de muy bajos ingresos.
Bajo el Escenario 3 se busca una máxima implementación de recursos energéticos distribuidos en todos los techos adecuados a nivel que satisfaga sus cargas críticas.
El documento destaca que el equipo de trabajo se guió por el concepto de justicia energética para fundamentar el estudio en seis pilares: acceso a la energía, asequibilidad, confiabilidad y resiliencia; participación comunitaria; desarrollo económico y de la fuerza laboral; ubicación y uso de terreno; efectos sobre la salud y el medio ambiente; y aplicación en el sector público.
El estudio también evalúa la viabilidad del uso de terrenos agrícolas para proyectos de energía renovable a gran escala.
“También definimos dos variaciones, o sensibilidades, para aplicar a los tres escenarios. La variación en el uso de terreno incluye dos variantes, Menos Tierra y Más Tierra, basándose en los comentarios de las partes interesadas de que la preservación de las tierras agrícolas es de alta prioridad para muchas personas”, señala otra parte del informe.
“Modelar esta variación permite evaluar si las metas de energía renovable de Puerto Rico se pueden cumplir desarrollando proyectos a gran escala solo en terrenos no designados para fines agrícolas, o si es necesario el desarrollo en terrenos agrícolas para satisfacer la demanda con energía 100% renovable”, añaden los artífices de PR100.
Según los autores del estudio, utilizar el Plano de Uso de Terrenos del 2015 y no el actualizado por la Junta de Planificación en el 2019 evitará conflictos entre agricultura, conservación y energía renovable.
“Después de consultas con el Grupo Asesor, decidimos que el Plano de Uso de Terrenos de Puerto Rico de 2015 (Puerto Rico Planning Board 2015) serviría de base para estos supuestos. Este plan de uso del terreno delimita diferentes categorías de terrenos agrícolas, ecológicos, hídricos, paisajísticos y urbanos”, explican.
Necesidad de una red eléctrica robusta
El informe además enfatiza en la necesidad de contar con un red eléctrica confiable mediante reparaciones urgentes para avanzar en las metas de energía renovable.
“Los resultados del estudio PR100 en todos los escenarios indican que se necesita una mayor capacidad de inmediato para lograr un sistema eléctrico robusto. Los nuevos recursos renovables aumentarán la capacidad del sistema y contribuirán a la meta de corto plazo de Puerto Rico de 40% de energía renovable”, lee otro segmento del texto.
En ese sentido, el análisis PR100 supone que se realizarán importantes inversiones en generación y almacenamiento hasta el 2025 para crear un sistema eléctrico más confiable que también cumpla con los requisitos de transición contenidos en la Ley 17-2019.
La Ley de Política Pública Energética de Puerto Rico (Ley 17-2019) establece que P.R. debe satisfacer en un 100% sus necesidades energéticas bajo fuentes renovables para el 2050. Como el proceso es uno en fases, para el 2025, la expectativa, de acuerdo con el estatuto, es que el por ciento de operación bajo energía limpia alcance 40%. El hecho es que, al momento, apenas alcanza el 5%.
El impacto de los vehículos eléctricos
Otro dato llamativo del estudio es que para el 2050 un total del 47% de los vehículos de uso medio y pesado (VUMP) serán eléctricos en la isla, mientras que los vehículos eléctricos de uso ligero (VEUL) alcancen el 25% de la flota total para ese año. Lo anterior tendrá un impacto para la carga general y en las tarifas de electricidad.
“A largo plazo, se prevé que la adopción de vehículos eléctricos aumente la carga total del sistema en aproximadamente 15% y puede tener una mayor contribución instantánea. Se proyecta que las cargas de vehículos eléctricos aumentarán la carga máxima del sistema durante la noche, mientras que grandes cantidades de generación fotovoltaica disminuirán la carga mínima del sistema durante el día. Esto requerirá una operación eficiente y el despliegue de sistemas de almacenamiento de larga duración y generación de energía renovable gestionable”, exponen en el informe.
Tarifas más altas de electricidad
El estudio también reconoce que los cambios implicarán facturas más altas de electricidad para las personas que no puedan adquirir o instalar sistemas de energía solar en sus viviendas.
Se estima que las tarifas podrían aumentar entre 66% y 83%, lo que se traduciría en costos que oscilarían de 34 a 38 centavos por kilovatio hora (kWh).
“Nuestro análisis indicó que los aumentos en la adopción de energía fotovoltaica distribuida redujeron las ventas minoristas y, por lo tanto, fueron un impulsor clave de los aumentos estimados en las tarifas y, por extensión, condujeron a facturas más altas para los no adoptantes. Estos sistemas de energía fotovoltaica distribuida bajo NEM efectivamente invadieron el papel de los servicios públicos en el suministro de energía a los clientes, pero los servicios públicos también estaban obligados a integrar estas exportaciones de energía fotovoltaica distribuida no controladas”, exponen los investigadores.
El DOE menciona la posibilidad de que las agencias en P.R. puedan mitigar el impacto de los aumentos, pero específicamente no dice cómo.
“Es poco probable que las estimaciones del estudio PR100 capten perfectamente cómo se desarrollará el futuro de Puerto Rico. Dados estos aumentos proyectados en las tarifas eléctricas, es probable que los formuladores de políticas y reguladores de Puerto Rico los mitiguen y mitiguen sus impactos”, agregan.
“La proporción de la tarifa eléctrica promedio que se supone que será recaudada por los ajustes de las tarifas generalmente aumentó durante el período de análisis. En 2020, los ajustes de las tarifas representaron el 65% de la tarifa integral promedio. Nuestro análisis indicó un rápido aumento de alrededor del 75% de la tarifa eléctrica promedio para 2025, impulsado por los costos de energía adquirida, así como por la supuesta salida de la quiebra de la AEE. A partir de entonces, la proporción de los ajustes de las tarifas en la tarifa eléctrica promedio se mantuvo en torno a ese nivel hasta 2050, momento en el que los ajustes de las tarifas representaron entre el 75% y el 80% de la tarifa minorista promedio”, abunda el estudio.
El estudio añade que para lidiar con la situación, se requerirán esfuerzos de planificación más integrados y potencialmente a largo plazo que consideren todas las oportunidades para reducir los costos de integración de niveles cada vez mayores de recursos variables de generación renovable.
Los laboratorios participantes fueron el Nacional de Energía Renovable (NREL), el Laboratorio Nacional Argonne, el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, el Laboratorio Nacional Oak Ridge, el Laboratorio Nacional Pacific Northwest y el Laboratorio Nacional de Sandia.
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