Neoyorquinos reciben beneficios del SNAP de noviembre, pese al memorándum federal que ordenaba su pausa
Los neoyorquinos que dependen del SNAP están preocupados por la incertidumbre de las prestaciones, temiendo por su capacidad para alimentar a sus familias
Crédito: Nam Y. Huh | AP
El estado de Nueva York empezó a enviar el domingo la totalidad de los beneficios federales de asistencia alimentaria, pese a una orden emitida en la noche anterior por el gobierno del presidente Donald Trump que pedía a los estados que “anularan inmediatamente” los pagos.
Este es el último giro en la pelea por la financiación del programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) mientras sigue el cierre del gobierno, dejando en la incertidumbre a casi tres millones de neoyorquinos que dependen de la ayuda alimentaria. El programa, más conocido como “cupones de alimentos”, ofrece dinero a las familias para adquirir sus alimentos.
La gobernadora Kathy Hochul dijo el domingo en la mañana que, “mientras Donald Trump ha luchado incansablemente para mantener los alimentos fuera de las mesas de los neoyorquinos, las familias que dependen del SNAP finalmente pueden respirar aliviadas a medida que comienzan a llegar los beneficios”.
SNAP está financiado por el gobierno federal, pero los estados supervisan la administración de los beneficios, que por lo general se emiten en una tarjeta de débito de Transferencia Electrónica de Beneficios.
La administración republicana emitió un memorando el sábado en la noche, ordenando a los estados que revirtieran cualquier medida tomada para enviar la totalidad de los beneficios SNAP a familias de bajos recursos, so pena de la cancelación de los fondos administrativos.
De acuerdo con el memorándum enviado por el subsecretario adjunto del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, Patrick A. Penn, los estados “no deben transmitir los archivos completos de emisión de beneficios a los procesadores de EBT” y, en su lugar, solo deben procesar el 65% de los beneficios.
El memorándum federal se produjo después de una decisión de la Corte Suprema el viernes de suspender de manera temporal una decisión tomada por un juez de un tribunal inferior de emitir beneficios SNAP completos para el mes de noviembre.
La oficina de la gobernadora informó el domingo que recibió el memorándum del gobierno federal, pero no se pronunció sobre su respuesta. La vocera Emma Wallner confirmó que los neoyorquinos estaban empezando a recibir sus beneficios de este mes por medio de fondos federales.
Asimismo, funcionarios de Nueva Jersey dijeron que la totalidad de los fondos del programa de alimentación de noviembre ya se habían entregado a los 800,000 beneficiarios del estado antes de la orden de la Corte Suprema.
La representante del gobernador de Nueva Jersey Phil Murphy, Maggie Garbarino, dijo que el estado sigue monitoreando de cerca los acontecimientos y que ofrecerá actualizaciones en la página web estatal del programa SNAP.
“La determinación de los republicanos de Washington de dejar morir de hambre a los ciudadanos estadounidenses durante este cierre del gobierno es vergonzosa. Esperamos que pronto se alcance una solución justa a este problema innecesario y sin precedentes, y que se restablezcan los fondos federales para el SNAP y otros programas que han caducado”, expresó Garbarino.
La incertidumbre sobre qué sucederá este mes con las prestaciones del SNAP ha causado que algunos neoyorquinos necesitados de ayuda alimentaria federal se preocupen por su capacidad para alimentar a sus familias.
Michael Paul es miembro de un grupo de ayuda mutua llamado Anarchy99, que se encuentra instalado en la esquina de la calle East Ninth y la Primera Avenida, y que reparte comida, productos de higiene y ropa.
Paul manifestó que no ha recibido sus beneficios del programa SNAP ni ninguna información sobre cuándo los recibirá. Normalmente, recibe $296 dólares el día cinco de cada mes y ahora solo recibe 25 centavos.
Agregó que no confía en que el gobierno cumpla con su palabra. Por eso, depende de los recursos de la comunidad para poder alimentarse.
“No tengo nada”, dijo. “No he recibido ningún tipo de contacto, así que no me creo nada hasta que lo vea en mi teléfono y diga que me han ingresado el dinero en la tarjeta”.
Los comedores sociales y los centros comunitarios locales respondieron al llamado intensificando sus programas de ayuda alimentaria.

El sótano de la Congregación Orach Chaim (una sinagoga en el Upper East Side) estaba lleno de familias el domingo en la mañana, cortando y empaquetando calabacines y zanahorias, preparándolos para ser cocinas en diferentes comedores sociales.
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