¿Cuándo cierran las escuelas en Nueva York por frío? Conoce los criterios de cierre
La decisión prácticamente depende del superintendente, sensación térmica, transporte y calefacción
Quien tiene la decisión de si cierra o no una escuela por frío es el superintendente escolar. Crédito: Andres Kudacki | Shutterstock
Cuando el invierno azota a Nueva York y las temperaturas caen bruscamente, muchas familias y estudiantes se preguntan: ¿a partir de cuánto frío es que cierran las escuelas?
La respuesta no es tan clara como parece: no existe una cifra universal que obligue al cierre. La decisión depende de varios factores, y la autoridad final recae en el superintendente del distrito escolar.
La norma mínima de calefacción… pero no el cierre automático
Según la Asociación de Juntas Escolares del Estado de Nueva York (NYSSBA, por sus siglas en inglés), el Código Estatal de Mantenimiento de Propiedades exige que los espacios “ocupables” (aulas, oficinas, etc.) se mantengan a una temperatura mínima de 65°F (18°C) cuando están ocupados, entre el 15 de septiembre y el 31 de mayo.
Esto garantiza que si la calefacción del edificio funciona correctamente, las clases pueden seguir, incluso con frío exterior. Pero ese estándar no marca un umbral de cierre. Que la temperatura interior alcance 65°F no obliga a suspender clases: simplemente indica que el edificio cumple un requisito de habitabilidad.
¿Entonces, cuándo cierran? Varios factores en juego
La decisión de cerrar una escuela por frío es discrecional y depende de varios criterios:
1) Sensación térmica: la combinación de temperatura ambiente, viento y humedad afecta cuán seguro es para los estudiantes esperar autobús o caminar hasta la escuela. Si la sensación térmica es muy baja, puede representar un riesgo.
2) Transporte escolar: en condiciones extremas (temperaturas bajo cero, viento fuerte, nieve o hielo), la flota de autobuses puede verse comprometida: demoras, cancelaciones, rutas inseguras. Si el transporte no puede operar con seguridad, muchos distritos optan por cerrar o retrasar.
3) Calefacción y funcionamiento del edificio: si un edificio no puede mantener la temperatura interior adecuada, por fallas en sistemas de calefacción, cortes de energía, aislamiento deficiente, se podría cerrar la escuela, incluso si afuera no hay temperaturas extremas.
En definitiva: no hay una “temperatura mágica” que garantice cierre, más bien, se evalúa un conjunto de condiciones. Así lo reconoce la cobertura periodística reciente.
Quien tiene la última palabra es el superintendente del distrito escolar. Esa persona, con apoyo de asesores (encargados de transporte, mantenimiento, operaciones), evalúa la situación y decide si las condiciones son seguras para operar o no.
En algunas ocasiones, cuando hay tormentas intensas, nieve, hielo, viento fuerte o fallas de calefacción, los distritos pueden decidir cerrar, retrasar la entrada o incluso ofrecer clases remotas, según su “emergency remote instruction plan”.

Por qué no hay un umbral universal para el frío
La ausencia de un límite legal fijo para el cierre en días fríos se debe a varios factores:
1) Hay una enorme diversidad de edificios escolares en Nueva York: algunos modernos, bien aislados y con calefacción eficiente; otros más antiguos, con sistemas menos confiables. Establecer un umbral único ignoraría esa variabilidad.
2) Las condiciones externas (viento, nieve, hielo, nieve acumulada, transporte) afectan fuertemente la seguridad, más allá del mero número en el termómetro.
3) Muchos distritos valoran evitar interrupciones innecesarias. Un cierre tiene consecuencias: pérdida de días de clase, necesidad de compensar días escolares, dificultades logísticas para familias.
Por eso, la responsabilidad recae en autoridades locales, quienes deben balancear entre seguridad, operación y continuidad educativa.
Qué significa esto para familias y estudiantes en Nueva York
Para padres, alumnos y docentes, la clave está en entender que:
* Que la temperatura exterior sea baja no implica automáticamente cierre. Si la calefacción funciona y el transporte está operativo, las clases podrían realizarse con normalidad.
* Las alertas de viento, nieve, hielo o fallas estructurales son tan importantes, o más, que la temperatura.
* En distritos con recursos limitados o infraestructura antigua, la posibilidad de cierre por frío es real cuando se combinan varios factores adversos.
* Ante condiciones extremas, los distritos podrían optar por clases remotas, si cuentan con un plan aprobado de “instrucción remota de emergencia”.
En conclusión, para familias y estudiantes, esto significa que deben estar atentos a los anuncios oficiales, especialmente cuando hay viento, nieve o tormentas invernales, más que fijarse únicamente en el frío que marque el termómetro.
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