Comenzó cierre progresivo de línea L, desconectando Williamsburg y Manhattan

Suspenden la ruta por 15 fines de semana no consecutivos, antes de cerrarla por 15 meses desde abril

Tren L, el corazón de Williamsburg

Tren L, el corazón de Williamsburg  Crédito: Mariela Lombard | El Diario NY

Desde anoche a las 11:30 p.m. y hasta las 5:00 de la madrugada del lunes, gran parte de la línea L está cerrada por trabajos de reconstrucción en el túnel, informó MTA.

Sólo el tramo final de la ruta está funcionando estos días, es decir, seis estaciones entre Broadway Junction y Canarsie-Rockaway Parkway. Para paliar la situación se han diseñado algunas alterntivas con autobuses y servicios adicionales en las líneas M, F y J.

Es el primero de 15 fines de semana no consecutivos en los que la línea L del Metro no prestará servicio, en anticipo al cierre definitivo a partir de abril 2019, que durará 15 meses, hasta el verano de 2020.

Con Queens y el resto de Brooklyn sí se mantendrán opciones de Metro, como las líneas G, J, M y Z, pero menos céntricas.

Este “cierre previo al cierre” es un entrenamiento para los usuarios de esta ruta, la más usada entre Williamsburg y Manhattan.

El temor por el cierre ya incluso ha empezado a dar señales de afectar la economía, con una caída en los precios de alquileres en la zona, tanto apartamentos como locales comerciales. Se habla de un éxodo de residentes y una baja en los visitantes desde Manhattan.

Con la noticia del cierre del Metro, ya el inventario de apartamentos vacíos disponibles en Williamsburg ha aumentado 25% y los alquileres han bajado a precios de 2015, un recorte promedio de $250 dólaresLa pregunta es cuándo tardarán los precios en repuntar cuando regrese el Metro, modernizado, a mediados de 2020.

También hay temor en el East Village, donde mucha de la vida nocturna depende de vecinos de Williamsburg. Al menos en el arranque, mientras se acostumbran a las alternativas de autobuses que se han planeado para que comiencen con anticipación, desde el próximo 6 de enero.

“Creo que algunas personas tienen miedo, y algunas personas no”, dijo a New York Post Dave Urbanos, propietario del bar “Sugarburg” en Metropolitan Avenue. “Honestamente, no sé qué esperar”.

Independientemente del cierre de la Línea L, en general el Metro neoyorquino sigue sufriendo de deterioro en el servicio y retrasos, con una caída en el número de usuarios, acentuando el déficit presupuestario.

Para aumentar el nerviosismo en Williamsburg, la ciudad decidió esta semana limitar por un año el número de licencias a vehículos solicitados por aplicaciones celulares (e-vías), tipo Uber y Lyft, muy usados por los profesionales jóvenes que han hecho de ese vecindario uno de los más “de moda” en Nueva York.

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