Florida coquetea con Amazon y Cuomo es pesimista de que regrese a Nueva York
La batalla política de los demócratas en NY ahora parece un triángulo amoroso con Florida
“No tengo motivos para creer” que Amazon cambiará de opinión y retomar su plan de abrir una sede en Queens, dijo ayer el gobernador Andrew Cuomo, uno de los grandes promotores de la abortada idea, al mismo tiempo que en una carta pública 78 firmantes pedían a la empresa que recapacitara pensando en los empleos que crearía.
A pesar de su evaluación sombría en The Brian Lehrer Show de la radio WNYC, el gobernador dijo que aún tiene esperanzas de que Amazon vuelva y garantizó que “obtendré la aprobación del estado” si lo haciese. Aunque “No han dado ninguna indicación de que reconsiderarían”, dijo, citado por New York Post.
Cuando se le preguntó acerca de los opositores en el Senado estatal y en NYC que ayudaron a ahuyentar al gigante minorista, Cuomo los rechazó por carecer de sentido. “En este punto son irrelevantes”, dijo. “Hay otras formas en que el estado puede hacer esto”.
Al mismo tiempo, su homólogo de Florida, el gobernador republicano Ron DeSantis, estuvo en Nueva York diciendo a empresarios y firmas financieras que no tendrían tales problemas en su estado.
“Florida es un lugar donde las empresas pueden hacerlo bien sin tener que enfrentar parte de la hostilidad política de otras partes del país“, dijo el republicano en una reunión el jueves con seis empresas. “Nuestra postura aquí es de bienvenida, no de demagogia y prejuicio”.
En noviembre Amazon informó que establecería dos nuevas sedes, en Virginia y Nueva York. Ésta última con el apoyo del alcalde Bill de Blasio y el gobernador Cuomo, en oposición a otros líderes demócratas, desatando una batalla en el partido a nivel regional, entre ellos la nueva congresista Alexandria Ocasio-Cortez.
Finalmente el 14 de febrero Amazon anunció que desistía de la idea, lo que para muchos dañó además la imagen de Nueva York para atraer inversionistas.
Algunos acusaron al gobernador y al alcalde de negociar de espaldas a la comunidad. Las críticas al proyecto fueron principalmente por los $500 millones de dólares de incentivos fiscales y el potencial impacto sobre los servicios públicos.
Los firmantes de la carta del viernes aseguraron que la mayoría de los neoyorquinos apoyaba el proyecto y no quieren resignarse a perder 25 mil empleos ni los $28 mil millones de dólares en ingresos de impuestos que traería al estado.