Promueven ley estatal para levantar límite a permisos de venta ambulante en NY
El proyecto de la senadora Jessica Ramos pretende resolver el problema de la falta de licencias, pero el Alcalde se opone y pide que Albany no se meta en ese asunto
Por muchos años los vendedores ambulantes se han quejado de la falta de interés de la Ciudad para reactivar la emisión de permisos de venta ambulante, que están congelados desde 1979, y que a diario hace que cientos de comerciantes, mayormente inmigrantes, que salen a las calles a ganarse la vida sin los permisos correspondientes se expongan a elevadas multas.
Y en medio de la lucha que han dado agremiaciones de vendedores y defensores de los trabajadores ambulantes, la senadora estatal Jessica Ramos está impulsando un proyecto de ley que buscar levantar el tope de permisos que hasta ahora rigen las actividades de comercio en las aceras, con el fin de resolver el tema.
Aunque dueños de negocios establecidos rechazan la propuesta, alegando que sus ventas se verían afectadas, el proyecto de ley advierte que en los últimos 30 años, “las ciudades de todo el estado han hecho que sea cada vez más difícil para los vendedores ganarse la vida, a través de la negación de los permisos de venta y la criminalización de la industria”.
La pieza legislativa cuenta con el apoyo de vendedores como Benito Medias, quien se gana la vida con un carrito de comida en la avenida Roosevelt de Corona, Queens, y quien la define como una luz de esperanza.“Eso es algo que debe hacerse porque hay muchos compañeros que trabajan y quieren hacer las cosas al derecho, pero no hay permisos”.
El mexicano agregró que es “un asunto de justicia con todos y para que todos paguemos lo que tenemos que pagar en licencias y estar tranquilos”.
La misma opinión tiene Mercedes, una trabajadora del carrito “la esquina de la salchipapa”, en Corona, quien puso de manifiesto las elevadas sumas de dinero que deben pagar los vendedores sin licencia para rentar un permiso.
“Eso es lo más duro de todo esto. Tener que pagar más de 20,000 dólares cada año, solo porque no quieren darnos permisos, que evidentemente se necesitan porque ya hay muchas ventas en la calle que prestan un servicio a la comunidad”, dijo la ecuatoriana.
Pero aunque el proyecto cuenta con el aval de los vendedores, también enfrenta la oposición de dueños de negocios establecidos, quienes rechazan la propuesta, alegando que sus ventas se verían afectadas, pues los ven como competencia y elementos que promueven congestión al caminar por las calles.
Piden a Albany aprobar el proyecto
Matthew Shapiro, director legal del Proyecto Street Vendor apoyó la iniciativa y pidió a Albany y a la Ciudad avanzar sobre el tema.
“Se trata de proporcionar oportunidades económicas para los negocios más pequeños de nuestra ciudad y los neoyorquinos más vulnerables”, dijo el activista. “La venta ambulante ha sido una forma de comenzar un pequeño negocio sin la necesidad de que el capital construya una tienda de ladrillo y mortero. La Ciudad y el Estado deberían estar alentando esto”.
El Proyecto Street Vendor, que lleva años abogando por más licencias de venta, advierte que en Nueva York hay unos 20,000 vendedores ambulantes de comida y otros productos y que con los nuevos permisos podrían estar tranquilos estos trabajadores. Al mismo tiempo rechazan que su labor afecte a negocios con locales permanentes.
La iniciativa de Ramos garantizaría que las municipalidades sean las que determinen las áreas en las que podrían operar los vendedores ambulantes.
“La idea es despenalizar la venta ambulante y eliminar los límites para que cada vendedor pase por las inspecciones apropiadas”, dijo Ramos, explicando que se trata de lograr un equilibrio entre aquellos que se ganan la vida con la venta en las calles y empresas que piden que nadie se salte reglas y obligaciones.
Otra de las defensas de la senadora sobre su proyecto es que sería una fuente de ingresos e impuestos para las Ciudades.
Alcalde se opone al proyecto
Y cuestionado sobre la propuesta de la senadora Ramos, quien hizo parte de su Administración, el alcalde Bill de Blasio mostró su oposición ante la iniciativa de ley.
“Yo discutiría que levantar el tope no es el camino a seguir y que necesitamos un sistema de aplicación mucho más estricto. Sabemos que hay un mercado negro en los permisos de proveedores actuales y eso es un problema. Hay mucho mal con el sistema actual y creo que abrirlo a cualquiera y a todos no es útil”, comentó el mandatario local.
De Blasio, a quien muchos vendedores han acusado de querer defender a los establecimientos comerciales, dejando en el limbo a los trabajadores informales, aseguró que otro de los problemas de la propuesta de Ramos tiene que ver con la movilidad en las aceras.
“Nuestras aceras están obstruidas en muchos lugares. Estoy particularmente preocupado por nuestras pequeñas empresas. Las pequeñas empresas tradicionales han estado luchando mucho últimamente, especialmente con la realidad del comercio en Internet. Entonces no, no haría una situación abierta”, ratificó el Alcalde. “Creo que podemos tener una conversación honesta sobre esto, y el Concejo Municipal ciertamente ha estado haciéndolo (…) insto encarecidamente a la Legislatura a que nos permita resolver esto localmente y no crear un caos aquí”.
Entre tanto, el presidente del Concejo Municipal Corey Johnson, no está de acuerdo con quitar el límite de permisos emitidos, pero sí considera que es urgente aumentar el número de licencias de venta.
“El límite para los vendedores ambulantes ha estado en vigencia durante décadas y es hora de aumentar las oportunidades de trabajo para los neoyorquinos’, aseguró Juan Soto, vocero del jefe de Concejo. “Ed Koch era el alcalde de la ciudad cuando se estableció ese límite. El presidente Johnson apoya el aumento de la cantidad de permisos, algo que se ha retrasado mucho”.
Vendedores ambulantes en cifras:
- 2,558 vendedores ambulantes con licencias trabajan en NY, según el Departamento de Asuntos del Consumidor de NY.
- 853 licencias adicionales, que no son de veteranos, que está en su límite máximo.
- 20,000 vendedores ambulantes trabajan en las calles de la Gran Manzana, según cifras extraoficiales.
- 1979 fue el año en que se congeló la expedición de nuevas licencias para carritos de comida.
- 5,000 licencias son renovadas cada año y suelen ser sub-rentadas, promoviendo el llamado mercado negro.
- $200 por dos años era el costo real de esas licencias.
- $18,000 y $25,000 deben pagar por año los comerciantes informales a quienes tienen esas licencias para que se las renten.
- $192 millones cada año generan en ingresos vendedores ambulantes según grupos de defensores.
- $292 millones por año es el estimado de sus ventas.
- $71,2 millones pagan los vendedores ambulantes en impuestos a la Ciudad.
- 4,000 licencias más de venta de comida es la propuesta del Concejo Municipal para la próxima década